Los intelectuales de 1931 lograron unir pol¨ªtica y vanguardias, seg¨²n los expertos
Un congreso rescata del olvido los valores culturales de la Espa?a republicana
Sesenta y dos a?os despu¨¦s de que se proclamase en Espa?a la II Rep¨²blica, historiadores, intelectuales republicanos y especialistas comenzaron ayer en Granada la primera de las tres jornadas dedicadas a 1933: en aquella Rep¨²blica, un intento de rescatar del olvido lo que fue la cultura de la II Rep¨²blica. El profesor Andr¨¦s Soria Olmedo, que abri¨® las sesiones, destac¨® la extraordinaria capacidad que tuvieron los intelectuales republicanos para aunar el compromiso pol¨ªtico con la pluralidad de las vanguardias. Soria se?al¨® el no sometimiento del acto creativo a normas emanadas del ideario pol¨ªtico.
La experimentaci¨®n art¨ªstica y el compromiso intelectual con la ideolog¨ªa de izquierdas coexistieron sin contradicci¨®n durante los cinco a?os de existencia de la II Rep¨²blica al contrario que en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, seg¨²n coincidieron en se?alar los participantes en la primera jornada de un ciclo de conferencias inaugurado ayer en Granada con el objetivo de estudiar lo que supuso para el arte aquel periodo.La m¨²sica, el teatro, las artes pl¨¢sticas y la situaci¨®n general de la cultura durante el quinquenio republicano fueron los asuntos abordados en la jornada de apertura. Andr¨¦s Soria, que es director del aula Federico Garc¨ªa Lorca de la Universidad granadina, acept¨® con apenas correcciones los cuatro grupos en que C¨¦sar Arconada encuadr¨® a los creadores espa?oles de entonces. Por un lado, se encontraban los que propugnaban un arte propagandista de signo fascista, como De Maeztu o Ernesto Gim¨¦nez Caballero; de otro, los que secundaron los gustos de la peque?a burgues¨ªa, como Jarn¨¦s o Ram¨®n G¨®mez de la Serna; los poetas puros que eludieron imprimir un sello ideol¨®gico para respaldar sus creaciones, y por ¨²ltimo los intelectuales comprometidos con la revoluci¨®n como Ram¨®n J. Sender, Manuel Prados o Rafael Alberti. Este panorama, sin embargo, no impidi¨® que fructificase la creaci¨®n, seg¨²n los conferenciantes, y que aparecieran publicaciones tan inclasificables como Cruz y Raya en donde Jos¨¦ Bergam¨ªn, que fue tachado de cat¨®lico, dio cabida a colaboraciones dispares firmadas por el fil¨®sofo Zubiri, el alem¨¢n Heidegger o estudios que anticiparon claramente los peligros del nazismo en ciernes de Alemania.
Un pasado digno
Luis Garc¨ªa Montero, compilador de la obra completa de Alberti, se?al¨® en la introducci¨®n que este panorama tan prolijo de ideas y vanguardias constituye nuestro "pasado m¨¢s digno, que nos debe servir para que dignifiquemos a su vez nuestro presente". Garc¨ªa Montero advirti¨® de nuevo contra la tendencia a falsear la historia de la II Rep¨²blica, una etapa que marca "un hito en la cultura".Soria record¨® que una revista cultural promovi¨® durante la Rep¨²blica una encuesta sobre las vanguardias. Buena parte de los consultados critic¨® los movimientos experimentales a cuyos representantes calific¨® de 'Tr¨ªvolos". Aunque seg¨²n los conferenciantes un grupo de intelectuales se demarc¨® por la vuelta a la humanizaci¨®n frente a la teor¨ªa orteguiana de la deshumanizaci¨®n del arte, ¨¦sta postura no implic¨® en modo alguno un regreso al naturalismo sino al contrario un cambio de las formas que les condujo al experimentalismo.
Soria record¨® que la revista Octubre, vinculada al Partido Comunista de Espa?a, no rompi¨® nunca con la vanguardia. Incluso en las famosas im¨¢genes de Josep Renau que inclu¨ªa como ilustraci¨®n se advierte, se?al¨®, una aroma dada¨ªsta. "Los vers¨ªculos de Alberti tampoco renuncian la experimentalismo, aunque Octubre tambi¨¦n dio cabida a la literatura proletaria". Por su parte, la derecha, que toma especial fuerza con la fundaci¨®n en 1933 de la Falange, combate el arte desinteresado "o la idea del arte por el arte" y en su lugar propugna que la obra sea veh¨ªculo de propaganda y en particular de los sentimientos religioso y heroico.
Los conferenciantes recordaron las dificultades que tuvieron que soportar durante algunos periodos de la Rep¨²blica, en particular en el denominado bienio negro -que comprendi¨® 1993 y 1934- determinados ¨®rganos de expresi¨®n de los artistas comprometidos con la revoluci¨®n, como fue el caso de la publicaci¨®n Diablo mundo editada para contrarrestar el predominio de la derecha. Entre las dos posturas extremas, se hallan los poetas puros como Cernuda, fundador de la revista ?ndice literario, que aceptaron finalmente colaborar con la Rep¨²blica desde puestos de responsabilidad.
Soria tambi¨¦n hizo especial menci¨®n al grupo que se form¨® en Canarias en tomo a la Gaceta del arte que estuvo en contacto permanente con Bret¨®n. Otros creadores, como Ram¨®n G¨®mez de la Serna, pese a la aparente animadversi¨®n contra el experimentalismo que hab¨ªa entre los intelectuales, disfrutaron sin embargo "de un ancho campo para expresarse". La creaci¨®n durante la d¨¦cada de los veinte de las ayudas para la ampliaci¨®n de estudios en el extranjero, la fundaci¨®n de la Residencia de Estudiantes o la aparici¨®n de Revista de Occidente fueron los antecedentes de una Rep¨²blica que a¨²n tuvo eludir "el abismo de la dictadura de Primo de Rivera".
Las jornadas sobre la Rep¨²blica espa?ola estar¨¢ centrada hoy en la figura de Federico Garc¨ªa Lorca. El ciclo neoyorquino del poeta granadino, sus conferencias en Am¨¦rica, los poemas gallegos y el sentido ¨ªntimo de su obra ser¨¢n analizados por distintos expertos. Como colof¨®n de las jornadas, y en particular del recuerdo a Lorca, el programa, que ha sido dise?ado por la Universidad y el Ayuntamiento de Granada, el pr¨®ximo mes de mayo se abrir¨¢ una exposici¨®n sobre sus estrenos teatrales durante la Rep¨²blica con documentos y piezas cedidas por sus herederos.
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