La percepci¨®n del espacio

Figura clave en el debate art¨ªstico de las tres ¨²ltimas d¨¦cadas -de quien tuvimos ya la fortuna de ver en Madrid, el pasado a?o, una excelente retrospectiva-, Richard Serra nos ofrece en esta ocasi¨®n tres de sus soberbias piezas en acero y un ciclo de papeles de formato colosal.La obra de Serra determina un modo de relaci¨®n con el espacio extremadamente complejo y que implica, al tiempo, matices muy distintos. En l¨ªnea con la noci¨®n de espacio espec¨ªfico abierta por el minimalismo, su trabajo parte siempre de la experiencia que se establece, en un flujo de modulaciones espaciotemporales, a partir del encuentro entre el espectador y la pieza en un ¨¢mbito concreto, a trav¨¦s de una ecuaci¨®n que compromete tanto nuestra percepci¨®n visual como nuestra conciencia corporal.

La intensidad de esa relaci¨®n es tambi¨¦n, en buena parte, fruto del modo radical como Serra excluye toda posibilidad de interpretaci¨®n metaf¨®rica -y aun toda especulaci¨®n de car¨¢cter idealista- que perturbe la experiencia objetiva, alej¨¢ndola del marco conceptual que centra su discurso. Esa voluntad de circunscribir toda opci¨®n de lectura a un plano de estrictas abstracciones anal¨ªticas es algo que obtiene, en la escultura, con la literalidad del tratamiento industrial de los materiales y, en los papeles, con la densidad y uniformidad de sus negros.

La noci¨®n de peso centra, casi de modo absoluto, la reflexi¨®n de Serra. Ello determina, por ejemplo, el inter¨¦s por la forja caracter¨ªstico de este escultor que se confiesa fascinado por Vulcano, y que, frente a fundici¨®n, le permite obtener una mayor densidad para un mismo vol¨²men de acero. El peso es as¨ª, en el marco de esta muestra, el que confiere, de forma sutil, estabilidad absoluta al inveros¨ªmil equilibrio de las dos piezas de esquina. Y es tambi¨¦n aquello que, en funci¨®n de los centros de gravedad determinados por la distinta disposici¨®n de los vol¨²menes, establece el di¨¢logo entre los bloques que integran esa otra pieza dual.

Pero el concepto de peso es asimismo el que gu¨ªa la g¨¦nesis de sus soberbios papeles. Para Serra, cada forma dibujada posee un peso distinto; un factor que est¨¢ ligado, a su vez, a la densidad de la materia de color -siempre el negro, recordemos, en su caso- que llena su per¨ªmetro. Y ese peso es, una vez m¨¢s, el que le permite alterar nuestras relaciones perceptivas con el espacio arquitect¨®nico.