El romanticismo negro de Nicolai
De origen y se?as voluntariamente inciertos, el joven Nicolai, instalado entre nosotros desde hace a?os, es art¨ªsticamente, asimismo, un caso bastante singular y, como tal, de dif¨ªcil encuadramiento. En sus anteriores muestras, su chisporroteante expresionismo y la profusi¨®n de claves simb¨®licas esot¨¦ricas pudieron dar a entender que enlazaba o se aprovechaba de la moda neoexpresionista y del culto ecl¨¦ctico que caracterizaron una parte de la pintura mayoritariamente cultivada por doquier durante la primera mitad de los ochenta, aunque reservando siempre, es justo reconocerlo, una parte no peque?a de acento personal.Ahora que el paso del tiempo nos permite una perspectiva m¨¢s ajustada, comprobamos c¨®mo se ha potenciado esa dimensi¨®n m¨¢s original de Nicolai, incluso a costa de afirmarse frente a la mercadotecnia modista actual, que, como es sabido, nada quiere tener que ver con la pintura y, menos, con esa concepci¨®n ensimismada y simbolista que ¨¦l practica. As¨ª, pues, los iconos de Nicolai, gustosamente pintados con t¨¦cnica al ¨®leo o a la acuarela, evocan misteriosos, episodios mitol¨®gicos o bien recrean obras maestras del pasado, como las de Poussin -Venus muestra a Eneas sus armas, Eco y Narciso o Venus espiada por pastores-, que ¨¦l luego entremezcla, emborrona y desarrolla a su arbitrio. Ya en ocasiones anteriores Nicolai gustaba apoyarse en cuadros del pasado, sobre todo de pintores como Leonardo y Delacroix, que tambi¨¦n est¨¢n de alguna manera presente en la actual exposici¨®n, pero estas citas son, m¨¢s que homenajes o juegos manieristas, correspondencias pasionales, incendios pict¨®ricos que saltan a trav¨¦s del tiempo.
Nicolai
Galer¨ªa B¨¢rcena y C¨ªa., Fernando VI, 13, Madrid. Del 11 de marzo al 13 de abril de 1993.
Por lo dem¨¢s, el gusto por lo escenogr¨¢fico, las gamas ardientes y suntuosas, los paisajes de nocturnidad inquietante, el egotismo, la sensualidad acre y amenazante, todo contribuye a te?ir la imaginer¨ªa de Nicolai de un fuerte acento rom¨¢ntico apremiante e impulsivo, cuya atm¨®sfera y tono recuerdan el as¨ª llamado "romanticismo negro". No debe, de esta manera resultarnos extra?o que estas pinturas de Nicolai nos traigan a la memoria lo que, en nuestro siglo, han hecho pintores como Kokoschka, o, m¨¢s pr¨®ximo a nuestro entorno actual, lo que todav¨ªa hace aqu¨ª un Carlos Franco.
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