Raimon: "La canci¨®n de autor empieza a ocupar el lugar que le corresponde"
El cantante valenciano celebra hoy el aniversario de su primera y m¨ªtica canci¨®n
Tiene el aire de un erudito solemne o un profesor barbudo, pero a pesar del tiempo transcurrido su mirada conserva todav¨ªa la imagen cordial de aquel joven estudiante que lleg¨® de Valencia cantando Al vent con pura e inesperada espontaneidad. Han pasado 30 a?os desde que Al vent viese la luz en un disco, el primero de Raimon, con cuatro temas (La pedra, Som y A colps completaban la oferta). La canci¨®n fue escrita en 1959, mientras viajaba en el asiento trasero de una Vespa, y el disco apareci¨® a finales de marzo de 1963. El resto ya es historia: un largo camino a trav¨¦s de la m¨²sica y la poes¨ªa, y tambi¨¦n de los cambios sociales y pol¨ªticos que han marcado la historia espa?ola m¨¢s reciente.Ahora, Raimon, sin ning¨²n inter¨¦s por recuperar la historia ya vivida, quiere recordar estos 30 a?os con un recital en el Palau Sant Jordi y con la ayuda de algunos amigos y compa?eros que recorrieron a su lado alguna etapa del largo camino. Pete Seeger, Luis Cilia, Paco Ib¨¢?ez, Joan Manuel Serrat, Quico Pi de la Serra, Ovidi Montllor, Daniel Viglietti, Mikel Laboa, Michel Portal, la Coral Sant Jordi, el conjunto japon¨¦s Warabi-za y la banda La Lira Ampostina estar¨¢n hoy al lado del cantautor de X¨¤tiva para celebrar los 30 a?os de Al vent.
"Recuerdo perfectamente la grabaci¨®n del disco", explica Raimon con una media sonrisa donde no parece haber sitio para la nostalgia. "Llegu¨¦ al estudio y me encontr¨¦ que me hab¨ªan hecho unos arreglos al estilo Sinatra que desvirtuaban todo mi trabajo, y dije que no grababa. Entonces, Enric Gispert y Quico Pi de la Serra me llevaron a tomar un caf¨¦ para convencerme. Yo les dec¨ªa: 'Mirad, yo soy un estudiante y hago esto porque me gusta; no es que quiera triunfar ni nada por el estilo, simplemente creo que es una forma de contribuir a esto de la cultura catalana y todas estas historias. Pero si tengo que pasar por cosas que no me gustan, no lo hago'. Solamente me pareci¨® aceptable el arreglo de Som, que ten¨ªa una guitarra el¨¦ctrica y un ¨®rgano. Esta la hicimos tal cual y las otras tres las grab¨¦ yo solo con la guitarra. El disco se grab¨® en una tarde".
Raimon habla pausadamente. Se bebe despacio el caf¨¦ corto, "a la italiana", y sonr¨ªe cuando evoca aquel primer trabajo. No quiere pronunciarse sobre el contenido musical, po¨¦tico o t¨¦cnico de aquel primer disco. "Nunca escucho mis discos antiguos. ?ste, concretamente, ni lo ten¨ªa; me lo regal¨® Josep Mar¨ªa Espin¨¤s unos a?os atr¨¢s. Cuando el primer disco lleg¨® a Valencia, yo no ten¨ªa tocadiscos, as¨ª que me fui a escucharlo a casa de un amigo, despu¨¦s se lo puse a mi madre y ya no lo he vuelto a escuchar mucho. Me acuerdo que, en Valencia, yo y algunos amigos ped¨ªamos el disco en las tiendas; pasamos unas cuantas veces hasta crear una cierta expectaci¨®n. Tambi¨¦n llam¨¢bamos y escrib¨ªamos a las emisoras de radio pidiendo que lo emitiesen. ?Qu¨¦ clase de promoci¨®n pod¨ªamos hacer si no ten¨ªamos ni un duro?
Peso hist¨®rico
Raimon es de los que piensan que el peso hist¨®rico de aquel momento no ha sido ni magnificado ni minimizado. "Sencillamente, creo que est¨¢ poco estudiado", comenta. "Despu¨¦s de la transici¨®n hemos entrado en la operaci¨®n amnesia. Aquella etapa ha quedado ligada ¨²nicamente a la lucha antifranquista. Ahora, poco a poco, la canci¨®n de autor empieza a ocupar el lugar que le corresponde, ni mayor ni menor. En cambio, lo que s¨ª ha sido mitificado es el hecho cualitativo, y se afirma con cierta ligereza que lo que ha venido m¨¢s tarde no ten¨ªa calidad, y esto tampoco es cierto. Aquellas eran las primeras cosas salidas despu¨¦s de un largo invierno. Si miramos un poco lo que hab¨ªa antes, y no tan s¨®lo en el panorama catal¨¢n, sino en toda Espa?a, veremos que no se hac¨ªan canciones como Al vent o Diguem no. En aquel entonces las canciones serv¨ªan para bailar y la gente compraba los discos para los guateques, y Al vent no se pod¨ªa bailar, a pesar de que s¨¦ de gente que lo intent¨®. Nuestro trabajo signific¨® una ruptura muy fuerte y provoc¨® gran sorpresa. Es posible que sea por eso que en vez de estudiarlo nos hayamos quedado en el ?oh! y basta".Entre los principios y el estado del panorama actual de la can?¨® media un abismo, y no s¨®lo por el tiempo transcurrido. "No es que haya crisis, lo que faltan son lugares donde cantar", afirma con contundencia, como si con sus palabras quisiera ahuyentar alg¨²n fantasma. "En algunos pa¨ªses se han creado caminos paralelos a los comerciales, circuitos con escasa presencia en los grandes medios de difusi¨®n y que discurren por su lado. Gente que no quiere saber nada de lo que significa el montaje comercial, que tiene un p¨²blico y que no pretende hacerse rica, sino llevar a cabo su trabajo. Aqu¨ª tenemos la gente, pero no el circuito, porque al final de la dictadura la gente que se mov¨ªa, que hac¨ªa cosas y ten¨ªa inquietudes ha pasado a formar parte de la Administraci¨®n, dejando un vac¨ªo en la tan cacareada sociedad civil".
La ausencia de circuitos alternativos ha afectado pr¨¢cticamente a todos los campos de la creaci¨®n art¨ªstica, pero seg¨²n Raimon la canci¨®n ha sido la que m¨¢s lo ha sufrido. "La canci¨®n es un producto que necesita del p¨²blico. La amnesia de que habl¨¢bamos empieza a decaer, pero todav¨ªa demasiado despacio. Si miras los diversos canales de televisi¨®n, ver¨¢s que no hay un solo programa donde dar cabida a un estilo de canci¨®n como la que yo hago. ?D¨®nde pueden meterme: entre concurso y concurso? ?Entre un entrevistado y otro? ?Entre un debate y el siguiente? Tal como es hoy la programaci¨®n, no hay espacio para una forma musical como la m¨ªa, que no tiene nada que ver con el chin-pum. Si no est¨¢s de acuerdo con la est¨¦tica dominante, no tienes sitio. Y esto resulta mucho m¨¢s grave si pensamos que la televisi¨®n es el medio que llega a m¨¢s gente. Adem¨¢s, hoy d¨ªa las canciones entran por los ojos, cosa que es la primera vez que sucede en toda la historia. Tenemos que cambiar la mentalidad de la gente que hace las cosas, hay que pasar de la pasividad del zapping, pensar que hay otras cosas fuera de ¨¦l y que si queremos conocerlas tenemos que ir a buscarlas".
Las dificultades del presente no han conseguido, sin embargo, que Raimon tirase la toalla. "Por supuesto que sigo cantando. El a?o pasado hice 10 recitales en Jap¨®n y aqu¨ª no se enter¨® nadie, pero da igual... Mi problema actual no es que la gente se entere o no. Trabajo a mi ritmo: cuando tengo material, hago canciones, y cuando no tengo, no. Si alguien me llama y me parece que vale la pena, voy; si me parece que no, no voy. Ya tengo 52 a?os y no quiero ir apretado, hago aquellas cosas que me apetecen y que s¨¦ que no van a traer problemas. Pagas la libertad con menor presencia p¨²blica, pero no me importa. Ahora trabajo con textos m¨ªos y de otros poetas: todav¨ªa tengo una deuda con Espriu, que dej¨® listo un cap¨ªtulo de La bona gent con la intenci¨®n de que yo lo cantase completo, y de momento solamente he hecho dos o tres de poemas. Tambi¨¦n tengo deudas con poemas de Aus¨¬as March y cosas que hab¨ªamos hablado con Fuster. Un d¨ªa u otro saldr¨¢n". Por ahora Raimon no tiene intenci¨®n de grabar ning¨²n disco con material nuevo, a pesar de que podr¨ªa incluir alg¨²n tema in¨¦dito en el integral que est¨¢ preparando para el mes de octubre.
Recopilaci¨®n de canciones
Coincidiendo con la reciente edici¨®n del disco Can?ons, aparecer¨¢ una nueva recopilaci¨®n de las canciones de Raimon en forma de libro, esta vez bajo el t¨ªtulo de Les paraules del meu cant y pr¨®logo de Joaquim Molas. "Nunca me he planteado la literatura como un camino de futuro. No soy un escritor, soy un consumidor de literatura y ya he escrito m¨¢s de lo que cre¨ªa", comenta camufl¨¢ndose tras la imagen de erudito. "Hago versos, y si me parece que no son lo bastante buenos, no los publico. Me reconozco incapaz de escribir una novela; quiz¨¢s podr¨ªa hacer alg¨²n tipo de relato, aunque la verdad es que tampoco me lo planteo porque la canci¨®n es muy absorbente. En el fondo yo he unido la literatura con la m¨²sica en la canci¨®n; en mis composiciones hay muchas referencias literarias". Se percibe una cierta satisfacci¨®n, nada disimulada, en esta afirmaci¨®n de Raimon, una satisfacci¨®n que parece haber sido el signo predominante de estos ¨²ltimos 30 a?os de trabajo hecho a conciencia. Hoy, en el Palau Sant Jordi, no habr¨¢ lugar para la nostalgia, sino para el recuerdo que se proyecta hacia el futuro.
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