El Ej¨¦rcito, un instrumento impredecible
El Presidente y el Parlamento han expresado p¨²blicamente su deseo de no implicar al Ej¨¦rcito en su disputa, y los jefes militares han asegurado estar satisfechos por ello. Aunque humillados, hu¨¦rfanos pol¨ªticos y con salarios baj¨ªsimos tras el colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, los militares se han convertido en un instrumento impredecible, incluso en manos de sus comandantes.Expertos en asuntos de defensa, analistas rusos y diplom¨¢ticos occidentales afirman que si el presidente Bor¨ªs Yeltsin o el Parlamento intentan utilizar el Ej¨¦rcito, existir¨¢ un riesgo real de divisi¨®n y aumentar¨¢n las posibilidades de una contienda civil.
Los jefes de los denominados ministerios de poder, es decir, los de Defensa, Interior y Seguridad, han reiterado su neutralidad en cada oportunidad que han podido. El ministro de Defensa, Pavel Gr¨¢chov, y el ministro de Seguridad, V¨ªktor Baranikov, han prometido no intervenir en la crisis pol¨ªtica de Rusia y evitar convertirse en rehenes de la batalla pol¨ªtica.
Despu¨¦s de reiterar el pasado domingo, en la sesi¨®n extraordinaria del Parlamento, su compromiso de mantenerse dentro de los principios constitucionales de la neutralidad pol¨ªtica, el general Gr¨¢chov fue reprendido por el presidente del Parlamento, Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov, el principal rival de Yeltsin. "Por favor, no m¨¢s discursos de este tipo: vagos y sin comprometerse", dijo Jasbul¨¢tov. "No est¨¢ claro a qui¨¦n apoya usted", le espet¨®.
Obediencia debida
No importa cu¨¢les puedan ser las simpat¨ªas de los l¨ªderes militares, que se supone apoyan a Yeltsin, que fue quien les nombr¨®, la clave est¨¢ en saber si las tropas a su mando seguir¨ªan una orden, especialmente si ¨¦sta es disparar sobre la poblaci¨®n civil. "Si yo fuera Gr¨¢chov", afirma un diplom¨¢tico occidental, "no tendr¨ªa seguridad en lo que mis tropas podr¨ªan hacer, en estos momentos. En el ¨²ltimo a?o se ha producido un deterioro de la disciplina en toda la instituci¨®n".
El general major Guennadi Ivanov, del Ministerio de Defensa, dijo el martes: "Nosotros apoyamos la Constituci¨®n. No queremos ning¨²n ba?o de sangre o una divisi¨®n en el Ej¨¦rcito. Esa es la posici¨®n de todos nosotros".
En el fallido golpe de Estado contra Mija¨ªl Gorbachov, en agosto de 1991, las tropas de ¨¦lite se negaron a obedecer la orden de tomar el Parlamento, donde se hallaba atrincherado Bor¨ªs Yeltsin, acompa?ado de civiles, la mayor¨ªa desarmados. Gleb Yakinin, un diputado partidario del presidente ruso, dice: "Si en agosto, cuando ellos ten¨ªan un control absoluto del Ej¨¦rcito, no pudieron mantenerle unido, nosotros no podemos esperar conseguirlo en estos momentos".
Fuentes diplom¨¢ticas occidentales temen que cuanto m¨¢s profunda sea la batalla pol¨ªtica, mayor es el riesgo de que la divisi¨®n del pa¨ªs salpique al Ej¨¦rcito. E insisten en que el refer¨¦ndum est¨¢ todav¨ªa lejos.
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