El abogado del t¨¦cnico que manipul¨® el acelerador de Zaragoza minimiza el error

No hay mejor defensa que un buen ataque. Carlos de Francia, defensor del t¨¦cnico de General Electric que manipul¨® el acelerador del Hospital Cl¨ªnico de Zaragoza, minimiz¨® ayer el posible error cometido por su cliente, Mariano Conte, para intentar exculparle de las consecuencias del fallo (la muerte de 20 pacientes oncol¨®gicos y lesiones en otros siete). El letrado carg¨® las responsabilidades en el personal del hospital.

El defensor del t¨¦cnico de General Electric centr¨® ayer su informe en resaltar los fallos de comunicaci¨®n interna de los servicios del hospital relacionados con el acelerador. Seg¨²n el letrado, pudo existir una "reparaci¨®n incorrecta" de Cont¨¦, al manipular el aparato y situar las dosis en los niveles m¨¢s altos y sin posibilidad de que los sistemas de seguridad se accionaran provocando la parada del equipo.En opini¨®n de ese abogado, las consecuencias -la sobreirradiaci¨®n descontrolada de los enfermos- no se hubieran producido si el servicio de protecci¨®n radiol¨®gica hubiera realizado las dosimetr¨ªas del aparato despu¨¦s de la reparaci¨®n. Es decir, la medici¨®n de las dosis y el control sobre el haz de electrones.

"Lo cierto es que el 10 de diciembre se reanudaron los tratamientos sin hacer la calibraci¨®n necesaria ante la posibilidad de un error humano, teniendo en cuenta la complejidad del equipo y por la trascendencia del tipo de tratamientos", subray¨®.

Y remach¨® finalmente: "La complejidad del equipo obliga a que la responsabilidad no pueda descansar exclusivamente en una sola persona".

Un contrato discutido

Durante las m¨¢s de tres semanas de juicio se ha discutido mucho sobre los canales de comunicaci¨®n del centro y de General Electric cada vez que se produc¨ªa una aver¨ªa y una reparaci¨®n en el acelerador. Seg¨²n el letrado del t¨¦cnico, lo ¨²nico v¨¢lido era el contrato de mantenimiento firmado entre el centro y la empresa.De acuerdo con su versi¨®n, en ¨¦ste se establec¨ªa la obligaci¨®n del hospital de llevar unas anotaciones en el libro de operaciones del acelerador: hora de parada y de llamada al t¨¦cnico en caso de aver¨ªa y hora de reparaci¨®n, entre otros aspectos.

Tambi¨¦n, seg¨²n la interpretaci¨®n que hace el letrado del contrato, exist¨ªa la obligaci¨®n del hospital de que un supervisor controlara las reparaciones hechas por el t¨¦cnico. "Es una secuencia tan minuciosa que, si se hubiera cumplido, se hubiera evitado el desconocimiento de la aver¨ªa y de la posterior reparaci¨®n", a?adi¨®.

En definitiva, el abogado culp¨® al hospital de la falta de comunicaci¨®n entre los servicios afectados y de la ausencia de control sobre las incidencias del acelerador. "Todas las normas se han dado por escrito en el hospital despu¨¦s del accidente, y si se ha hecho es porque era necesario", afirm¨® De Francia.

El abogado del t¨¦cnico de General Electric tambi¨¦n lament¨® las consecuencias del fallo, aunque hizo la matizaci¨®n de que un proceso penal de este tipo no puede ser utilizado "para enriquecer a los vivos a costa de los muertos". En la sesi¨®n de la ma?ana de ayer, la pen¨²ltima del juicio seg¨²n las previsiones, tambi¨¦n intervino el defensor de las dos f¨ªsicas del servicio de protecci¨®n radiol¨®gica encausadas, que centr¨® su informe en echar la culpa al t¨¦cnico, Cont¨¦, y el de los dos m¨¦dicos de oncolog¨ªa radioter¨¢pica que yan han sido exculpados de responsabilidad por el fiscal.

Se prev¨¦ que ma?ana finalice el procedimiento y el juicio del acelerador de electrones quede visto para sentencia.