El manuscrito de D. Lyon
"Para m¨ª, todo lo que cae fuera de la fotograf¨ªa propiamente dicha es texto. Las p¨¢ginas de texto son una s¨ªntesis de palabra e im¨¢genes. Y las entendemos cuando las miramos como miramos una fotograf¨ªa. Han de ser bellas como un manuscrito medieval. Si uno se abandona a la lectura de estas palabras y de estas im¨¢genes, el resultado es una buena historia, parecida a una novela". Esta cita forma parte de la introducci¨®n con la que Danny Lyon presentaba en 1969 una peque?a muestra de sus fotograf¨ªas en Instituto de Arte de San Francisco.Autor ligado al tratamiento de temas marginales recopilados ahora en nueve secciones, hace de esta colecci¨®n (1959-1990) el arquetipo de esos fot¨®grafos de la segunda mitad del siglo que, huyendo del sensacionalismo, narran sin dramatismo la vida de aquellos con los que se obligaron a convivir -con la ¨²nica obligaci¨®n, casi militante, de tomar fotos- en situaci¨®n l¨ªmite.
Danny Lyon
Fotograf¨ªas 1959-1990.Sala Catalu?a. Fundaci¨®n La Caixa. Paseo de Gracia, 2. Barcelona. Hasta el 28 de marzo.
As¨ª, Danny Lyon apuesta por el concepto del personal record, o registro personal, que subraya preferentemente la puesta en contacto directo con los personajes y situaciones que fotograf¨ªan.
Y tambi¨¦n, esta recopilaci¨®n -unas 170 fotograf¨ªas, agrupadas en nueve secciones por el Center For Creative Photography (Tucson, Estados Unidos) y el Folkwang Musseum, en Essen (Alemania)- da fe de ello. Desde sus impactantes instant¨¢neas de la vida en la c¨¢rcel de Tejas, donde comparti¨® con los presos temperaturas de m¨¢s de 40? durante el mes de agosto, o las instant¨¢neas, aut¨¦nticos certificados fin de obra, de la. destrucci¨®n urban¨ªstica del Lower Manhattan (1966-1967); las tribus de motoristas -bikeriders (1963-1964)- de Wisconsin, Alabama, Chicago, Ohio, Indiana, etc¨¦tera) a los mivientos proderechos civiles del Sur -The Southem Civil Rights Movements (1964-1966): Atlanta, Alabama, Georgia, etc¨¦tera.
Lyon perteneci¨® a la Agencia Magnum, donde se sinti¨® prontamente inc¨®modo: "Nunca tuve intenci¨®n de escribir historias (los de Magnum siempre me ped¨ªan alguna). Lo que yo me imaginaba era algo m¨¢s fuerte y m¨¢s emotivo, a base de fotos aisladas". Da la impresi¨®n que toda esa estructura de fabricaci¨®n-difusi¨®n de im¨¢genes constituy¨® un cors¨¦ que le imped¨ªa trabajar a su aire. Jam¨¢s apost¨® por ser un fot¨®grafo de largos proyectos en el tiempo; al contrario, opt¨® por captar tomas singulares que posteriormente, en conjunto -como si se tratara de un impresionista- conformaron un corpus.
Ante todo, Ly¨®n rompi¨® prematuramente el muro que separaba la fotograf¨ªa de otras almas gemelas del medio cuyos or¨ªgenes no estaban ni en la pintura, el teatro..., tampoco en aquellas ¨¢reas a la que se las hab¨ªa considerado como ra¨ªces de la instant¨¢nea. Por el contrario, las estrechas relaciones entre la literatura y la fotograf¨ªa constituyeron su obsesi¨®n: hab¨ªa que integrar texto e imagen, como magistralmente lo hizo en Conversations with the Dead.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.