Occidente acuerda renegociar parte de la deuda rusa

Los Gobiernos occidentales enviaron ayer una importante se?al de solidaridad al presidente ruso, Bor¨ªs Yeltsin, horas antes de su cumbre con su hom¨®logo norteamericano, Bill Clinton, en Vancouver: un acuerdo para reescalonar la deuda externa de Rusia, que le supone un ahorro de m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares en el pago, de sus obligaciones en 1993. El Club de Par¨ªs decidi¨® conceder un periodo de 10 a?os para que Mosc¨² pague los intereses a los que deb¨ªa hacer frente este a?o. El l¨ªder ruso espera salir reforzado de su encuentro con Clinton con vistas a la pol¨ªtica interna de su pa¨ªs.

El acuerdo permite que Rusia pague este a?o 2.000 de los 17.000 millones de d¨®lares que deb¨ªa abonar. Los otros 15.000) millones podr¨¢n ser pagados a lo largo de diez a?os, con un periodo de gracia de cinco a?os.El pacto, calificado por una fuente financiera de "muy generoso", fue firmado ayer en la capital francesa por el viceprimer ministro ruso Alexander Shokhin. Un comunicado del Club de Par¨ªs apoy¨® anoche los esfuerzos de Yeltsin para estimular la econom¨ªa rusa y anunci¨® su disposici¨®n a renegociar la deuda de 1994. Pero el club de acreedores gubernamentales tambi¨¦n insisti¨® en la necesidad de que Rusia acelere el proceso de reformas.

Las deudas heredadas de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica se aproximan a los 80.000 millones de d¨®lares. De ellos, 33.000 millones se deben a otros gobiernos y el resto a varios centenares de barcos e instituciones financieras occidentales.

Yeltsin abandon¨® ayer Mosc¨² con destino a Vancouver llevando con ¨¦l un importante equipo pol¨ªtico y econ¨®mico. En Rusia dej¨® al ministro de Defensa, Pavel Grachev, y a otros importantes colaboradores militares. Tanto en los tiempos de la antigua URSS como en la era poscomunista, los l¨ªderes sol¨ªan ir acompa?ados a las cumbres con EE UU por los altos mandos militares. Funcionarios pr¨®ximos a la presidencia rusa negaron que el ministro de Defensa no se traslade a Canad¨¢ debido a la lucha por el poder que se est¨¢ desarrollando actualmente en Rusia.

El ambiente dejado atr¨¢s por Yeltsin en su pa¨ªs es de cierta expectaci¨®n pol¨ªtica. Evgueni Ambarts¨²mov, presidente del Comit¨¦ de Exteriores del Parlamento ruso, declar¨® a EL PA?S en v¨ªsperas de la cumbre que la Administraci¨®n estadounidense no debe "empaquetar" la ayuda a. Rusia como "un regalo personal, a Bor¨ªs Yeltsin", sino que debe: concentrarse en "el proceso de: democratizaci¨®n, para no repetir el error cometido con el presidente de la URSS, Mija¨ªl Gorbachov".

Apoyo, no limosna

"Yo no comparto las ideas de Rusl¨¢n Jasbul¨¢tov [presidente del Parlamento ruso], que no considera necesaria la ayuda, pero ¨¦sta no debe ser una limosna, sino un apoyo y una contribuci¨®n a nuestro avance hacia una sociedad normal" se?ala Ambarts¨²mov, que es tambi¨¦n miembro del Consejo Presidencial, un organismo consultivo que asesora a Yeltsin.

En opini¨®n del alto funcionario, "la ayuda personalizada es contraproducente para el mismo Yeltsin, porque sus adversarios lo aprovechar¨¢n para acusarle de ser un agente del imperialismo norteamericano". A Ambarts¨²mov le satisface la l¨ªnea seguida ¨²ltimamente por el presidente Clinton en relaci¨®n con Rusia, pero le parece "inaceptable" que el secretario de Estado, Warren Christopher, diga que hay que ayudar a Yeltsin porque su adversario es un Parlamento antidemocr¨¢tico. "Hay que apoyar el proceso democr¨¢tico y evitar los enfoques que han caracterizado a los norteamericanos de apoyar a Yeltsin aunque transgreda la Constituci¨®n. Esto no se puede hacer, y mucho menos en Rusia, donde la democracia es como un fr¨¢gil reci¨¦n nacido".

Ambarts¨²mov, que discrepa con la l¨ªnea del ministro de Exteriores, Andr¨¦i K¨®zirev, asegura que las relaciones entre el Ministerio de Exteriores y el Comit¨¦ de Relaciones Exteriores del Parlamento han mejorado en el ¨²ltimo a?o. El ministerio tiene hoy m¨¢s en cuenta que en el pasado al comit¨¦ parlamentario, se?ala Ambarts¨²mov, quien asegura haber hecho "algunas correcciones estil¨ªsticas" en la declaraci¨®n final de la cumbre de Vancouver.

La pol¨ªtica exterior rusa, afirma, sigue a¨²n la corriente prooccidental iniciada por Gorbachov y el ex ministro de Exteriores de la URSS, Eduard Shevardnadze. Sin embargo, K¨®zirev ha tenido que alterar el rumbo: la concepci¨®n actual, opina Ambarts¨²mov, "da prioridad a los intereses rusos".

El Ministerio de Exteriores comprende hoy mejor que los "intereses de Rusia no se reducen s¨®lo a la democratizaci¨®n y la aceptaci¨®n de los valores occidentales", se?ala. El Parlamento ha conseguido que la pol¨ªtica exterior "asuma la defensa de derechos de los compatriotas que se han convertido en extranjeros despu¨¦s de la desintegraci¨®n de la URSS". "En Vancouver, ambos presidentes hablar¨¢n de la defensa de los derechos de todas las minor¨ªas, incluidas las minor¨ªas rusas en otras rep¨²blicas", afirma Ambarts¨²mov. "La pol¨ªtica exterior trata hoy de lograr el respeto a los intereses espec¨ªficos, que hab¨ªan sido descuidados, en casos como la guerra contra Irak. La URSS no fue compensada entonces por el papel que desempe?¨® asegurando el consenso y una atm¨®sfera internacional favorable para la actividad de Occidente, aunque aquello no concordaba totalmente con sus intereses".

El tratado de reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas START II, firmado en enero en Mosc¨², "garantiza a EE UU el rango de ¨²nica superpotencia", afirma Ambarts¨²mov. '"los norteamericanos deber¨ªan comprender que si Rusia sacrifica los misiles intercontinentales SS- 18 y se acerca al nivel [nuclear] de Francia y el Reino Unido deber¨ªa recibir alguna compensaci¨®n moral y pol¨ªtica".