Solana intenta imprimir un nuevo estilo a la pol¨ªtica exterior espa?ola
Javier Solana ha mantenido el equipo, pero ha modificado los m¨¦todos y el estilo de trabajo. En el palacio de Santa Cruz, la sede del Ministerio de Exteriores, del que se hizo cargo hace ocho meses, la tradici¨®n oral que instaur¨® su predecesor, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, ha sido sustituida por la redacci¨®n masiva de informes, al tiempo que las jornadas de los altos funcionarios se prolongan ahora hasta la noche.
Meses antes de que falleciese Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, en agosto de 1992, Solana empez¨® a prepararse para sustituirle. Recib¨ªa papeles de Moncloa y de Exteriores y se documentaba a fondo sobre los asuntos internacionales. Aun as¨ª, desembarc¨® en Santa Cruz a fin de junio ¨¢vido de aprenderse al dedillo la pol¨ªtica exterior.El reci¨¦n llegado mostr¨® un inter¨¦s inusitado en leer notas de sus colaboradores y en comentarlas despu¨¦s con sus autores, que hasta entonces acostumbraban a despachar por tel¨¦fono con el ministro. Las luces de su despacho no se apagaban hasta las diez de la noche y pocos eran los altos cargos que se atrev¨ªan a regresar a casa antes de esa hora.
Desde el oto?o, el ritmo ha aflojado un poco. Solana sin embargo, sigue a¨²n agotando a su equipo, sobre todo en los viajes al extranjero. Tras la cena de trabajo con su anfitri¨®n de turno en Amm¨¢n, Bonn o Rabat, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez se retiraba a la suite de su hotel a leer, hablar por tel¨¦fono con Madrid y, si estaba muy cansado, hacer zapping ante el televisor. Su sucesor desea, en cambio, analizar con sus muchachos hasta la madrugada la ¨²ltima entrevista. "Con ¨¦l se duerme muy poco", dice un miembro de su s¨¦quito.
Su equipo es el mismo que el de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. En parte porque no faltaba mucho para agotar la legislatura, en parte porque sac¨® una buena impresi¨®n del grueso de la c¨²pula del ministerio, lo cierto es que Solana s¨®lo relev¨® a dos directores generales, uno de ellos su jefe de gabinete -Rafael Spottorno, nombrado secretario general de la Casa del Rey-, y otro, Carlos Blasco, viejo militante socialista.
Similitudes
El estilo de Solana coincide, en cambio, en algo con el de su predecesor: ambos se saltan la jerarqu¨ªa y despachan, a veces, con un director general o un subdirector sin que sus superiores jer¨¢rquicos est¨¦n al corriente. Fern¨¢ndez Ord¨®?ez lo hac¨ªa porque no acababa de entender el organigrama del ministerio.Solana le imita porque cree a veces a los subalternos mejor informados que sus jefes sobre algunos temas complicados. Les invita incluso en domingo a su casa de Majadahonda para que le cuenten c¨®mo est¨¢ tal asunto. A sus dos secretarios de Estado, Inocencio Arias y Carlos Westendorp, no les hace demasiada gracia este estilo tan directo.
"La pol¨ªtica exterior de Espa?a est¨¢ asentada sobre bases s¨®lidas", afirm¨® Solana en Sevilla cuando, a fin de junio, se anunci¨® su nombramiento. Obviamente, el nuevo ministro no modific¨® la l¨ªnea seguida hasta entonces, pero s¨ª se advierten peque?os matices. Su colega franc¨¦s, Roland Dumas, dej¨® de venir a cenar a Madrid como sol¨ªa hacer de vez en cuando en tiempos de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Solana, que no habla franc¨¦s, estudi¨® e investig¨® f¨ªsica cinco a?os en EE UU y le ha quedado un poso angl¨®filo. Quiz¨¢ la principal diferencia con la etapa anterior sea la relaci¨®n con la prensa. A Solana, como ocurr¨ªa con su predecesor, le apasionan los medios de comunicaci¨®n, pero tambi¨¦n le preocupa que los altos cargos puedan robarle imagen.
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