"En Francia, la solidaridad funcional"
ENVIADO ESPECIAL Alain Geismar, un hombre del Mayo del 68, se enfrenta ahora a los nietos de aquel movimiento: los ecologistas. Reconoce los errores del partido socialista y que la transici¨®n que se avecina ser¨¢ dif¨ªcil, pero advierte que una victoria de la derecha pondr¨ªa en peligro los actuales mecanismos de solidaridad del Estado franc¨¦s.
Pregunta. ?Van a perder las elecciones porque han traicionado a su electorado?
Respuesta. Hay mucha gente que est¨¢ decepcionada, amargada por el desempleo, por los esc¨¢ndalos, por el comportamiento de los pol¨ªticos, por el hecho de no asumir sus errores. Pero hablar de traici¨®n a las bases socialistas es un discurso comunista que hoy d¨ªa no tiene mucho eco. La gente nos vot¨® en 1981 para evitar el desempleo, hab¨ªa unos compromisos [el programa com¨²n con el partido comunista]. Los socialistas pens¨¢bamos que con las nacionalizaciones, con una fuerte presencia del Estado en la econom¨ªa, podr¨ªamos llevar a cabo una pol¨ªtica social, tirar del sistema econ¨®mico. Pero las cosas no se desarrollaron as¨ª, hubo que tomar una opci¨®n. Fue la que se adopt¨® en el 83 y 84. O cerr¨¢bamos las fronteras u opt¨¢bamos porque Francia participara en la construcci¨®n de Europa. Creo que habr¨ªa sido una cat¨¢strofe si hubi¨¦ramos escogido la opci¨®n de cerrarnos. Todos los pa¨ªses que lo hicieron han fracasado. Si eso es lo que llaman traici¨®n, lo asumo perfectamente. En 1988 [segunda victoria de la izquierda tras un periodo de cohabitaci¨®n- de Mitterrand con la derecha], la gente que nos vot¨® no esperaba milagros sobre el desempleo. Ten¨ªan m¨¢s confianza en nosotros que en ninguna otra fuerza. Piensan que nosotros tal vez no hayamos conseguido arreglar el desempleo, pero que m¨¢s vale ser parado en Francia que en muchos otros pa¨ªses, incluido Estados Unidos o el Reino Unido. Al final no s¨¦ si sabremos arreglar el problema del paro, pero hemos establecido los ingresos m¨ªnimos de inserci¨®n -el RMI- y los cr¨¦ditos de formaci¨®n para los j¨®venes. En Francia, la solidaridad funciona. La solidaridad no sirve para crear empleos, pero s¨ª para repartir los ingresos. Y todo esto es lo que corre el riesgo de perderse si la derecha llega al poder.
P. ?Qu¨¦ explicaci¨®n da al surgimiento del voto ecologista?
R. Hay un rechazo de la pol¨ªtica que se expresa en el voto de los verdes. Aqu¨ª ha ocurrido en la izquierda y un poco en la derecha, que no tiene un voto m¨¢s que en 1988.
P. ?Qu¨¦ significa hablar hoy de izquierdas?
R. La izquierda no puede pretender resolver sola los problemas de la sociedad si pretende definirse en relaci¨®n a los asalariados y al capital. Hay problemas que no se tienen en cuenta, que no se saben abordar. En Francia, la izquierda, incluida la socialdemocracia, ha tenido una tradici¨®n obrera Jaures tuvo que incorporar la defensa de los derechos humanos, luego vino la cuesti¨®n nacional, luego la defensa del feminismo, ahora la ecolog¨ªa. Todas ellas han provocado controversias. Mitterrand lanz¨®, en su campa?a de 1965, la defensa del derecho de la mujer a la anticoncepci¨®n, y eso escandalizaba al partido comunista, que dec¨ªa que ¨¦se era un asunto burgu¨¦s. Mire el caso de la defensa de la naturaleza, que ahora se ha incorporado al pensamiento de izquierdas. Los ecologistas tienen el m¨¦rito de haberlo planteado, han tenido dificultades para hacerse escuchar; si no hubieran pegado fuerte, incluyendo el mantenimiento de su independencia pol¨ªtica, estoy seguro de que no hubieran sido escuchados. Est¨¢n pasando muchas cosas. Va a llevar muchos a?os, y los periodos de transici¨®n son siempre los m¨¢s dif¨ªciles. El Partido Socialista ha vivido sobre una ecuaci¨®n de uni¨®n de la izquierda, con la hip¨®tesis de Mitterrand de reequilibrar la izquierda en favor del Partido Socialista; antes era el partido comunista el partido dominante, y ahora ya no existe. Los ecologistas querr¨ªan que se hiciese una opci¨®n radical. O la alianza con los comunistas e, la alianza con ellos. Eso da idea de la situaci¨®n de transici¨®n en la que nos encontrarnos y de la dificultad del Partido Socialista para actuar. Porque el PS tiene una expectativa de voto un poco baja, pero no se ha hundido. Salvo en momentos extraordinarios, consigue en torno al 20% de los votos. Pero va a haber un periodo de transici¨®n, que es dif¨ªcil.
P. Los verdes encuentran amplio eco en los medios de comunicaci¨®n, que a veces los presentan como los herederos del 68. ?Qu¨¦ piensa de ese fen¨®meno?
R. Es verdad que si se sopla en un globo se hincha. Y es verdad que los medios de comunicaci¨®n tienen una tendencia a ocuparse de todo lo que es nuevo, eventualmente de lo que es ef¨ªmero. Algo de eso tambi¨¦n pas¨® en el 68. Pero la analog¨ªa no sirve. El movimiento del 68 surgi¨® contra un poder autoritario, centralizado, en un periodo de batalla por el reparto de las rentas sociales. En el 68, en urra jornada se subi¨® el salarlo m¨ªnimo interprofesioqal en un 30%. En una jornada. Esa no es la cuesti¨®n hoy d¨ªa. Entonces no exist¨ªa el paro que hay hoy d¨ªa, el tejido social est¨¢ algo desgarrado, pero aguanta. El Mayo del 68 se produce en plena guerra fr¨ªa, en plena guerra de Vietnam, cosas que la gente ha olvidado. Esas comparaciones me parecen superficiales.
P. El mundo ha cambiado mucho desde el 68. ?Sabe usted qu¨¦ rumbo lleva?
R. Yo era un ni?o jud¨ªo que vivi¨® la II Guerra Mundial y he vivido en un mundo que cambia cada ma?ana. No estoy en un universo fijo, tengo una formaci¨®n cient¨ªfica, soy f¨ªsico, y tengo una relaci¨®n con la realidad muy fuerte. No vivo en un mundo abstracto. Est¨¢ en mi naturaleza profunda adaptarme a la realidad. No me confunda con una veleta. Tengo mis criterios, mis valores. Yo no imaginaba que el muro de Berl¨ªn iba a caer as¨ª, poca gente lo esperaba; pens¨¢bamos en una explosi¨®n, Berl¨ªn, Hungr¨ªa, Praga, eran precedentes; pero no una implosi¨®n. Nadie se esperaba el derrumbe del imperio ruso. Pero yo nunca hab¨ªa cre¨ªdo que el comunismo fuera el fin de la historia.
P. ?La Europa de dos velocidades, y dentro de la Europa de los ricos unas sociedades con dos velocidades: una para los que tienen y otra para los excluidos?
R. Cuando uno va a Estados Unidos, a Brooklyn, o a Londres se da cuenta enseguida. Hay dos maneras de ser pobre dentro de los pa¨ªses m¨¢s industrializados, de los pa¨ªses m¨¢s ricos. Pero, como antes he dicho, es mejor ser pobre en Francia o en Alemania que en Estados Unidos o en el Reino Unido. Soy de las personas que piensan que hay que ir m¨¢s lejos en los mecanismos de solidaridad, llegar hasta donde se pueda. Porque a veces el tejido social se rasga y hay problemas muy serios con la fiscalidad, con sectores de la sociedad que tienen una segunda residencia, varios coches. Es duro cuando se les reclama que sean solidarios con los parados. Respecto a la Europa de las dos velocidades es necesario compensar a los pa¨ªses m¨¢s atrasados. Yo soy partidario, adem¨¢s, de que se construya la Europa social lo antes posible.
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