El Bar?a despierta al 'Depor' de su sue?o
JOS? MAR?A SIRVENTSe acab¨® el erotismo. La liga ya no es un m¨¦nage ¨¤ trois. Te¨®ricamente, vuelve a ser cosa de dos; de una pareja mal avenida y divorciada, el Barcelona y el Real Madrid, que llevan a?os litigando por los mismos bienes. El Deportivo despert¨® anoche de su sue?o de la forma m¨¢s abrupta. Todas las meigas de Galicia se aliaron contra el equipo revelaci¨®n del campeonato, incluido el ¨¢rbitro. La Coru?a quiz¨¢ volver¨¢ ahora a la triste realidad y recordar¨¢ los desastres ecol¨®gicos causados por el petrolero Mar Egeo que embarranc¨® en sus costas. El Superdepor tambi¨¦n embarranc¨® en el Camp Nou, despu¨¦s de poner el coraz¨®n en un pu?o a la afici¨®n barcelonista y demostrar a todos los aficionados al f¨²tbol que es un equipo con las mismas hechuras de los grandes pero con el estigma de los peque?os. Eso es precisamente lo que le perdi¨®. Como siempre, el pez grande, el Barga, se comi¨® al chico. Una historia semejante sucedi¨® hace 15 d¨ªas en el estadio Santiago Bernab¨¦u.
Arsenio Iglesias, el abuelo de los t¨¦cnicos espa?oles, comparaba previamente el partido a un combate de boxeo. "Si me voy a pelear con un boxeador que es m¨¢s r¨¢pido y atiza mejor, tendr¨¦ que estar muy al tanto para engancharlo a la contra". Y eso es lo que hizo precisamente su Deportivo, que lleg¨® a Barcelona con bajas importantes en su equipo titular.
El equipo gallego no se asust¨® por el ambiente que se respiraba en las gradas. Salt¨® al c¨¦sped con el mismo descaro que lo hizo frente al Real Madrid y con un conocimiento exacto de los puntos d¨¦biles de su rival. El Bar?a es un conjunto brillante que arrolla cuando ejerce el control del bal¨®n, pero si se le presiona, si le hurtan los espacios se convierte en un grupo de amigos que corren detr¨¢s de un bal¨®n. Lo peor que le puede suceder a un futbolista, seg¨²n la opini¨®n de Michael Laudrup.
Durante 25 minutos el Bar?a fue un juguete en manos de un Deportivo perfectamente asentado en el campo, que atosigaba hasta la extenuaci¨®n y se lanzaba al contragolpe de forma rap¨ªdisima y casi letal. Si Claudio no hubiera tenido la bota torcida y Zubizarreta no hubiera estado bajo los palos de la meta azulgrana, en el Camp Nou, siempre un escenario propicio para el dramatismo, se hubiera mascado la tragedia. El delantero gallego desperdici¨® cuatro claras ocasiones ocasiones y Zubi se encargo de neutralizar un disparo de Aldana que ya se cantaba gol.
El Bar?a apenas dispuso de ocasiones, quiz¨¢ porque su t¨¦cnico, Johan Cruyff, tambi¨¦n abuelo como Arsenio, se equivoc¨® en su planteamiento, desperdiciando de salida su banda derecha. Cruyff tard¨® muchos minutos en darse cuenta que las penetraciones de Aldana eran mortales de necesidad y por eso envi¨® a frenarle a ese gran comod¨ªn llamado Eusebio, que cumpli¨® su cometido a la perfecci¨®n, aunque contagiado por la pesadez mental de sus companeros y muy especialmente de Stoichkov que practic¨® el absentismo laboral.
Pero los zarpazos del Bar?a, como tem¨ªa Arsenio, son para dejar tumbado a cualquiera. Goikoetxea lanz¨® uno desde casi 40 metros, que volvi¨® demostrar la escasa fortuna que acompa?a a Lia?o. El Deportivo recibi¨® el golpe en la car¨®tida y cort¨® de ra¨ªz su riego sangu¨ªneo. Cuando ya parec¨ªa recuperado, los azulgrana lo remataron al filo del descanso, con un gol de Amor, precedido de una jugada pol¨¦mica en la que intervinieron L¨®pez Rekarte y Stoichkov. Por si esto fuera poco, el equipo gallego se fue al descanso con un hombre menos porque el mencionado L¨®pez Rekarte no supo controlar sus nervios ante el colegiado Mart¨ªn Navarrete. El partido estaba ya visto para sentencia.
En el segundo acto, el Depor recibi¨® la puntilla con un penalti inexistente y cuando ya el Bar?a resplandec¨ªa como en sus mejores partidos. A pesar de la derrota, el grupo musical coru?es Os diplom¨¢ticos de Monte alto no tendr¨¢ que retirar de la circulaci¨®n el disco recientemente editado en el que se puede escuchar este estribillo: "No hay genio como Arsenio". El Depor sigue siendo inexperto, pero ha puesto entre las cuerdas al Bar?a y al Madrid.
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