Dos colecciones p¨²blicas para el arte de hoy
Una exposici¨®n re¨²ne en Madrid los fondos de la Fundaci¨®n Arco y del ICO
La exposici¨®n Dos colecciones de arte contempor¨¢neo, que comprende 48 obras de la colecci¨®n de la Fundaci¨®n Arco y 20 piezas de la colecci¨®n del Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO), fue inaugurada ayer por la reina Sof¨ªa en el Centro Cultural del Conde Duque, de Madrid (Conde Duque, 11), del Ayuntamiento de la ciudad. Todas las corrientes del arte actual est¨¢n representadas en esta muestra, que presenta por primera vez en Madrid una selecci¨®n de los 36 artistas, casi todos extranjeros, que desde el a?o 1987 re¨²ne la Fundaci¨®n Arco, con una inversi¨®n de 105 millones de pesetas, y el arte espa?ol desde los a?os ochenta que adquiere ICO, junto con otra colecci¨®n de escultura moderna espa?ola. Ambas colecciones no tienen sede y se ver¨¢n en otras ciudades.
De oportun¨ªsima hay que calificar la iniciativa municipal de acoger en sus salas del Conde Duque dos colecciones espa?olas de arte contempor¨¢neo justo en el momento en el que comienza la 12? edici¨®n de Arco, uno de cuyos beneficios derivados debe ser precisamente fomentar el coleccionismo en nuestro pa¨ªs. En este caso se trata, adem¨¢s, de dos ejemplos particularmente ilustrativos, pues ambas colecciones se han iniciado hace poco, con una escasez relativa de recursos y diferente orientaci¨®n, pero en apenas un lustro de formaci¨®n ya pueden exhibir con razonable orgullo sus logros.Por otra parte, los soportes institucionales que avalan ambos proyectos de colecci¨®n son diferentes: en un caso, se trata del mecenazgo emprendido por un banco oficial, mientras que en el otro, de la suma de esfuerzos, p¨²blicos y privados, que se organizan mediante una fundaci¨®n llamada de Amigos de Arco lo que de por s¨ª avala la conciencia responsable de los organizadores de la feria de arte madrile?a respecto a la necesidad de dar ejemplo en cuanto a fomentar al coleccionismo en nuestro pa¨ªs.
Pero, a la postre, importa relativamente poco el soporte institucional u otras caracter¨ªsticas de cualquier forma espa?ola de coleccionismo, si lo que se hace es programar adquisiciones de arte actual, porque, en definitiva, sin ello faltar¨ªa siempre lo fundamental: un patrimonio nacional relevante en este campo.
De todas formas, al margen de esta esencial casu¨ªstica de fondo, ?qu¨¦ es lo que nos presenta este par de colecciones espa?olas que ahora se exhiben en el Conde Duque? Empezando con la de Arco, se trata de una colecci¨®n b¨¢sicamente seleccionada por Edy de Wilde, el que fuera director del Stedelijk Museum de Amsterdam -uno de los museos de arte contempor¨¢neo m¨¢s prestigiosos de Europa- y reconocido especialista internacional en la materia, el cual ha tenido completa libertad para comprar, con las solas limitaciones del presupuesto y la muy l¨®gica de elegir las obras entre lo ofrecido por las galer¨ªas en cada edici¨®n de Arco desde 1987. Que De Wilde ha actuado sin cortapisas, como cab¨ªa esperar de ¨¦l, lo demuestra no s¨®lo la calidad de lo adquirido, sino tambi¨¦n el marcado acento internacional de las obras, donde no hay casi nada del arte espa?ol.
Libertad de acci¨®n
Ya s¨¦ que esto ¨²ltimo puede producir resquemores, pero, adem¨¢s de ser absolutamente imprescindible en este menester respetar la libertad de acci¨®n de quien ha sido facultado para ello, pienso que objetivamente nos beneficia al enriquecer las existencias art¨ªsticas donde todav¨ªa m¨¢s lagunas hay en nuestro pa¨ªs y, sobre todo, donde m¨¢s dif¨ªcilmente van a ser rellenadas de manera espont¨¢nea por nuestros aficionados locales.Por otra parte, entre los casi 40 artistas elegidos nos encontramos con una mayor¨ªa de acreditados nombres, protagonistas de las vanguardias de las ¨²ltimas d¨¦cadas e incluso de la actual posvanguardia, como, entre otros, los expresionistas de COBRA, Appel y Lucebert; el accionista vien¨¦s Rainer; el ¨®ptico Soto; el representante del grupo nouveaux r¨¦alit¨¦s Christo; los minimalistas Andr¨¦, Judd, Lewitt, Flavin; los conceptuales Darvoben, Boltanski; los povera Kounellis, Merz; los posminimalistas Serra, Tuttle, Shapiro; el land art R. Long; los neominimalistas Mangold, Charlton, y, en fin, un variad¨ªsimo muestrario de las s¨ªntesis de los ochenta, que abarca desde Clemente, Polke, Knoebel, R¨¹ckriem, McCollum, etc¨¦tera, hasta Scully y nuestra Susana Solano.
En lo que se refiere a la colecci¨®n del Banco de Cr¨¦dito Industrial, que ya se hizo merecidamente de notar con motivo de la adquisici¨®n, primero, y exhibici¨®n, despu¨¦s, de una de las hoy escasas series completas de la c¨¦lebre Suite Vollard, de Picasso, hay que decir que nos presenta en esta ocasi¨®n una selecci¨®n de sus fondos de arte espa?ol actual. Hay nombres indudablemente ya consagrados, como Guerrero o Arroyo, pero, de mayor a menor, utilizando aqu¨ª el t¨¦rmino menor en el sentido de m¨¢s joven o reciente, nos encontramos con un variado elenco, que re¨²ne a Navarro Baldeweg, Alcolea, P¨¦rez Villalta, Miquel Navarro, Domecq, Insertis y otros.
De esta manera, conciden dos panoramas del arte contempor¨¢neo: uno desde una ¨®ptica m¨¢s internacional y el otro m¨¢s local, pero ambos finalmente complementarios sobre la base del nuevo coleccionismo espa?ol.
Babelia
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