Hormaechea, una piedra en el zapato de Aznar
El presidente de Cantabria no dimite y sigue gobernando con sus particulares modos
Madrid /Santander Tras el congreso triunfal de primeros de mes, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar arrastra dos piedras en el zapato. Una, el caso Calvi¨¢ (Mallorca), ya sentenciado, con condenas contra un afiliado del PP suspendido de militancia y el vicepresidente local del partido, por intento de soborno a un concejal socialista. La otra, de mayor tama?o, casi un adoqu¨ªn, se llama Juan Hormaechea, preside la comunidad aut¨®noma de Cantabria y amenaza con apretar al l¨ªder popular en su gira preelectoral por Espa?a hasta los albores del oto?o.
Aznar reconoce que su margen de actuaci¨®n es reducido frente al caso Hormaechea, aunque la contumacia del pol¨ªtico c¨¢ntabro mine su credibilidad en las denuncias de corrupci¨®n. Hormaechea no s¨®lo. sigue al frente de su comunidad aut¨®noma. Pertenece como miembro nato al comit¨¦ ejecutivo del partido.El caudillo c¨¢ntabro trae de cabeza al PP desde diciembre de 1990, cuando se solt¨® el pelo una noche en un pub de Santander. Ante dos periodistas, insult¨® a Aznar, Manuel Fraga e Isabel Tocino, y remat¨® la faena con una canci¨®n falangista.
La direcci¨®n no par¨® hasta desalojarle y le present¨® una moci¨®n de censura junto a la oposici¨®n. Aznar lleg¨® a amenazar con disolver la organizaci¨®n regional si no colaboraba en el derribo. Los populares permitieron el acceso a la presidencia de su eterno rival, el socialista Jaime Blanco, al frente de un Ejecutivo de concentraci¨®n. Pero el destituido le dio la vuelta a la situaci¨®n medio a?o despu¨¦s, en las elecciones de mayo de 1991.
Con un partido de ocasi¨®n, la Uni¨®n para el Progreso de Cantabria (UPCA), Hormaechea demostr¨® qui¨¦n ten¨ªa los votos. Obtuvo 15 diputados auton¨®micos y redujo al PP a la exigua cifra de 6. Los socialistas consiguieron 16 y los regionalistas 2. Los populares tuvieron que volver a entenderse con el hijo pr¨®digo, absorber su formaci¨®n pol¨ªtica y abrirle el paso de nuevo hacia la presidencia.
Maniobras subterr¨¢neas
"Cada vez que d¨¢bamos, un mitin en Cantabria, la gente nos ven¨ªa a felicitar al final, pero nos advert¨ªa: cuidado, no regalen el Gobierno a Jaime Blanco", recuerda un dirigente popular. Tras el pacto, Hormaechea disolvi¨® la UPCA para in tegrarla en el PP, pero se guard¨® de cancelar su incripci¨®n en el registro de partidos pol¨ªticos. Por si las cosas se complicaban.
Las indagaciones del Gobierno de concentraci¨®n sobre su gesti¨®n desembocaron pronto en los juzgados, y Hormaechea fue, procesado junto a nueve colaboradores por cuatro delitos de prevaricaci¨®n (tomar resoluciones injustas a sabiendas) y dos de malversaci¨®n de fondos, p¨²blicos.
Desde entonces, todos los intentos de Aznar para desembarazarse de] personaje sin regalar el Gobierno regional a la oposici¨®n socialista han resultado in¨²tiles. El cl¨ªmax de las maniobras subterr¨¢neas se alcanz¨® a mediados de septiembre pasado. Seis de los nueve consejeros c¨¢ntabros dimitieron en bloque para conseguir que Hormaechea arrojara la toalla. Pero ¨¦ste se limit¨® a recordar que puede resucitar su propio partido y sustituy¨® a los seis dimisionarios por otros tres consejeros.
El ¨²ltimo embate se produjo en el XI Congreso del PP, tambi¨¦n sin resultado. El presidente de Cantabria hab¨ªa amenazado en una conferencia de prensa celebrada en Madrid con asistir al c¨®nclave, pero no lo hizo. La direcci¨®n, en cambio, multiplic¨® los gestos de hostilidad. En su informe de gesti¨®n, Francisco ?lvarez Cascos omiti¨® a Cantabria entre las comunidades aut¨®nomas gobernadas por los populares. Aznar evit¨® citar a Hormaechea como miembro nato de la ejecutiva por su condici¨®n de presidente de comunidad aut¨®noma.
Las omisiones pueden interpretarse como un castigo pol¨ªtico, pero tambi¨¦n como un intento de ocultar una molesta realidad. Hormaechea ni siquiera ha sido enviado a la comisi¨®n de disciplina del partido ni, presumiblemente, lo ser¨¢. Aznar considera que ¨¦l ya demostr¨® en 1990 su disposici¨®n a ceder el poder en beneficio de la dignidad, pero que ahora no puede actuar contra la fuerza de los votos tras el respaldo electoral a Hormaechea.
Tras su anuncio de que asistir¨ªa al congreso, sin ser invitado, Hormaechea tuvo claro que no deb¨ªa consumar el desaf¨ªo a las ocho de la tarde del pasado d¨ªa 5, cuando la convenci¨®n ya estaba en marcha. Regresaba en el Opel Senator oficial a Santander tras asistir en Roncesvalles (Navarra) a la presentaci¨®n de las solemnidades jacobeas. Una llamada telef¨®nica le advirti¨® que horas antes el secretario general, Francisco ?lvarez Cascos, le hab¨ªa pedido "elegantemente" la dimisi¨®n.
Sorprendido, temi¨® una "encerrona" y decidi¨® quedarse en casa. Estupor le produjo que un diario local asegurara que en Roncesvalles, ante testigos, Fraga le hab¨ªa amenazado conpromover un abucheo si osaba presentarse en el congreso. Llam¨® personalmente al peri¨®dico para desmentir la informaci¨®n y calificar a su autor de "cretinoide degenerativo". En tierras navarras, Hormaechea hab¨ªa conversado con Fraga. El presidente de la Xunta se le hab¨ªa mostrado no efusivo, pero s¨ª correcto.
Como si nada hubiera ocurrido, el l¨ªder populista sigue gobernando la comunidad aut¨®noma mientras se insin¨²a una nueva y dif¨ªcil cohabitaci¨®n con el PP. Habr¨ªa que recordar que su luna de miel con Alianza Popular, cuando fue elegido presidente en 1987, fue tan ef¨ªmera que dur¨® una semana. Siempre se ha considerado v¨ªctima de la intolerancia y el sectarismo, tanto de la derecha como de la izquierda.
Dos victorias
Tras el aldabonazo de Madrid ha presidido dos consejos de gobierno, ofreci¨® cuatro conferencias de prensa, recorre obras p¨²blicas en marcha y escucha c¨®mo sus simpatizantes le aclaman y fustigan a Jos¨¦ Luis Vallines, presidente del PP regional, a quien llegan a acusar de pretender gobernar con los votos de la UPCA creada por el controvertido presidente. Jam¨¢s, jam¨¢s dimitir¨¢, aseguran quienes mejor le conocen.
Ahora anuncia una nueva batalla judicial sobre una cuesti¨®n que le obsesiona: querellarse contra el Gobierno central en reclamaci¨®n d¨¦ veinte mil y pico millones de pesetas. Los que, a su juicio, dej¨® de percibir Cantabria al haber sido pretenda en la percepci¨®n de fondos comunitarios.
En su retorno al aislamiento pol¨ªtico, Hormaechea ha obtenido en los ¨²ltimos d¨ªas dos significativas victorias en el Parlamento regional, al asegurarse el refrendo del Grupo Popular a los presupuestos. Aparentemente no hay en el hemiciclo indicios de resquebrajamiento de la mayor¨ªa. Pudo advertirse claramente el lunes d¨ªa 15, al rechazarse una enmienda de la oposici¨®n socialista y regionalista a la totalidad de los presupuestos de 1992, que llegaban con 455 d¨ªas de retraso.
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