Seis pa¨ªses europeos presionan a la CE para que apruebe una 'ecotasa' sobre emisiones de CO2
Seis pa¨ªses europeos (B¨¦lgica, Alemania, Italia, Luxemburgo, Holanda y Dinamarca) manifestaron ayer su negativa a ratificar la Convenci¨®n de R¨ªo sobre cambio clim¨¢tico mientras, la Comunidad no apruebe una tasa ecol¨®gica que grave las emisiones de CO2. Los seis socios europeos realizaron esta declaraci¨®n despu¨¦s de que el Consejo de Ministros de Medio Ambiente hubiera aprobado un sistema de vigilancia de las emisiones de CO2, algo imprescindible para la futura implantaci¨®n del impuesto, aunque sin conseguir avanzar un ¨¢pice en la creaci¨®n de este impuesto verde europeo.
El argumento de los seis pa¨ªses ecol¨®gistas es que el objetivo de R¨ªo de Janeiro de estabilizar las emisiones de C02 no se conseguir¨¢ sin una fiscalidad ecol¨®gica que castigue la contaminaci¨®n atmosf¨¦rica y sirva para financiar planes de recuperaci¨®n del medio ambiente. La convenci¨®n tiene como objetivo frenar el efecto de cambio clim¨¢tico producido por las emisiones de C02 Y otros gases y fue firmada inicialmente por la CE y los Estados miembros en junio de 1992.Anteriormente, ya en octubre de 1990, los Doce acordaron estabilizar las emisiones de C02 para que en el a?o 2000 se conservaran los mismos niveles que en aquella fecha. La Convenci¨®n de R¨ªo entrar¨¢ en vigor tres meses despu¨¦s de que su signatario n¨²mero 50 lo haga, por lo que un retraso por parte de los Doce puede convertirse en decisivo para el propio acuerdo.
El ministro espa?ol de Transportes y Medio Ambiente, Jos¨¦ Borrell, asegur¨® que Espa?a no se opone rotundamente ni por principio a la ecotasa. "Nosotros dese¨¢bamos que se entrara en este debate sobre c¨®mo utilizar los elementos fiscales para conseguir objetivos medioambientales", asegur¨®.
Reservas espa?olas
Borrell sigui¨® insistiendo, sin embargo, en las reservas ya expresadas por Espa?a respecto a este tipo de fiscalidad, como que estos impuestos deben imponerse de forma coordinada en todos los pa¨ªses industrializados. Manifest¨® tambi¨¦n que la fiscalidad propuesta por la Administraci¨®n de Bill Clinton es todav¨ªa muy baja en comparaci¨®n con los niveles fiscales europeos y asegur¨® que Jap¨®n debe tambi¨¦n sumarse a la iniciativa.
El ministro espa?ol dej¨® translucir su escepticismo sobre la eficacia del impuesto verde, sin cerrar el camino a una adhesi¨®n espa?ola a su creaci¨®n en caso de que se consolide en los pr¨®ximos meses. Borrell reiter¨® que son los "grandes contaminadores" quienes deben reducir los niveles de emisi¨®n y no los pa¨ªses que se hallan todav¨ªa lejos y necesitan seguir creciendo industrialmente. Los dos pa¨ªses m¨¢s contaminadores de la CE (Alemania y Dinamarca, que ostenta actualmente la presidencia de la CE) forman parte precisamente del grupo de los ecol¨®gistas que desean implantar el impuesto verde.
Las evaluaciones realizadas hasta ahora por la Comisi¨®n Europea, previas a la instalaci¨®n del sistema de vigilancia aprobado el lunes por la tarde, consideran que hay tres pa¨ªses que deben reducir dr¨¢sticamente sus emisiones (B¨¦lgica en un 5%, Dinamarca en un 20% y Alemania en un 25%). Tres pa¨ªses m¨¢s deben estabilizarse en sus niveles actuales (Francia, Italia y Luxemburgo), y los restantes pueden aumentar sus emisiones para situarse en un mayor nivel de desarrollo industrial (Portugal entre el 30% y el 40% m¨¢s, Grecia y Espa?a en un 25% e Irlanda en un 20%). Con esta evoluci¨®n, la CE no llegar¨ªa a cumplir los objetivos de estabilizaci¨®n en los niveles de 1990, sino que quedar¨ªan superados en un 3%.
Sistema de vigilancia
La Comisi¨®n considera que muy f¨¢cilmente se puede desbordar este objetivo y alcanzar hasta un aumento del 15% de las emisiones, y de ah¨ª su posici¨®n en favor del impuesto. La aprobaci¨®n del sistema de vigilancia proporciona al m¨¢ximo organismo comunitario la posibilidad de controlar la evoluci¨®n de cada Estado miembro, con evaluaciones anuales del cumplimiento global del objetivo, e incluso de proponer correcciones, equivalentes a un rapapolvo, en el momento en que se produzcan desviaciones.
Los Estados seguir¨¢n conservando, sin embargo, plena facultad de decisi¨®n sobre la materia, de forma que las votaciones exigir¨¢n la unanimidad de los Doce. El ministro espa?ol se manifest¨® satisfecho del sistema de vigilancia aprobado, "pues se trata de estabilizar las emisiones globalmente y no pa¨ªs por pa¨ªs, que es lo que no conviene a pa¨ªses como Espa?a, que contaminan muy poco en comparaci¨®n con los grandes contamindores".
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