El Bar?a mete la directa en Valencia
El Barcelona estir¨® la Liga en Mestalla, una especie de Bundesbank que marca el ¨ªndice burs¨¢til. Forrar el liderato en Valencia es s¨ªntoma inequ¨ªvoco de poder¨ªo. El colectivo de Cruyff demostr¨® que ya husmea el t¨ªtulo, mientras los dem¨¢s deben conformarse con seguir su rastro. El Madrid y el Deportivo est¨¢n obligados a ganar hoy para ser segundo y tercero. Un mal asunto. Victorias como las de ayer hunden normalmente a cualquier contrario. Partidos como el del Luis Casanova son piezas de museo.El Valencia dignific¨® m¨¢s si cabe el triunfo del Barcelona. Quiso avivar el campeonato y se encontr¨® con una derrota que le honra. El marcador plasm¨® con rigor, al fin y al cabo, las ganas de vencer de unos y otros. El Barcelona lleva el piloto autom¨¢tico puesto (12 puntos de 12) desde que Pajares Paz fue despedido del Camp Noti como un villano -por su faena con el Atl¨¦tico de Madrid- y recibido como un h¨¦roe en su tierra, en Badajoz. Ha empezado a contar sin dejar de jugar. Sab¨ªa que ten¨ªa que hacer doblar el espinazo a uno de los equipos m¨¢s duros de la competici¨®n para ganarse el cr¨¦dito ajeno y, aunque en el ¨²ltimo suspiro, lo consigui¨® con los rasgos propios de un campe¨®n.
El colectivo barcelonista sali¨® a pelo a la cancha. Ni un solo defensa nato hab¨ªa en el ¨¢rea de Zubizarreta. Cruyff plant¨® un grupo nada ortodoxo en principio para manejar un partido muy ¨¢spero. Un extremo reciclado tapaba el lateral derecho (Goikoetxea). Un centrocampista diestro cubr¨ªa el flanco izquierdo (Eusebio). El m¨¢s polivalente ejerc¨ªa de central (Nadal). El zurdo m¨¢s nato maniobraba por la derecha (Begiristain). Y el punto de referencia quedaba inutilizado como interior derecho (Koeman). El equipo, sin embargo, se asegur¨® de salida un buen control del cuero, y se encontr¨® con un gol precioso en la primera pared que mont¨® Bakero.
El Valencia perdi¨® su sitio y entreg¨® el campo al Bar?a. Los azulgrana enfriaron el choque hasta desquiciar al contrario. Y malgastaron dos remates (Stoichkov y Amor) que llevaban escrita la sentencia de gol. El cuadro local recurri¨® a la intimidaci¨®n para que no se le escapara la contienda. Y el Barca se arrug¨®. La p¨¦rdida reiterada de balones propici¨® las acometidas del grupo de Guus Hiddink. Privados de su alma, Roberto, los locales agarraron el partido con el coraje de Penev y el trabajo de sus volantes. El tanto del empate, discutible por tratarse de un sucio penalti, reflej¨® todas las carencias y virtudes del Valencia.
El gol descompuso al Bar?a e hinch¨® al Valencia hasta entrado el segundo tiempo, cuando Fernando firm¨® la remontada local. El encuentro dio entonces otro vuelco total. El equipo de Cruyff apel¨® a su car¨¢cter de campe¨®n; con Nadal de buque insignia, y en 10 minutos plasm¨® de nuevo su superioridad en el marcador.
Esa es la grandeza de este equipo. Tiene una simplicidad brutal tanto para ganar como para perder moment¨¢neamente un partido -Independientemente de la posici¨®n de sus peones Y tambi¨¦n una bondad Infinita para con quien la merece. El Va lencia sobrevivi¨® y negoci¨® un empate no s¨®lo por su raza y buen concepto del f¨²tbol, sino por la benevolencia de Stoichkov. El momento de forma del b¨²lgaro marca la diferencia entre aquel equipo imparable y ¨¦ste, m¨¢s benigno. La falta de instinto asesino del pol¨¦mico delantero retard¨® la victoria del Bar?a hasta las postrimer¨ªas del choque.
El gol de Bakero fue el premio al coraje del grupo de Cruyff y la guinda a un partido espl¨¦ndido por ambos bandos. Nadie quiso el empate, y de ah¨ª las alternativas que hubo en el marcador y las distintas correcciones t¨¢cticas. Los cuatro goles marcados y los tres encajados resumen la vocaci¨®n ofensiva que transmite el holand¨¦s a sus equipos.
El Barca era consciente de que sellar el visado de l¨ªder en Mestalla era, mas que una deuda pendiente del colectivo de Cruyff -la ¨²ltima victoria data de 1986- un requisito necesario para, ganarse el cr¨¦dito de los contrarios sin recurrir a la moviola arbitral. El de ayer fue un partido para ver mas que para explicar.
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