"El juez, ¨¢rbitro entre la c¨¢rcel y el preso"

Manuela Carmena, de 48 a?os, juez de vigilancia penitenciaria n¨²mero 1 de Madrid, tiene claro el ineludible control judicial de los derechos de los reclusos y la necesidad de que la Administraci¨®n -que concede la mayor¨ªa de los permisos- y los jueces -que autorizan algunos o resuelven las quejas de los internos contra su denegaci¨®n- obren con el m¨¢ximo asesoramiento y prudencia, as¨ª como que la sociedad se implique tambi¨¦n en la resocializaci¨®n de los delincuentes.Carmena defiende los permisos porque, dice, "s¨®lo, se aprende a nadar nadando".

Pregunta. ?Ser¨ªa aceptable un ¨®rgano que hiciera de ¨¢rbitro en los casos de discrepancia entre Administraci¨®n y jueces?

Respuesta. Por supuesto que no. Es el juez el ¨¢rbitro entre la decisi¨®n de la Administraci¨®n penitenciaria y la protesta o recurso del preso.

P. ?El recurso del fiscal podr¨ªa suspender la decisi¨®n de un juez sobre un permiso hasta que resolviera el tribunal superior?

R. Cuando un juez resuelve un recurso, ha tomado una decisi¨®n valorando las pruebas que ha ordenado realizar. El recurso del fiscal puede hoy d¨ªa tener efecto suspensivo, si as¨ª lo acuerda el juez, pero normalmente no lo tiene, como la mayor¨ªa de las resoluciones judiciales.

P. ?Qui¨¦n es m¨¢s "generoso' para conceder permisos a reclusos: la Administraci¨®n penitenciaria o los jueces de vigilancia?

R. Los jueces no concedemos permisos. Estimamos recursos por la no concesi¨®n y las estad¨ªs ticas demuestran que son muy pocos los que contradicen a la Administraci¨®n.

P. ?Qui¨¦n se atiene m¨¢s en su decisi¨®n a los criterios t¨¦cnicos de los Equipos de Tratamiento? R. En muchas ocasiones, la Administraci¨®n penitenciaria noatiende los informes del Equipo T¨¦cnico y son los jueces los que, en el recurso, estiman los criterios de los expertos.

P. ?De qui¨¦n son los presos y la responsabilidad sobre ellos?

R. Los presos no son de nadie; son de ellos mismos. Y, sin lugar a ninguna duda, el control de la pena privativa de libertad que sufren, el respeto y la garant¨ªa de sus derechos los han de proteger los jueces, pues nuestra Constituci¨®n as¨ª lo ordena.

P. ?Por qu¨¦ los psic¨®patas u otros enfermos mentales permanecen en las c¨¢rceles y no existen centros psiqui¨¢tricos adecuados?

R. Cada vez es m¨¢s dif¨ªcil hoy d¨ªa precisar qu¨¦ es un enfermo mental. Los psiquiatras no se ponen de acuerdo sobre la consideraci¨®n que tienen en ese aspecto los psic¨®patas. De todas formas, lo que es evidente es que todos los trastornos de la personalidad de quienes han cometido delitos deben ser tratados exhaustivamente. Mediante medidas terap¨¦uticas, se decidir¨¢ el tipo de vida -libertad, semilibertad con control ambulatorio, control terap¨¦utico permanente o bien prisi¨®n con las condiciones adecuadas- que conviene para afrontar esos problemas.

P. ?Qu¨¦ mensaje se puede ofrecer a las v¨ªctimas de delitos cometidos por internos durante un permiso penitenciario?

R. No es momento para mensajes, sino para ofrecer solidaridad y ayuda. M¨¢s adelante, habr¨¢ que reflexionar sobre el porqu¨¦ del fracaso, que no es otro que el del delincuente, que ha desaprovechado su oportunidad de normalizar su conducta.

P. ?El permiso es un derecho del interno o una concesi¨®n para aligerar la vida de reclusi¨®n?

R. Es un derecho incuestionable, porque es la manera en que la ley establece la pena privativa de libertad, con peque?os intervalos de control con la sociedad para evitar que la prisi¨®n destruya m¨¢s al individuo y le haga m¨¢s cruel e insensible. S¨®lo se aprende a nadar nadando.

P. ?Es posible vigilar la libertad de los presos de permiso?

R. S¨ª, sin duda, y, adem¨¢s de la polic¨ªa, deben intervenir en esa tarea asociaciones civiles, ayuntamientos, ¨®rganos de la comunidad, centros oficiales de ayuda a la drogadicci¨®n, etc¨¦tera.

P. ?Cu¨¢l es el balance de la labor de los jueces de vigilancia?

R. Positivo, aunque hace falta que se mejoren los medios personales y materiales y se dicten normas procesales pendientes desde hace 14 a?os.