Hay que acabar con el favoritismo estatal hacia Ias grandes empresas
Pregunta. No pocos analistas estiman que la actual crisis econ¨®mica no es una crisis m¨¢s o menos pasajera, sino algo m¨¢s profundo en el funcionamiento del sistema capitalista. ?Cu¨¢l es su opini¨®n?Respuesta. Esta crisis confirma que las grandes empresas continuar¨¢n perdiendo empleo. En los a?os recientes y en la actualidad, las- grandes empresas, no s¨®lo las industriales, sino tambi¨¦n las de servicios privados (bancos, compa?¨ªas de seguros, turismo) y las de servicios p¨²blicos, han ido perdiendo capacidad para ofrecer trabajo.
P. ?Cu¨¢l es la raz¨®n?
R. En cuanto a los servicios p¨²blicos, la raz¨®n determinante son los altos d¨¦ficit de los Estados. En cuanto al sector privado, la gran empresa tiene dificultades hoy porque la realidad econ¨®mica es muy diferente a la de hace unos a?os. Hemos pasado ya de una producci¨®n de masa a una producci¨®n de calidad; la gente demanda productos m¨¢s personalizados, servicios personalizados, y las grandes entidades no tienen la elasticidad suficiente para atender solicitudes de esta clase. La crisis confirma que la ¨²nica fuente de nuevos empleos se encuentra en las peque?as y medianas empresas. Pero la cuesti¨®n es que los Gobiernos de todos los pa¨ªses industrializados facilitan entre 20 y 40 veces m¨¢s recursos a las grandes empresas que a las peque?as. Un estudio que ha realizado la OCDE sobre los subsidios que los 24 Estados miembros facilitan al sector productivo demuestra que de un total en torno a los 70.000 millones de d¨®lares, las firmas peque?as y medianas apenas reciben entre 1.000 y 2.000 millones. Los Estados gastan mucho dinero en la defensa del empleo en las grandes entidades, tanto porque los sindicatos tienen all¨ª mayor poder como por las presiones de los lobbies.
P. ?Habr¨¢, por tanto, que cambiar la estrategia y la relaci¨®n de fuerzas?
R. Desde luego. Hoy se aplica con las grandes empresas la l¨®gica de defender el empleo existente y se olvidan las pol¨ªticas de creaci¨®n de nuevas empresas peque?as que brindar¨ªan. mayor n¨²mero de puestos de trabajo. En mi opini¨®n, la ¨²nica manera de avanzar en la lucha contra el paro es cambiar la estrategia actual. Pasar de una estrategia defensiva a una ofensiva. No ser¨¢ una pol¨ªtica de ministerios de Trabajo que mira la asistencia a los parados la que salvar¨¢ la situaci¨®n, sino una estrategia que desarrolle pol¨ªticas m¨¢s activas.
P. ?Se tratar¨ªa de estimular el nacimiento de empresarios?
R. Todos los pa¨ªses tienen su propia capacidad empresarial. Afirmar que unos pa¨ªses tienen m¨¢s capacidad empresarial que otros presupone jugar con reglas establecidas en la cultura econ¨®mica nacional o regional. La empresarialidad puede ser de muchas clases. Una empresarialidad positiva es aquella que induce a la creaci¨®n de productos y servicios nuevos, pero tambi¨¦n puede existir un modo de ser empresarial que busca rentabilizar el dinero a trav¨¦s de imposiciones bancarias o una empresarialidad que trate de ganar dinero f¨¢cil mediante actos criminales, como la Mafia. Todo, sin embargo, es empresarial, y si la sociedad no valora un tipo de empresarios, surgir¨¢n los de otra clase.
P. ?Pero c¨®mo hacer para crear una pol¨ªtica empresarial positiva?
R. Tendr¨ªa que cambiarse el clima pol¨ªtico y con ¨¦l ampliar la cultura de empresa. Esto no puede lograrse de un d¨ªa para otro, acaso requiera una generaci¨®n, pero es indispensable si se quiere afrontar el problema del desempleo.
P. Y, a corto plazo, ?c¨®mo ve las cosas en Europa?
R. En la OCDE no se han hecho todav¨ªa previsiones para toda la d¨¦cada, pero para el a?o que viene el paro va a agravarse de manera general. Hace tres a?os hab¨ªa 25 millones de parados en los 24 pa¨ªses de la OCDE (Europa occidental, Norteam¨¦rica, Jap¨®n, Australia y Nueva Zelanda) y el a?o pasado termin¨® con 30 millones. Este a?o es posible que se llegue a los 34 millones. En tres o cuatro a?os m¨¢s, una tercera parte de los parados ser¨¢n nuevos parados, lo que constituye una proporci¨®n dram¨¢tica. En Europa la situaci¨®n est¨¢ realmente mal y los cinco grandes pa¨ªses de la CE (Alemania, Francia, Espa?a, Italia y Reino Unido) van a concluir 1993 con tres millones de parados, o m¨¢s, cada uno.
P. Algo habr¨¢ que hacer.
R. Las recetas que se han manejado para luchar contra el paro son recetas que no funcionan. La disminuci¨®n del peso del coste de trabajo, la reducci¨®n del horario laboral o la flexibilidad del despido han ayudado a la competitividad de algunas empresas pero no han mejorado las cifras de empleo general. Por ejemplo, en Francia se elimin¨¦ en 1986, como ahora se pretende en Espa?a, la autorizaci¨®n administrativa para licenciar a la gente, y eso no ha disminuido las tasas de parados; al contrario. Ahora se habla de la reducci¨®n del horario, pero eso lleva directamente a medidas proteccionistas. En pa¨ªses europeos donde se trabaja unas ochocientas o novecientas horas anuales menos que en Jap¨®n, donde llegan a las 2.500 horas anuales, si se reduce demasiado el tiempo de trabajo, el diferencial de productividad debe compensarse con medidas proteccionistas y cambios en el valor de la moneda.
P. ?Y qu¨¦ piensa de las ¨²ltimas estrategias de cambiar las empresas de localizaci¨®n en busca de beneficios fiscales y de otros ¨®rdenes?
R. El dumping social es una extralimitaci¨®n sin porvenir. Es una pol¨ªtica que nunca ha salido bien, porque pese a todos los beneficios fiscales o de otro tipo que un pa¨ªs pueda ofrecer a las inversiones extranjeras, cuando una empresa multinacional decide cerrar alguna de sus f¨¢bricas cierra antes la del extranjero que la de la naci¨®n propia. En Escocia, por ejemplo, se captaron 300 empresas electr¨®nicas entre 1975 y 1985, pero cuando sobrevino la primera crisis del sector las empresas que cerraron inmediatamente, japonesas y americanas, fueron las escocesas.
P. La soluci¨®n, por tanto, ya no se encuentra en pa¨ªses como Espa?a en la afluencia de capital extranjero.
R. El verdadero desarrollo no consiste en atraer inversiones extranjeras sino en desarrollar la cultura empresarial propia. Hay que promocionar las energ¨ªas m¨¢s din¨¢micas e inteligentes de un pa¨ªs mediante la innovaci¨®n y el trabajo. Y en esa direcci¨®n es necesario acabar con la discriminaci¨®n entre grandes y peque?as empresas. A las grandes, en general, se les facilitan cr¨¦ditos a m¨¢s bajo inter¨¦s que a las peque?as. Y tambi¨¦n el Estado suele satisfacer sus deudas antes con las grandes empresas que con las peque?as, lo que ocasiona continuos descalabros y cierres. Las peque?as crean mas empleo y deber¨ªan tener m¨¢s amparo que las grandes. Cuando se habla de la exportaci¨®n, por ejemplo, las grandes empresas reciben la mayor parte de los recursos p¨²blicos, mientras las peque?as apenas pueden acceder a ellos.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merecen las medidas tomadas en Espa?a para apoyar a la media y la peque?a empresa?
R. Yo creo que las medidas de apoyo fiscal y financiero deben unirse a otras que eliminen las trabas burocr¨¢ticas que encuentran los peque?os empresarios para tratar con la Administraci¨®n y que le suponen un gasto y esfuerzo enorme. Un objetivo de la peque?a y mediana empresa espa?ola deber¨ªa ser internacionalizarse. El estado espa?ol, como el de otros pa¨ªses, que tanto apoya a las multinacionales en crisis, deber¨ªa contribuir m¨¢s a la internacionalizaci¨®n de las peque?as empresas. Y no s¨®lo con dinero, sino con asesoramiento.
P. ?A qu¨¦ llama nueva internacionalizaci¨®n?
R. La nueva internacionalizaci¨®n de la econom¨ªa no van a hacerla, en lo sucesivo, las grandes empresas, hoy burocratizadas, sino las medianas y peque?as con su mayor elasticidad y dinamismo. Pero para ello necesitan la ayuda de consultings. En Alemania, por ejemplo, existen ya estructuras a nivel de los l?nder con el apoyo de las c¨¢maras de comercio. Esta estructura de apoyo se basa, por ejemplo, en el pago de un 50% para asesoramientos que les relacionen con el mercado internacional. En el norte de Italia, en la comarca de Fiori, se han creado 25 consorcios de diferentes art¨ªculos, productores de jam¨®n, que han logrado exportar hasta el 50% de la producci¨®n regional cuando antes apenas se exportaba. Y otro ejemplo impresionante es el de Taiwan, donde las empresas con menos de 100 trabajadores contribuyen en un 80% a las exportaciones y un crecimiento con tasas del 10% anuales.
P. ?Y en Estados Unidos?
R. Precisamente en Estados Unidos uno de los problemas es que la peque?a empresa no exporta. Para ellos una peque?a empresa que env¨ªe sus productos desde San Luis a Nueva York es como una empresa de Murcia que exportara a San Petersburgo. Son las grandes empresas norteamericanas las que fueron exportadoras y ahora se han convertido en importadoras puesto que buena parte de los componentes se fabrican fuera. He aqu¨ª una raz¨®n capital de su gigantesco d¨¦ficit exterior.
Adem¨¢s, ahora que el GATT se est¨¢ cerrando y la tendencia apunta a que el comercio se realice dentro de bloques, es todav¨ªa m¨¢s importante el papel de las peque?as y medianas entidades.
Espa?a ha demostrado el dinamismo en los a?os ochenta. En mi opini¨®n, una correcta ayuda estatal que diera un giro copernicano a las estrategias t¨®picas y mirara al porvenir deber¨ªa proporcionarle resultados s¨®lidos a no muy largo plazo.
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