"Tendr¨¦ que ir a California a renovar mi carn¨¦"
A Esther Navarro le sale m¨¢s barato sacar un t¨ªtulo en EE UU que convalidarlo en Espa?a
Renovar un carn¨¦ de conducir puede salir m¨¢s caro que ir de vacaciones a California y aprovechar el viaje para convalidarlo all¨ª. El tr¨¢mite se ejecuta sin sobresaltos si se trata de un ciudadano normal que, como mucho, cambia su residencia de una provincia a otra. La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico se ha agilizado y con suerte hasta puede tramitarlo por correo. Los problemas surgen cuando las circunstancias del individuo no se ajustan a la letra de la ley. Entonces la Administraci¨®n se convierte en un robot incapaz de ofrecer alternativas a quienes, por ejemplo, tienen pasado de fecha un carn¨¦ obtenido en el extranjero.
Esther Navarro forma parte del mill¨®n y medio de espa?oles que han residido fuera de Espa?a durante un tiempo. En su caso fueron cinco a?os en Estados Unidos, donde curs¨® los estudios de periodismo.En 1985 sac¨® su permiso de conducir en el Estado de Michigan con un coche que le prest¨® una amiga. Luego se traslad¨® a California. En lo referido a la conducci¨®n y sus normas, cada Estado dicta las suyas.
Cuando el conductor supera el periodo de residencia legal, debe someterse a un examen t¨¦orico y pr¨¢ctico para obtener el carn¨¦ de conducir del Estado donde desea continuar con todos los papeles enregla.
Las diferencias son m¨ªnimas, pero hay que saberlas. En California, por ejemplo, cuan do se alcanza un cruce con el sem¨¢foro en rojo se puede girar a la derecha, hecho que no se permite en otros Estados de la uni¨®n.
Para convalidar su carn¨¦, Esther Navarro se present¨® a la autoridad. "Te dan el examen, lo haces de pie, como ante una ventanilla de un banco, y no tardas ni media hora. Me cost¨® 15 d¨®lares (1.770 pesetas de ahora)", dice.
Concluidos sus estudios, Esther Navarro regres¨¦ a Espa?a para establecerse en Madrid como periodista en una empresa que hace revistas al servicio de compa?¨ªas multi nacionales. Es biling¨¹e como sus compa?eras, a las que nadie reclam¨® un t¨ªtulo para trabajar.
"Llevo dos a?os aqu¨ª", dice mientras manosea su carn¨¦ de conducir con el nombre del Estado de California en grandes letras.
"Cuando llegu¨¦ no lo renov¨¦ en seguida porque no ten¨ªa coche, ni trabajo, ni dinero para comprarlo. Tampoco lo necesitaba. Al cabo de cuatro meses empec¨¦ a pensar en la posibilidad de comprar un coche o alquilarlo alg¨²n fin de semana. Entonces ca¨ª en la cuenta de que mi carn¨¦ estaba caducado. Los extranjeros tienen tres meses de validez".
No sirve de nada
Aqu¨ª comenz¨® el laberinto kafkiano en el. que se sumergi¨® Esther Navarro para in tentar renovar su carn¨¦ de conducir. "Llam¨¦ a Tr¨¢fico para preguntarles qu¨¦ deb¨ªa hacer. Necesitaban una traducci¨®n oficial, un an¨¢lisis psicot¨¦cnico, dos fotos y la documentaci¨®n. Entonces pens¨¦: ?vale!, ahora llamo a Sacramento (California) a ver qu¨¦ me exigen all¨ª. Me dijeron que al haber transcurrido el a?o no podr¨ªan hacerlo por correo, como tienen costumbre. Tendr¨ªa que presentarme para comprobar que mi condici¨®n f¨ªsica no hab¨ªa cambiado sustancialmente. La funcionaria que me atendi¨® se ofreci¨® incluso a enviarme una carta en la que har¨ªa constar que, a pesar de que mi carn¨¦ estaba caducado, era v¨¢lido, ya que en mi expediente no figuraba nada en contra".Con esa carta y otros requisitos, Esther Navarro se present¨® en la Jefatura de Tr¨¢fico de Madrid.
No le sirve de nada, le dijeron en la ventanilla.
"Para Tr¨¢fico yo no tengo ni idea de conducir", se lamenta Esther.
-?Qu¨¦ le propon¨ªan?
-Nada. Que empezara de nuevo y me sacara un carn¨¦ como los novatos. ?Y si me presento por libre?, les dije.
-Al examen te¨®rico puede hacerlo. Para el pr¨¢ctico necesita utilizar un autom¨®vil especial con doble mando y s¨®lo lo tienen las autoescuelas, me contestaron.
-?Me est¨¢ diciendo que tengo que inscribirme en una autoescuela y pagar 150.000 pesetas? ?Pero esto qu¨¦ es?, me escandalic¨¦. No s¨¦ si se deber¨ªa decirlo, pero lo de las autoescuelas es una especie de mafia. Se trata de uno de los negocios m¨¢s lucrativos. Tienes que pasar por ellas a la fuerza. Y pensar que hay mucha gente que tiene que examinarse varias veces porque no aprueba a la primera.
-?Qu¨¦ vas a hacer?-Fastidiarme las vacaciones.
-?Y eso?
-Yo no digo que no tengan que cumplir las normas, pero deber¨ªan ser m¨¢s flexibles. No s¨¦. Estoy muy influida por el trato que dan en los Estados Unidos, donde ?claro que respetan las reglas!, pero intentan buscarte una soluci¨®n a tu caso.
-Pero ?qu¨¦ pasa con su permiso de conducir?
-Pues mire: por 70.000 pesetas, la mitad de lo que me exigen aqu¨ª, me saco un billete de avi¨®n a California. Me presento en las oficinas con dos fotos, pago 15 d¨®lares y me lo renuevan en el acto. Tendr¨¦ que hacerlo en mis vacaciones, pero me compensa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.