"Vamos a ofrecer vacunas a 18.000 toxic¨®manos"
"Aquellos drogodependientes que no est¨¢n dispuestos a abandonar el consumo, es indispensable que se sometan a un control sanitario e Inducirles a un cambio en sus h¨¢bitos peligrosos", afirma Villoslada apenas haber tomado posesi¨®n de su cargo como delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. De aqu¨ª ha nacido un programa de atenci¨®n sanitaria y vacunaciones que se iniciar¨¢ el mes pr¨®ximo en la red del Insalud entre 18.000 toxic¨®manos con un coste de 800 millones de pesetas.
Pregunta. Supongo que como gobernador civil su contacto con la droga era m¨¢s bien represivo; ?que piensa ahora del problema global como responsable del Plan Nacional?
Respuesta. Pensaba lo mismo que pienso ahora, que en el fen¨®meno de la droga hay que distinguir claramente lo que es tr¨¢fico, lo que es negocio y lo que es la situaci¨®n de los drogodependientes. Lo primero hay que perseguirlo con todas las armas posibles y, en cuanto a lo segundo, hay que tener en cuenta que son personas que hay que recuperar para la vida social, familiar y colectiva.
P. A esto se a?ade el problema sanitario, sobre todo procedente de aquellos drogadictos que no se acercan a los tratamientos.
R. Despu¨¦s de analizar la situaci¨®n de los drogodependientes, vimos que el consumo de drogas por v¨ªa parenteral [intravenosa] era un problema muy serio, no s¨®lo para la salud individual, sino tambi¨¦n para la salud colectiva de la poblaci¨®n, puesto que una de las consecuencias m¨¢s frecuentes del consumo de drogas son las enfermedades infecciosas. Y se lleg¨® a la conclusi¨®n de que el Sistema Nacional de Salud ten¨ªa que asumir los aspectos sanitarios del tema de las drogas. El comienzo de aplicaci¨®n de ese plan, que consta de ocho programas, se iniciar¨¢ por tino de control de hepatitis, sida y tuberculosis, y otro de vacunaci¨®n, tanto para el toxic¨®mano como para su entorno familiar y social.
P. ?Cu¨¢l es la incidencia de las toxicoman¨ªas en Espa?a?
R. Disponemos de datos indirectos, a trav¨¦s de las personas que est¨¢n en prisi¨®n, de aquellos que tienen antecedentes en toxicoman¨ªas y de los que mueren por reacci¨®n aguda. Y la cifra que podemos manejar est¨¢ en torno a los 80.000 drogodependientes, pero datos exactos no existen. El que los d¨¦ est¨¢ mintiendo.
P. ?Y usted cree realmente que existen suficientes recursos? Las listas de espera se convierten en un calvario para algunas familias.
R. Sinceramente creemos que s¨ª. Puede haber alguna insuficiencia en un recurso concreto, en un momento concreto y en un lugar concreto, pero en general los recursos son suficientes. Donde hay m¨¢s demora es en las unidades de desintoxicaci¨®n hospitalaria, que puede oscilar entre uno y dos meses, pero ¨¦se es el recurso m¨¢s saturado y hay que tener en cuenta que hay personas que pasan hasta tres veces por all¨ª a lo largo de un a?o. Desgraciadamente, la desintoxicaci¨®n de un drogadicto no es algo que se produzca inmediatemente, sino que requiere un periodo largo de tiempo, con fases de reca¨ªda.
P. ?Hasta qu¨¦ punto la c¨¢rcel puede ser una barrera para delincuentes sometidos a tratamiento o para controlar el sida?
R. Yo creo que en estos temas hay muchos t¨®picos. El sida en las c¨¢rceles ha ido descendiendo. En 1989, la tasa de seropositivos en las c¨¢rceles era del 28%; en el 90, del 24%, y en el 91 era ya del 20%. Por otra parte, para el problema del recluso que est¨¢ sometido a tratamiento y tiene que ingresar en la c¨¢rcel hay muchas v¨ªas, como la del indulto, que adem¨¢s se aplica con bastante generosidad en esos casos. Puede haber problemas concretos, pero la actitud de todos los poderes p¨²blicos es la de facilitar la recuperaci¨®n de los drogadictos, sean reclusos o no. El vicio no se adquiere en la c¨¢rcel, eso es un t¨®pico.
P. ?Est¨¢ a favor de que los toxic¨®manos cumplan sus condenas en centros de rehabilitaci¨®n?
R. Yo soy de esa opini¨®n. El Ministerio de Justicia mira con predisposici¨®n a favor las peticiones de indulto de drogodependientes que no tienen condenas muy elevadas y que se comprometen a seguir un programa de desintoxicaci¨®n.
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