"Digo siempre la verdad, y eso me ha tra¨ªdo tremendas enemistades"
Mario Vargas Llosa ten¨ªa 10 a?os cuando conoci¨® a su padre. Hasta entonces cre¨ªa que hab¨ªa muerto. As¨ª se lo hab¨ªan dicho su madre, Dorita, y toda la familia Llosa. Con la irrupci¨®n de ese se?or que era su padre, y que llevaba pistola, llegaron, por este orden, los celos, el miedo, el terror y el odio. Pero contar esta historia tremenda no fue el motivo que impuls¨® al escritor peruano a escribir su autobiograf¨ªa. Fue la pol¨ªtica. En El pez en el agua (Seix Barral), que aparecer¨¢ en las librer¨ªas espa?olas el pr¨®ximo d¨ªa 23, Vargas Llosa analiza, disecciona y reflexiona simult¨¢neamente sobre sus decisivos primeros 20 a?os y sobre los recient¨ªsimos tres de pol¨ªtica activa. "Digo siempre la verdad, y eso me ha tra¨ªdo tremendas enemistades, muchas dificultades, tanto en mi vida familiar como en la intelectual".
Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) perdi¨® las elecciones a la presidencia de Per¨² el 10 de junio de 1990. El 13 abandon¨® su pa¨ªs. Se fue a Par¨ªs y luego a Berl¨ªn a estudiar alem¨¢n. La revista brit¨¢nica Granta le encarg¨® un art¨ªculo sobre su experiencia pol¨ªtica y sinti¨® la necesidad de explicar a los dem¨¢s y a s¨ª mismo esos tres a?os de su vida dedicados a la pol¨ªtica activa (198 -1990), cuando particip¨® en la creaci¨®n del Movimiento Libertad y del Frente Democr¨¢tico con el que opt¨® a la presidencia de Per¨² y con el que perdi¨® las elecciones.Una lectura apresurada de El pez en el agua puede indignar a los amantes de la literatura, a aquellos que se alegraron de que Vargas Llosa no accediera a la presidencia, de que se perdiera un pol¨ªtico y se ganase un novelista. A primera vista, el escritor pone m¨¢s ¨¦nfasis en su breve trayectoria pol¨ªtica que en su larga historia de escritor: el libro est¨¢ dividido en 20 cap¨ªtulos, 10 dedicados a sus primeros 20 a?os y 10 a la aventura en la pol¨ªtica activa. Parece desproporcionado. Tres a?os contra toda una vida. Una lectura m¨¢s tranquila permite comprobar que no es as¨ª. Todo el libro est¨¢ atravesado por la literatura. Las referencias a su creaci¨®n novel¨ªstica, teatral o ensay¨ªstica est¨¢n presentes en todos los cap¨ªtulos. Y para quienes gusten del morbo, un aviso: Vargas Llosa no explica su c¨¦lebre pelea con Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez; eso ocurri¨® posteriormente, pero s¨ª da cuenta con todo detalle de sus amores con la "t¨ªa Julia", hermana menor de su t¨ªa Olga.
Pregunta. Usted proyect¨® escribir unas memorias pol¨ªticas a las que t¨ªtul¨® inicialmente El pez fuera del agua. Luego introduce sus primeros 20 a?os de vida y cambia el t¨ªtulo. ?Por qu¨¦?
Respuesta. Empez¨® como un art¨ªculo sobre los tres a?os de campana pol¨ªtica. Lo titul¨¦ El pez fuera del agua para mostrar que esta hab¨ªa sido una experiericia exc¨¦ntrica de mi vida. Me qued¨¦ con la insatisfacci¨®n de haber dado una versi¨®n muy sin¨®ptica y parcial. Decid¨ª ampliarla y cuando hab¨ªa empezado me di cuenta de que si me refer¨ªa s¨®lo a esos tres a?os iba a ser una versi¨®n falaz. La campa?a pol¨ªtica es s¨®lo una parte de mi vida, en la que, en realidad, la literatura ha sido mucho m¨¢s importante. Ha abarcado mucho m¨¢s tiempo y tengo con ella un compromiso m¨¢s permanente y mucho m¨¢s profundo. As¨ª fue como decid¨ª hacer ese contrapunto entre esos tres a?os recient¨ªsimos y mis primeros ventatantos a?os, en los que se forj¨® mi vocaci¨®n literaria y en los que viv¨ª las experiencias b¨¢sicas que de una manera u otra han determinado lo que ha sido toda mi vida posterior, incluida la acci¨®n pol¨ªtica. Por eso cambi¨¦ el t¨ªtulo y le puse El pez en el agua, porque es un testimonio que refleja la totalidad de mi experiencia.
P. ?Por qu¨¦ eligi¨® ese periodo de su infancia, adolescencia y primera juventud?
R. En mi infancia aparecieron los grandes temas que de alguna manera han reaparecido en todo lo que he escrito y que se han reproducido en las grandes opciones que he tomado. Experiencias dif¨ªciles que me han marcado. Fue importante hacer ese libro, me ha ayudado a entender mi propia evoluci¨®n. No se tiene distancia con lo que se vive, es el caos. Escribir una autobiograf¨ªa es poner orden en ese caos, y ese orden te lo dan ciertas experiencias traum¨¢ticas, que te marcan y que son de efecto prolongado, como en mi caso la relaci¨®n con mi padre. Mi padre es el gran protagonista del libro. Me marc¨® tremendamente a una edad en la que todo se decide en la vida. Creo que todas mis elecciones estuvieron condicionadas por la relaci¨®n con esa persona que conoc¨ª a los 10 a?os.
P. Conoci¨® a su padre a los 10 a?os; luego se enter¨® de que tenia dos hermanastros; su padre le envi¨® a un colegio militar; hizo que le despidieran de su primer trabajo como periodista; escribi¨® una carta muy dura sobre usted, y la hizo circular p¨²blicamente, cuando public¨® La t¨ªa Julia y el escribidor... Pero quiz¨¢ lo peor fue cuando se enter¨® de que usted, con 19 a?os, se hab¨ªa casado con la t¨ªa Julia, de 32.
R. S¨ª, lo cuento todo en el libro. Siempre fue una relaci¨®n tormentosa, que se apacigu¨® aparentemente pero que nunca se recompuso. Nunca lleg¨® a haber una reconciliaci¨®n real. Es una sombra que me perseguir¨¢ hasta la tumba. No me fue f¨¢cil al escribir el libro volver a toda esa experiencia que estaba como reprimida en mi memoria.
P. Usted es m¨¢s Llosa que Vargas. La familia materna parece decisiva en su vida. Los abuelos, su madre, los t¨ªos Lucho, Jorge y Pedro; las t¨ªas Olga y Gaby, los primos... son personajes permanentes en el libro.
R. Es un homenaje a mi familia materna, a la que debo lo mejor que me pas¨® de ni?o y de joven y es mi fuente de inspiraci¨®n m¨¢s c¨¢lida. Es una saga familiar. Una familia muy t¨ªpica de estas sociedades nuestras, y digo nuestras porque hay un cord¨®n umbilical que sigue intacto con Espa?a: la importancia de la familia, que es el marco dentro del cual todo se hace y todo se decide. Es un contexto del que nunca te libras para bien y para mal. Con el tiempo, la familia Llosa ha ido subdividi¨¦ndose y dispers¨¢ndose, pero sigue siendo con- todo una familia muy unida y cada vez que vuelvo a Per¨² se reconstituye el v¨ªnculo. Mi t¨ªo Lucho sigue vivo, pero sufri¨® un ataque cerebral y me da mucha pena porque el libro es un gran homenaje a ¨¦l, que influy¨® decisivamente en mi vida, y no creo que pueda ya leerlo.
P. ?Qu¨¦ aprendi¨® de su experiencia en la pol¨ªtica activa?
R. Si algo aprend¨ª es mi total ineptitud para ? la acci¨®n pol¨ªtica profesional y una falta total de vocaci¨®n. La raz¨®n b¨¢sica por la que particip¨¦ es porque lo consider¨¦ una obligaci¨®n ¨¦tica y me pareci¨® muy ¨²til hacer ese tipo de esfuerzo. Y eso tambi¨¦n es v¨¢lido. Hay circunstancias en que la pol¨ªtica no debe ser exclusivamente un monopolio de la clase pol¨ªtica, tiene que abrirse a una participaci¨®n de los dem¨¢s, escritores o profesionales de cualquier especialidad.
P. El libro muestra su campa?a pol¨ªtica como algo muy duro, amargo y decepcionante.
R. Es cierto, pero tambi¨¦n fue una experiencia muy instructiva. Yo siempre hab¨ªa participado en discusiones pol¨ªticas, hab¨ªa tenido peque?os periodos en pol¨ªtica, pero, claro, esos tres a?os fueron excepcionales porque que di un salto a un tipo de actividad ya profesional. Me hizo aprender much¨ªsimo sobre el pa¨ªs, sobre m¨ª mismo, sobre la pol¨ªtica. Dicen que para un escritor no hay experiencia mala y, en ese sentido, fue una experiencia provechosa, pero tambi¨¦n penosa.
P. Usted hace hincapi¨¦ en el cinismo en la pol¨ªtica, de los pol¨ªticos.
R. Lo que me result¨® m¨¢s chocante fue descubrir c¨®mo las ideas ya no ten¨ªan el menor papel en la actividad pol¨ªtica, ni los va lores ni la imaginaci¨®n, que todo estaba enteramente librado a la maniobra, a la intriga, al juego m¨¢s c¨ªnico y que todo eso ten¨ªa una enorme eficacia, decisiva en la acci¨®n pol¨ªtica. Creo que es importante tenerlo en cuenta, saber que la pol¨ªtica es tambi¨¦n eso y que quien quiera hacer pol¨ªtica guiado por ideas, por valores, debe saber tambi¨¦n jugar ese otro juego. En determinadas circunstancias es el decisivo. Yo quer¨ªa contar eso de una manera personal, algo que yo viv¨ª en carne propia y ver qu¨¦ conclusiones se pueden sacar que sean menos anecd¨®ticas sobre la pol¨ªtica. Esa es la raz¨®n principal por la que escrib¨ª el libro. Ha sido uno de mis libros m¨¢s dif¨ªciles de escribir, sobre todo porque los tres a?os de campa?a pol¨ªtica est¨¢n muy cerca y la cercan¨ªa te borra la perspectiva. Es un libro escrito con pasi¨®n, es inevitable, pero he hecho un enorme esfuerzo de objetividad, tratando de que la pasi¨®n no me borrara el juicio.
P. ?Lo ha conseguido?
R. Creo que s¨ª. No es un libro para justificarme. M¨¢s autocr¨ªtico que cr¨ªtico, pero no puede dejar de haber cr¨ªtica en un libro que quiere ser un testimonio de combate.
P. En algunos cap¨ªtulos, como en el que habla de la financiaci¨®n del Movimiento Libertad, parece usted un poco ingenuo.
R. Seguramente hab¨ªa una cierta ingenuidad. Ya me di cuenta en el momento mismo de la acci¨®n pol¨ªtica que el no querer recurrir a lo que podemos llamar la t¨¦cnica pol¨ªtica pod¨ªa ser suicida. Fue una apuesta, que perd¨ª. El problema es que si t¨² aceptas que la pol¨ªtica debe estar totalmente desvinculada de la moral, del pensamiento, de unos ciertos valores trascendentes y aceptas que es una pura t¨¦cnica amoral, como dec¨ªa Maquiavelo tan l¨²cidamente, condenas a la pol¨ªtica a rodar hacia un verdadero abismo en el que los p¨ªcaros, los c¨ªnicos, los inescrupulosos tienen todas las de ganar. Aunque tampoco es verdad que siempre ganen. Es cierto que, en muchos casos, afortunadamente, los valores, las ideas, la honestidad, la limpieza impregnan la pol¨ªtica y esos son los mejores momentos para la vida de un pueblo, de una sociedad.
P. En el cap¨ªtulo dedicado al "Intelectual barato", afirma que en Per¨² existe un elevado ¨ªndice de deshonestidad entre los intelectuales y denuncia el divorcio de muchos entre vida p¨²blica y privada. Hace usted cr¨ªticas muy severas, con nombres y apellidos. Eso va a causar un gran revuelo en su pa¨ªs.
R. Cr¨ªticas hechas sin nombre ni apellidos no tendr¨ªan objeto. No est¨¢ escrito para justificarme y, adem¨¢s, no es el libro de un pol¨ªtico, sino de un escritor que ha intentado hacer un gran esfuerzo de sinceridad a sabiendas de que va a provocar reacciones negativas. Pero no ser¨¢ la primera ni la ¨²ltima vez que ando envuelto en pol¨¦micas, son parte de mi destino. Siempre he estado envuelto en debates, discusiones, antagonismos intelectuales, a veces muy subidos de tono. He descubierto con sorpresa que no ocurre s¨®lo en el campo pol¨ªtico, donde la verdad se acomoda continuamente a las conveniencias, sino tambi¨¦n en el intelectual, donde no deber¨ªa ser tan frecuente. En mi caso,m¨¢s que una actitud de principios es una necesidad f¨ªsica. Yo, que miento con tanta desenvoltura cuando escribo novelas, en todo lo dem¨¢s digo siempre la verdad y eso me ha tra¨ªdo tremendas enemistades, muchas dificultades en mi vida familiar e intelectual, pero es algo que est¨¢ ¨ªntimamente ligado a mi actividad intelectual.
P. Una de las im¨¢genes m¨¢s terribles de los ¨²ltimos tiempos es la del l¨ªder senderista Abimael Guzm¨¢n vestido de preso a la antigua usanza y encerrado en una jaula.
R. As¨ª lo dije yo y he sido acusado de prosenderista [y estalla en estruendosas carcajadas que no puede reprimir]. Una de las buenas consecuencias de haber perdido es que ya nunca jam¨¢s podr¨¦ ser acusado de nada m¨¢s, porque ya he sido acusado de todo.
P. Seg¨²n cuenta en su libro se le ha acusado incluso de porn¨®grafo, utilizando sus libros Pantale¨®n y las visitadoras o Elogio de la madrastra en contra suya.
R. S¨ª. Es fant¨¢stico. Nunca se hab¨ªa hablado tanto de mis libros en Per¨².
P. Tambi¨¦n se le ha acusado de pasar del comunismo al thatcherismo; en cambio, en su libro usted cuenta que milit¨® en la Democracia Cristiana.
R. Decir que he pasado del comunismo al thatcherismo es hacer una sinopsis muy esquem¨¢tica. Tambi¨¦n he escrito el libro para despejar todas esas incertidumbres. S¨ª es cierto que milit¨¦ en la Democracia Cristiana, cuando estaba en la Universidad. Me afili¨¦ porque parec¨ªa un movimiento de gentes muy puras, muy ¨ªntegras, en los a?os finales de la dictadura de Odr¨ªa.
P. Y cuenta usted que abandon¨® el partido ante su tibieza en la defensa de la revoluci¨®n cubana.
R. S¨ª, lo dej¨¦ por ello en un momento en que Cuba era atacada internacionalmente. Pero esa es otra historia. Ser¨¢ otro volumen. Mi relaci¨®n con Cuba es tan compleja y traum¨¢tica como con la t¨ªa Julia.
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