Del fertilizante al tranquilizante
Los trabajadores de Enfersa en Puertollano se encierran con el director
Al caer la noche, el pol¨ªgono industrial de Puertollano (Ciudad Real) se embellece. La oscuridad convierte en diamantes los puntos de luz que trazan el perfil del complejo petroqu¨ªmico de Repsol. Sus vecinas, las toscas torres de Enfersa, lucen m¨¢s discretas, pero acompa?an la vigilia de los 300 familiares y trabajadores de esta f¨¢brica que, en un ambiente de nervios, retienen "amistosamente" desde el jueves al director en protesta por el despido de 41 personas. La segunda jornada de huelga en el sector de fertilizantes, convocada por UGT y CC OO contra los 1.900 despidos anunciados en las factor¨ªas de FESA-Enfersa, fue secundada ayer masivamente en varias ciudades.
A las seis horas del jueves pasado comenz¨® la huelga de tres d¨ªas que secundan en siete ciudades los 4.000 trabajadores de FESA-Enfersa, propiedad de Torras-KIO, como protesta por el cierre de cinco factor¨ªas y el despido de 1.900 empleados. Los trabajadores de Enfersa en, Puertollano (Ciudad Real) le han a?adido tres ingredientes m¨¢s a esta convocatoria. Uno, el encierro d¨ªa y noche en las instalaciones de la empresa, incluyendo la retenci¨®n del director de la f¨¢brica y otros directivos durante los tres d¨ªas. Dos, ir en procesi¨®n hasta Toledo, capital de Castilla-La Mancha, para exigir soluciones al Gobierno aut¨®nomo. Y tres, una concentraci¨®n a las 11,30 de hoy frente al Ayuntamiento.El primer d¨ªa de huelga (el jueves, 18) el director de la f¨¢brica, Pablo Due?as, madrug¨® m¨¢s que los trabajadores y a las 5,30 ya estaba en su despacho, del que no saldr¨ªa definitivamente hasta hoy. Vestido con ropa sport de color tostado, pelo ondulado algo canoso, Pablo Due?as, de unos 50 a?os y ademanes amables, no quiso hacer ninguna declaraci¨®n a EL PA?S, aunque s¨ª coment¨® que se encontraba completamente tranquilo y acompa?ado de seis directivos cuyos nombres prefiri¨® no facilitar.
A primera hora de la tarde las mujeres de los trabajadores convocaron casi expont¨¢neamente una manifestaci¨®n desde el centro de Puertollano hasta la factor¨ªa. Paralelamente, los huelguistas y sus familiares ocupaban los pasillos y despachos de las oficinas centrales, donde pasar¨ªan luego la noche en vela entre termos de caf¨¦ y cabezadas de sue?o en el sill¨®n o en la inc¨®moda escalera. As¨ª es que el director, que ten¨ªa previsto marcharse a su casa si los manifestantes despejaban el horizonte, se resign¨® a cumplir con su papel de retenido.
Reuni¨®n en Toledo
A las siete de la ma?ana de ayer, seis autobuses repletos de trabajadores sin afeitar y familiares agotados y con los ojos hinchados por haber pasado una noche sin dormir part¨ªan de Puertollano con destino a la Consejer¨ªa de Industria en Toledo. El encuentro entre el consejero de Econom¨ªa de Castilla-La Mancha, Jos¨¦ Luis Ros, y el presidente del comit¨¦ de empresa de la f¨¢brica de Puertollano, Isidoro S¨¢nchez, de CC OO, y el delegado sindical de UGT, Guillermo S¨¢nchez, fue reconfortante, seg¨²n manifestaron ¨¦stos a la salida.El consejero se comprometi¨® a convocar una reuni¨®n en breve con directivos de FESA-Enfersa a nivel nacional, representantes del Gobierno aut¨®nomo y las centrales. "Instamos a la empresa a que negocie con los sindicatos esos 41 despidos a trav¨¦s del plan de jubilaciones", coment¨® Ros, quien manifest¨® su "plena disposici¨®n" a colaborar con los proyectos de la empresa como, por ejemplo, subvencionar casi el 20% de la construcci¨®n de la futura planta de cogeneraci¨®n.
De los 320 trabajadores de Enfersa se puede decir todo menos que est¨¦n tranquilos, sobre todo despu¨¦s de la bomba que cay¨® el martes en forma de lista de despedidos. Los que la integran son j¨®venes, y la mayor¨ªa est¨¢n casados y tienen hijos. Su furia tiene explicaci¨®n. Sindicatos y empresa hab¨ªan negociado un plan industrial de empleo que significaba la prejubilaci¨®n de 46 personas.
Este plan inclu¨ªa mejores condiciones econ¨®micas y menor trauma humano al tratarse de jubilaciones anticipadas, prejubilaciones y bajas incentivadas. Pero, seg¨²n la empresa, supon¨ªa aumentar a¨²n m¨¢s los pasivos de la empresa y, por tanto, era m¨¢s caro. As¨ª que, la direcci¨®n en Madrid opt¨® por la f¨®rmula de los despidos con la indemnizaci¨®n que marca la ley (20 d¨ªas por a?o trabajado).
El d¨ªa del anuncio de los despidos, la analista de laboratorio, Raquel Gal¨¢n, 25 a?os, observ¨® c¨®mo alguien dej¨® encima de la mesa la lista que acababa de elaborar la empresa. "Lo primero que pas¨® por mi cabeza es que mi nombre no estuviera incluido". Pero estaba. Inmediatamente temi¨® encontrar el de su novio. Y tambi¨¦n estaba. Garc¨ªa Rodr¨ªguez, Fernando, rezaba la lista. Con el est¨®mago hecho un nudo marinero, comprob¨® que su padre no aparec¨ªa entre los despedidos. "Por lo menos queda algo en casa", se anim¨® a s¨ª misma. Era martes, 16 de febrero, san El¨ªas. Y al grit¨®n de El¨ªas Molina le amargaron el santo. Este operario de 48 a?os no entiende c¨®mo le han despedido "si la empresa trabaja al cien por cien y en enero se hicieron m¨¢s de 3.000 horas extras". Las oficinas de Enfersa son un continuo ir y venir.
En una silla se sienta desesperada Mar¨ªa Jes¨²s L¨®pez, esposa de Juan Benito, otro de los despedidos. Esta madre de dos hijos cruza las manos y se balancea nerviosa en un gesto de agobio, sin poder disimular las l¨¢grimas. ?Para qu¨¦? Por lo menos le alivia. Otra se pregunta si Javier de la Rosa, ex responsable de las inversiones de KIO en Espa?a, "tiene conciencia". Y pronuncia un deseo: "que s¨®lo pueda dormir con barbit¨²ricos". "No me extra?a que tenga que ir rodeado de gorilas, ¨¦l se lo ha buscado" comenta un grupo de mujeres.
El despido de Jos¨¦ Mu?oz, de 42 a?os, ha desbaratado los planes universitarios de su hijo mayor. Otro de los afectados, Juli¨¢n Zapata, tiene cuatro hipotecas de 14 a?os, 12, 6 y 7 meses. Adem¨¢s de la de verdad, la del piso. "Nos han dejado pasmados con la lista", reconoce. Alfonso, de 38 a?os, no se explica el sistema empleado para elegir a los despedidos, "cuando", se queja, "hay gente que re¨²ne las condiciones para prejubilarse". Y si no, que se lo digan a la regordeta Teresa Mata, de 55 a?os, quien reconoce que est¨¢ deseando jubilarse. La dichosa lista ha echado por tierra sus planes de retiro tras 32 a?os en la empresa.
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