La sombra de la imagen

Formada originalmente en el campo de la cer¨¢mica -lo que dejar¨¢ en su evoluci¨®n posterior, una inclinaci¨®n sensual en el tratamiento de las texturas materiales-, la trayectoria de Rosa Gimeno se desplaz¨®, en la segunda mitad de los ochenta, hacia el lenguaje de la escultura, en l¨ªnea con el impulso renovador que su reflexi¨®n obtiene a lo largo de la pasada d¨¦cada.Los trabajos recientes que componen esta muestra de son un paso significativo en la evoluci¨®n conceptual y po¨¦tica de su escultura. Casi literalmente por parejas, piezas y dibujos establecen entre s¨ª un juego de resonancias en torno a im¨¢genes y referencias objetuales, mecanismos metaf¨®ricos menos interesados en el plano formal que en su capacidad como detonantes mentales. Y si hablo de paridad entre dibujo y escultura es porque la propia artista plantea entre ambos visiones complementarias y aut¨®nomas de un mismo asunto, y que, para mi gusto, alcanzan sobre el papel momentos de particular intensidad en su uso afortunado del negro.

La reivindicaci¨®n objetual de elementos dom¨¦sticos, de ecos biogr¨¢ficos, se conjuga en el devenir de esta serie con im¨¢genes aleg¨®ricas con las que Rosa Gimeno obtiene sus momentos de mayor intensidad po¨¦tica. A trav¨¦s de ¨¦stos, la escultora sit¨²a en una dimensi¨®n muy sugerente la carga cr¨ªtica y liberadora que recorre su discurso, trascendiendo as¨ª su dimensi¨®n m¨¢s mecanicista.