Toda la verdad
Como los p¨²blicos no son uniformemente delicados ni est¨¢n motivados por consideraciones exclusiva mente est¨¦ticas, existe en la televisi¨®n una dosis grande de mal gusto. Pero ser¨ªa injusto achacarla s¨®lo a los espectadores. No, no. Algunas cadenas interpretan a su aire la pasi¨®n de sus videntes por lo hortera y les dan raci¨®n doble para ir educ¨¢ndoles la sensibilidad.Cre¨ªa yo que hab¨ªamos tocado fondo con la pasi¨®n de Alc¨¤sser; como ejercicio de mojar el pan en la sangre ajena me pareci¨® estupendo. Pero el programa de la maquinola de la verdad super¨® la otra noche todos los l¨ªmites de lo jam¨¢s so?ado. Auguro a Tele 5 un largo ¨¦xito. Es m¨¢s, espero que la audiencia les castigue, semana tras semana, a mantener el espacio en cartel durante diez a?os e incluso que sea tanta la demanda que Tele 5 se vea forzada a convertirlo en diario. Imag¨ªnense: "A usted, se?or Milla, ?qui¨¦n le soborn¨®?"; "d¨ªganos, se?or Gil, si piensa pagar la n¨®mina a sus jugadores". Y m¨¢s adelante: "?Es cierto, se?or L¨®pez, que usted no atornill¨® suficientemente las tuercas de la lavadora de la se?ora Fern¨¢ndez y que eso provoc¨® la inundaci¨®n de su cocina? No me conteste todav¨ªa, que vamos a la publicidad".
Los aguerridos investigadores de la verdad no se enfrentan, para su suerte, a una legislaci¨®n procesal razonable. En cualquier otro pa¨ªs del mundo civilizado, la exhibici¨®n televisada de Portabales y de la se?ora esposa de Oubi?a, considerando que la cuesti¨®n est¨¢ sub j¨²dice, habr¨ªa producido dos cosas inmediatas: la declaraci¨®n de nulidad del proceso verdadero por prejuzgarlo y por convertir a una m¨¢quina en juez y dejar a reos sin defensa, y segunda, el encarcelamiento de todos por desacato al tribunal. Lo que, bien es cierto, habr¨ªa permitido al presentador sentirse una vez m¨¢s v¨ªctima excelsa de la lucha denodada por la libertad de informaci¨®n.
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