"Podemos cambiarnos a nosotros mismos"
Maragall reta a alcaldes y dirigentes socialistas a iniciar una nueva etapa de renovaci¨®n
Pascual Maragall, alcalde de Barcelona, una de las ciudades emblem¨¢ticas de la modernidad de Espa?a en 1992, lanz¨® ayer a los militantes socialistas de Castilla-La Mancha uno de los desaf¨ªos para todos los miembros del PSOE en este a?o electoral: "Demostrar que no somos conservadores de nada, que hace falta m¨¢s cambio y que somos capaces hasta de cambiarnos a nosotros mismos".
El alcalde barcelon¨¦s, previsiblemente una de las personalidades a las que el PSOE va a dar m¨¢s proyecci¨®n p¨²blica ante las pr¨®ximas elecciones, defendi¨® la necesidad de entrar en una segunda etapa del cambio emprendido en 1982. Una etapa en la que, seg¨²n dijo, el Gobierno debe dejar de hacer lo que las autonom¨ªas pueden resolver mejor, y en la que los Gobiernos aut¨®nomos renuncien a prestar servicios que pueden realizar con menor coste y mayor eficacia los ayuntamientos.Maragall proclam¨® que los socialistas "no est¨¢n para conservar nada, sino para seguir cambiando", y apunt¨® que, para ganar las pr¨®ximas elecciones, el PSOE debe demostrar que el PP -sin citarle- "s¨ª que es conservador", en el m¨¢s amplio sentido del t¨¦rmino.
Maragall defendi¨® el inicio de esta segunda etapa del cambio ante miembros de la ejecutiva con importantes responsabilidades en el aparato, como Abel Caballero, Francisco Fern¨¢ndez Marug¨¢n y Elena Flores, y de alg¨²n guerrista tan relevante como Francisco V¨¢zquez, alcalde de La Coru?a. Pero la presencia de ¨¦stos junto a antiguos guerristas, ahora partidarios de la renovaci¨®n, como Jos¨¦ Bono y Juan Pedro Hern¨¢ndez Molt¨®, simboliz¨® el cierre de filas ante las elecciones.
Aviso a Gonz¨¢lez
Seg¨²n algunos parlamentarios socialistas, Gonz¨¢lez ha dado instrucciones de que se le advierta cuando el partido organice actos de cierta importancia por si decide asistir.
Para Francisco Quintanilla, concejal de Carpio de Tajo (Toledo) tras haber gobernado antes en ese Ayuntamiento, "est¨¢ bien que ahora la derecha tenga la ilusi¨®n de que es ella la que va a ganar, porque eso nos beneficia a nosotros". La reuni¨®n de ayer supuso para ¨¦l, como para otros muchos cargos socialistas de Castilla-La Mancha -una comunidad donde el PSOE cuenta con m¨¢s del 50% de las alcald¨ªas- una "inyecci¨®n de ¨¢nimo".
Para el alcalde de Hell¨ªn (Albacete), Fructuoso D¨ªaz, el distanciamiento en los mensajes de Guerra y Gonz¨¢lez no quiebra el discurso del PSOE: "S¨®lo hay, una voz, la del secretario general".
Algunos dirigentes socialistas contrastaban con orgullo la diferencia de calado entre el acto protagonizado hace una semana por Guerra en Sevilla, con motivo de la entrega de carn¨¦s a nuevos militantes, y la convenci¨®n de ayer en Toledo, con participaci¨®n del ministro para las Administraciones P¨²blicas, Juan Manuel Eguiagaray; los alcaldes de Barcelona y La Coru?a, y miembros de la ejecutiva federal. El ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, suspendi¨® en el ¨²ltimo momento su asistencia.
Algunos militantes se resist¨ªan ayer a aceptar que Gonz¨¢lez y Guerra avancen por caminos diferentes. "Creo que cada d¨ªa son m¨¢s amigos", aseguraba con sonrisa campechana Jos¨¦ Alc¨¢zar Martillano, de Belmonte de Cuenca.
"El partido no est¨¢ dividido. La unidad se ve aqu¨ª", defend¨ªa la alcaldesa de Belinch¨®n (Cuenca), Mar¨ªa ?ngeles Ballesteros, aunque reconoc¨ªa, en un lenguaje de inspiraci¨®n felipista, las dificultades para que "el proyecto salga adelante". El alcalde de Caba?as de la Sagra (Toledo), Javier D¨ªaz Alba, sosten¨ªa que las discrepancias en el PSOE no significan que este partido "est¨¦ acabado".
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