La sede de la Audiencia, que cost¨® 300 millones, es insegura y peque?a, seg¨²n los magistrados

Jueces y abogados se quejan de la inseguridad y falta de espacio en la nueva sede de la Secci¨®n Penal de la Audiencia Provincial de Madrid (calle de Cartagena, 83), que funciona desde hace tres semanas. "He tenido que tapar la ventana; est¨¢s en el juicio, y en el edificio de enfrente, a la misma altura, casi todos los d¨ªas hay una se?ora tendiendo la ropa en el balc¨®n", explicaba hace unos d¨ªas Arturo Beltr¨¢n, magistrado de la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Madrid.

El reciente traslado de la Secci¨®n Penal de la Audiencia de Madrid, antes ubicada en Las Salesas (en el mismo edificio del Tribunal Supremo), a la calle de Cartagena no ha gustado a casi nadie. Las limitaciones f¨ªsicas -salas de vistas con capacidad muy limitada- y la inseguridad son las deficiencias en las que insisten los presidentes de las distintas secciones."`Esta instalaci¨®n es desmoralizante para todos", declara el presidente de la Secci¨®n Quinta de la Audiencia, Juan Jos¨¦ L¨®pez. "Implica una p¨¦rdida del respeto y de la simbolog¨ªa que debe rodear a un tribunal colegiado que puede imponer penas de hasta 30 a?os de c¨¢rcel. Aqu¨ª, el acusado y la v¨ªctima est¨¢n casi juntos, no hay espacio entre ellos y se pueden producir agresiones".

Pilar Oliv¨¢n, presidenta de la Secci¨®n Cuarta, entiende tambi¨¦n que el nuevo enclave de Cartagena (cuyas obras han costado alrededor de 300 millones de pesetas, seg¨²n el Ministerio de Justicia) no re¨²ne unas condiciones ¨®ptimas. "Hay poco espacio para el movimiento del p¨²blico; las columnas dentro de las salas reducen la visibilidad...", sostiene.

Jes¨²s Fern¨¢ndez Entralgo y Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez, presidentes de las secciones 17 y 15, respectivamente, ratifican por completo el cr¨ªtico informe redactado por la Asociaci¨®n Jueces para la Democracia poco antes del traslado (v¨¦ase EL PA?S del 6 de febrero). Este informe, entre otros adjetivos, tildaba de "degradante e impracticable" el nuevo edificio. "No hay insonorizaci¨®n; est¨¢s celebrando un juicio y se escuchan los ruidos del pasillo", se lamenta Ib¨¢?ez. "Todo eso y m¨¢s...", apostilla Fern¨¢ndez.

Limitaciones

No todos los presidentes comparten la opini¨®n de que el cambio ha supuesto un empeoramiento: F¨¦lix Alfonso, de la Secci¨®n Tercera, sostiene: "Hay limitaciones de espacio, pero, en general, considero que no est¨¢ mal". "Las columnas no se pueden quitar; est¨¢n ah¨ª para sujetar el edificio", subrayan, por su lado, fuentes del Ministerio de Justicia.Justicia explica en una nota remitida a este peri¨®dico: "Las caracter¨ªsticas del edificio [de Cartagena] no son ni remotamente comparables con el que ocupaba la Audiencia anteriormente: cuenta con cuatro fachadas que iluminan perfectamente su interior".

Sobre la situaci¨®n de los calabozos, calificados de "opresivos" por la Asociaci¨®n Jueces para la Democracia, Justicia indica: "Los 10 nuevos calabozos son mucho m¨¢s amplios [que los antiguos], cuentan con instalaci¨®n de aire acondicionado y cuatro locutorios para contactos entre abogados y detenidos. "Las obras", agrega la nota, "se han ejecutado en un plazo de tres meses y medio... y se han construido ocho salas de vistas para 35 personas sentadas y otras tres salas para 100, 125 y 130 personas, respectivamente. Los espacios reservados para la oficina judicial y maglistrados suman un total de 2.560 metros cuadrados construidos, frente a los 800 de que dispon¨ªa en la antigua sede".

Sobre la inseguridad, y desorden que plantea que ocho de las 10 salas de vistas desemboquen en un pasillo muy estrecho all¨ª se rozan acusados y acusadores, testigos de cargo y presuntos culpables-, las citadas fuentes agregan: "En ese pasillo no debe de haber nadie; hay una sala de espera para testigos y un equipo de megafon¨ªa para avisarles. Son ellos [los propios magistrados] los que deben velar por el buen funcionamiento interno, o su ¨®rgano de gobierno".

La realidad, sin embargo, es distinta: no todas las personas respetan las normas. Ese estrecho pasillo se halla con excesiva frencuencia abarrotado de p¨²blico, de colillas e incluso de humo. Un funcionario rogaba hace unos d¨ªas, en medio de un desbarajuste, que no se fumara.

A Miguel Hidalgo, presidente de otra secci¨®n, tampoco le atrae el nuevo edificio. Est¨¢ convencido de que, hoy por hoy, las instalaciones de la Audiencia de Madrid "son de las peores de Espa?a". Hidalgo se queja: "En mi secci¨®n no hay retrasos para los juicios. El otro d¨ªa, sin embargo, me advirtieron que para utilizar la sala cero (la m¨¢s amplia de la actual Audiencia) hay que pedirla con bastante antelaci¨®n; de hecho, ya est¨¢ comprometida hasta el mes de julio".

Firmas

Paralelamente, un grupo de abogados de Madrid est¨¢ recogiendo firmas para expresar su "preocupaci¨®n" por la situaci¨®n de la nueva sede. "Ya llevamos 600", afirma el letrado Jos¨¦ Emilio Rodr¨ªguez. Si, a primeros de abril, no se da una soluci¨®n", advierte Rodr¨ªguez, s¨®lo acudiremos a los juicios en los que haya presos". "Porque esto es una chapuza".