Posmodernos o prejuicios
Hay quien ve un nuevo conservadurismo, el del pensamiento d¨¦bil, en la reivindicaci¨®n de los falangistas. Para el profesor de literatura de la Universidad Complutense de Madrid Santos Sanz Villanueva, la recuperaci¨®n o reivindicaci¨®n de escritores fascistas o falangistas se viene dando desde hace unos a?os debido a un conjunto de motivos: "En un periodo de escasa creatividad se fomenta la b¨²squeda de autores olvidados", dice; "el llamado pensamiento posmoderno reh¨²ye la valoraci¨®n ¨¦tica, y ello facilita la difusi¨®n de actitudes conservadoras, y el esteticismo y la afici¨®n metaf¨®rica de un sector de intelectuales de la primitiva Falange coincide con un gusto actual que destaca los valores formales y los primores del estilo".El escritor Andr¨¦s Trapiello considera que el tiempo transcurrido es suficiente. Donde otros ven motivos de alarma ante la reedici¨®n de los fascistas, Trapiello ve prejuicios. "En Espa?a, literariamente, no ha habido nadie como C¨¦line o Pound, que hicieron su literatura con la sustancia de sus ideas pol¨ªticas", dice.
Los fascistas espa?oles, por lo general, fueron unos esquizofr¨¦nicos. En pol¨ªtica pensaban una cosa, y en literatura otra. Alzo tan sutil, pero tan evidente, es lo que la beater¨ªa no puede percibir, porque se lo impide el tufo de las velas. 0 sea, los prejuicios. Y la memoria no tiene que ver con esto: a los cien a?os, todas las guerras son iguales. Incluso la de 1936. Quedar¨¢n, si acaso, las conductas y las obras de uno y otro bando".
Obra "deleznable"
El escritor Juan Mars¨¦ explica que la novela de Agust¨ªn de Fox¨¢ le interes¨® "desde un punto de vista estrictamente narrativo. Est¨¢ contada con agilidad, y refiere unos hechos acerca del Madrid de aquella ¨¦poca, que a m¨ª, particularmente en la ¨¦poca que la le¨ª, hace 25 a?os, me interesaron much¨ªsimo. Pero Fox¨¢ es ese tipo de novelista que no soporto, porque su prosa segrega una baba venenosa absolutamente repugnante que hace que el libro sea repugnante. Su visi¨®n del periodo hist¨®rico es deleznable, es esa misma baba que he detectado en otros escritores fascistas, cuya pluma puede ser valorada desde otro punto de vista de manera elogiosa, pero que a m¨ª no me interesa: yo busco en una novela que me transmita esa emoci¨®n del contacto con la vida, y ese se?or no lo lograba porque esa baba repugnante se interpon¨ªa".
En opini¨®n de Pere Gimferrer ser¨ªa tan tonto no editar a Fox¨¢ como no editar a C¨¦sar Arconada, autor comunista que public¨® en Mosc¨² y que hizo propaganda del r¨¦gimen estalinista. "Otra cosa es que carecieran de m¨¦ritos literarios", dice el poeta, que agrega que "a nadie se le ocurrir¨ªa discutir la oportunidad de publicar a Paul Eluard o a Louis Aragon o, entre los fascistas, a Ezra Pound". "La difusi¨®n de un libro", concluye Gimferrer, "depende de su inter¨¦s para la historia de la literatura, salvo casos extremos en los que un autor desautorice un libro suyo, pero no es ¨¦ste el caso".
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