El escandaloso desnudo de Becker y su novia
El tenista confirma en el semanario 'Stern' su compromiso con una alemana de raza negra
El tenista Boris Becker, de 25 a?os, y Barbara Feltus, actriz y modelo de 26, anunciaron recientemente su compromiso formal y concedieron, poco despu¨¦s, una entrevista a la revista alemana Stern en la que hablaron largo y tendido sobre "su amor, sus vidas y sus planes para el futuro". Nada m¨¢s l¨®gico que un h¨¦roe popular como Becker -que el pr¨®ximo 27 de abril jugar¨¢ en el torneo de Madrid- decida contar su vida amorosa y mostrar su novia a sus admiradores. El problema es que ella, aunque alemana nacida en Heidelberg, tiene la piel oscura, y muchos de sus compatriotas no le perdonan que se haya apropiado de uno de los mayores s¨ªmbolos de un pa¨ªs que, en un tiempo no muy lejano, comulg¨® masivamente con teor¨ªas racistas que le adjudicaban el papel de raza superior."Yo soy alguien a quien no se le sirve en los restaurantes porque soy negra", dice en la entrevista la bella mulata; "alguien a quien se le habla un alem¨¢n simplificado -para turistas- porque se da por sentado que no puedo hablar buen alem¨¢n; alguien que, cuando paga, sus billetes son examinados cuidadosamente para asegurarse de que no son falsos". Pero sus problemas no parecen derivarse exclusivamente del puro racismo. "Al principio cre¨ªa que todo ten¨ªa un componente xenof¨®bico", explica, "pero m¨¢s tarde comprend¨ª que el p¨²blico piensa que yo tomo algo que les pertenece, una parte de Boris".
Desde que iniciaron su romance, la prensa sensacionalista alemana no ha sido muy amable con la pareja y no ha tenido reparos en difundir mensajes racistas y en buscarle las cosquillas a la pareja, como cuando investigaron hasta que consiguieron encontrar unas fotos de la joven en ropa interior. "Boris me dijo simplemente que estaba estupenda", recuerda Feltus.
En algunos medios, Barbara era conocida sencillamente con el apodo Shockobaby (Nena de Chocolate). Finalmente, durante la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona, algunos peri¨®dicos publicaron que el romance hab¨ªa terminado para dar satisfacci¨®n a sus lectores. "Me paseaba por M¨²nich con una amiga", explica Feltus, "y hubo gente que me escupi¨®, otros que me dijeron que la historia ten¨ªa que acabar as¨ª e incluso una persona me dijo: 'No eres mas que una puta negra que deber¨ªa irse a la selva".
Becker, por su parte, intenta contemporizar cuando dice que la prensa alemana, por lo general, ha tratado el tema con mucha prudencia. "Tengo la reputaci¨®n de ser un alem¨¢n t¨ªpico y la prensa no ha querido tocar esta reputaci¨®n". Pero la pareja, que por razones fiscales vive en Montecarlo, piensa mudarse a Londres o Par¨ªs para que Barbara pueda estudiar en una escuela de arte dram¨¢tico. Y tambi¨¦n porque, como dice el tenista, "en Par¨ªs, Barbara no se har¨ªa notar por el color de su piel".
Las contradictorias reacciones que ambos perciben y las defensas emocionales que han construido se reflejan claramente en la entrevista de Stern. Barbara dice que ya no se siente afectada. "He crecido rodeada de todos los prejuicios posibles, del tipo de que todos los negros son muy alegres, comen pl¨¢tanos, saben bailar y cantar, por no mencionar los t¨®picos sobre el atractivo er¨®tico del color negro". Boris, por su parte, explica que ahora se ha convertido en un brother (hermano, en ingl¨¦s), ya que otros hombres de color le saludan como si fuera uno de ellos.
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