Obsesionados por el fin del mundo
El enfrentamiento de la comuna de Waco conjuga dos de las peores pesadillas norte-americanas: el derecho constitucional norteamericano a poseer armas de fuego y la proliferaci¨®n de sectas extremistas. Sin embargo, la Rama Davidiana que ha te?ido con sangre la llanura de Tejas naci¨® con un prop¨®sito pacifista. Un emigrante b¨²lgaro decidi¨® en 1934 escindirse de la Iglesia Adventista del S¨¦ptirno D¨ªa y trasladarse de California a Tejas, porque as¨ª cre¨ªa interpretar a trav¨¦s de las propias sagradas escrituras.El grupo encontr¨® numerosos seguidores que entregaron sus tierras y posesiones a la iglesia que les iba a salvar del fin del mundo. En 1959 lleg¨® a. tener 1.400 fieles en Estados Unidos que contribu¨ªan a las actividades de los davidianos. En 1984 una agria disputa por el liderazgo de la secta entre David Koresh (Vernon Howell) y el hijo de la anterior cabeza espiritual, George Roden, se sald¨® con un tiroteo. David Koresh y otros siete miembros de la comuna fueron acusados de homicidio frustrado aunque, finalmente, se les declarar¨ªa inocentes. El oponente de David Koresh, George Roden, permanece internado desde 1989 en un centro psiqui¨¢trico despu¨¦s de ser acusado de matar a un hombre. El enfrentamiento por el poder de la d¨¦cada de los 80 dio paso a la creaci¨®n de un arsenal.
Fue en la segunda escisi¨®n del grupo cuando Koresh se convirti¨® en cabeza de la rama de los davinianos, el grupo instalado en Waco y que se ha visto implicado en el tiroteo con agentes federales el pasado domingo.
La rama de los davidianos ha vivido obsesionada, desde sus or¨ªgenes, por el inminente advenimiento del fin del mundo. Los adventistas esperaban que el fin del mundo se produjera en 1844. Hoy, la Iglesia del S¨¦ptimo D¨ªa sigue defendiendo la inminencia del jucio final, pero ha preferido no fijar una fecha concreta.
Cuando empez¨® la 11 Guerra Mundial, Victor Houteff, que gest¨® la ruptura con los adventistas, decidi¨® modificar el nombre de su grupo por el de Adventistas Dav¨ªdicos del S¨¦ptimo D¨ªa. Houteff acus¨® a los adventistas de no practicar la pasividad con suficiente convicci¨®n porque permitieron que algunos de sus miembros se enrolaran en el Ej¨¦rcito.
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