Laborioso, encorsetado e ineficaz proceso

No vamos a contarles una pel¨ªcula. Desde el 26 de junio de 1978, la Sociedad General de Autores de Espa?a (SGAE) se ve obligada por Real Decreto 1419 / 1978 (ratificado en orden ministerial el 30 de mayo de 1986) a que parte de sus empleados se conviertan en meros recogedores de unos partes de taquilla, definidos y dise?ados por el Ministerio de Cultura, en los que los pacientes exhibidores, con un sistema tan prehist¨®rico como laborioso, deben rellenar unos formularios que reflejen el n¨²mero de espectadores y cantidades de dinero que se consiguen cada d¨ªa de exhibici¨®n por pel¨ªcula. El Ministerio de Cultura es el propietario de esta informaci¨®n y la ¨²nica entidad que puede ejercer una fuerza coercitiva sobre los exhibidores. La SGAE queda relegada a ser una mera recolectora de informaci¨®n de quien se la quiera y como se la quiera dar, ya que el Ministerio, por si fuera poco, no obliga al exhibidor a la entrega del parte, pero s¨ª a la SGAE a que cada semana, y de forma manual, haga tan rutinario como inoperante recorrido para la recogida de datos.Y decimos inoperante porque de nada sirve cumplir escrupulosamente todo este proceso de recogida de datos, si no se nos permite ning¨²n tipo de acci¨®n inspectora o coercitiva. Y ahora dicen en el Instituto de la Cinematograf¨ªa y de las Artes Audiovisuales (ICAA), dependiente del Ministerio de Cultura, que el seguimiento de taquilla que hace la SGAE "es rudimentario e incompleto". Naturalmente. Nosotros hacemos lo que se nos impone y en la forma que se nos impone. Y de nada ha servido ni sirve que sigamos clamando desde hace a?os por la informatizaci¨®n del proceso y porque se responsabilice del mismo el Ministerio de Cultura. Y no nosotros.

La estructura de la SGAE dif¨ªcilmente puede tenerla otra empresa que vele por la cultura, y lo podemos decir con cifras; si no, no se entender¨ªa c¨®mo en el ¨²ltimo a?o se hayan repartido cerca de 15.000 millones de pesetas entre los creadores de este pa¨ªs. Pero centr¨¦monos en el cine. Contamos con un total de 350 representantes en todo el Estado, que recogen anualmente 85.000 partes de exhibici¨®n cinematogr¨¢fica que provienen de un total de 1.800 salas con actividad; cada una de ellas ha de entregar un total de 52 partes al a?o; esto es, uno semanal. Y cada semana acude un empleado de la SGAE a recoger la informaci¨®n. Todos los representantes de zona los remiten a la Delegaci¨®n General correspondiente, donde se efect¨²an unos listados que posteriormente se env¨ªan a la sede de la SGAE en Madrid, donde en el Departamento de Licencias y Recaudaci¨®n, en el Servicio de Cine, se verifican antes de hacerlos llegar al Departamento de Inform¨¢tica, donde, una vez m¨¢s, se contrastan y codifican. De este departamento sale bimensualmente hacia el ICAA toda la informaci¨®n en soporte de cinta magn¨¦tica. Esta informaci¨®n llega y muere en el ICAA. Queda sin contrastar. Y, por supuesto, la pagamos los autores cinematogr¨¢ficos.

Duplicidad de esfuerzos

Por otro lado, la pol¨ªtica poco definida del ministerio en cuanto a la transferencia de competencias a las comunidades aut¨®nomas lleva a una duplicidad de esfuerzos y una confusi¨®n en el exhibidor. ?C¨®mo van a coincidir las cifras de taquilla del seguimiento hecho por la Generalitat con las del ICAA -cuya ¨²nica fuente de informaci¨®n es la de la SGAE-, si la Generalitat tiene una capacidad inspectora y coercitiva de la que la SGAE carece. Desde aqu¨ª lo m¨¢ximo que podemos hacer es un parte de incidencias respecto a aquellos usuarios que se niegan a aportar la informaci¨®n, o la que aportan no es fiable, parte que se entrega al ICAA y que, se sepa, ¨¦ste la archiva, y punto.A los autores cinematogr¨¢ficos maldita la gracia que nos hace el pagar todo este laborioso, encorsetado e ineficaz proceso cuando quien lo tendr¨ªa que costear es el Ministerio, ya que a la SGAE le bastar¨ªa cualquier otro sistema, mejor y m¨¢s ¨²til, para recabar la informaci¨®n. que necesita para recaudar y repartir el contenido econ¨®mico de los derechos de los autores cinematogr¨¢ficos, que, recordemos, es para lo que b¨¢sicamente est¨¢ en funcionamiento la maquinaria de esta casa. En el caso del seguimiento de taquilla, lo que verdaderamente le preocupa a la SGAE es que los autores de la pel¨ªcula, y cuando decimos los autores nos referimos al director-realizador, guionista y m¨²sico, perciban el 1,85% del total recaudado cada d¨ªa como compensaci¨®n por su trabajo. Insistimos que la SGAE no ha recibido ni una sola peseta del ministerio para costear este sistema, que adem¨¢s sirve para liberar subvenciones a los productores y salas de exhibici¨®n, un colectivo diferente al de los autores que, con una alt¨ªsima. contribuci¨®n personal (se les descuenta por este concepto el 47% de sus ingresos) se ven obligados a pagar algo que fundamentalmente beneficia a otros.

La SGAE no quiere seguir soportando un sistema impuesto, poco eficaz y ajeno a lo que realmente necesita. Hemos pedido en varias ocasiones ser relevados de esta tarea tal y como est¨¢ planteada por el ministerio, pero cada vez que hemos pedido cambios se nos han rechazado. Y la l¨®gica e imprescindible informatizaci¨®n de las taquillas siempre est¨¢ al llegar, pero no acaba de llegar. Por favor, nosotros estamos con la industria de la cultura desde sus cimientos, desde sus creadores, y lo que nos preocupa es que estos creadores vivan de su trabajo. Nosotros queremos recaudar y repartir el derecho que les corresponde. Pero con el sistema de seguimiento de taquilla que se nos impone resulta dif¨ªcil. D¨¦jennos hacerlo a nuestra manera. Sabemos c¨®mo.