?ltima clase en Ahinici

La ¨²ltima clase en Ahinici, un poblado musulm¨¢n bosnio que este fin de semana fue quemado y arrasado por los croatas, fue de geograf¨ªa. En la pizarra, una mano pulcra ha escrito en serbo-croata: "Campo: un trozo de tierra llana cultivada". Una fotograf¨ªa de Tito, que misteriosamente sobrevivi¨® al incendio que destruy¨® el edificio, cuelga de la pared. Si la guerra total entre musulmanes y croatas estalla en Bosnia central, ser¨¢ por las atrocidades cometidas en este poblado, con vistas a la base de los cascos azules brit¨¢nicos en Vitez.Nadie vive ya entre estas ruinas humeantes, y probablemente ning¨²n ni?o volver¨¢ a acudir a la destruida escuela. Ayer toc¨® a las fuerzas de la ONU brit¨¢nicas en Vitez inspeccionar las ennegrecidas casas y localizar los cad¨¢veres. Recogieron unos 40 cuerpos que encontraron tendidos en las calles. Algunos los encontraron en el n¨²mero 45, una peque?a casa con una verja de color verde. Una bicicleta de adolescente estaba tirada ante el garaje.

Los restos quemados de lo que parec¨ªa un chico y un adulto yac¨ªan retorcidos y ennegrecidos sobre los escalones de la puerta principal. En la parte trasera de la casa, los militares brit¨¢nicos hallaron otros cinco cuerpos m¨¢s, entre ellos los de una mujer y dos ni?os. La mayor parte de los habitantes de Ahinici huyeron antes de que los croatas atacasen el poblado. Esta familia no lo hizo. Aparentemente, se trataba de una madre y un padre con sus dos hijos y otros dos familiares. Pero es imposible garantizarlo, pues el estado de los cad¨¢veres impide cualquier. reconocimiento.

Los croatas arrasaron Ahinici, casa por casa, con una abundante cantidad de explosivos. Dinamitaron cada edificio desde el interior y luego los incendiaron. Los soldados brit¨¢nicos que inspeccionaron el poblado estaban horrorizados por su descubrimiento en el n¨²mero 45, pero nadie estaba all¨ª para escuchar su rabia. Hasta que un coche apareci¨® en la calle polvorienta del poblado. Lo conduc¨ªa un local; un oficial croata se hallaba sentado en el asiento Contiguo.

"?sta es una desgracia de la que deber¨ªais estar avergonzados", grit¨® el coronel Bob Stewart, jefe de las fuerzas brit¨¢nicas en Vitez, al ch¨®fer, que se vio obligado a detener su veh¨ªculo tras un tanque brit¨¢nico. El oficial croata no dej¨® de mantener la mirada fija, en la carretera mientras el ch¨®fer replicaba: "Ustedes no tienen el permiso de las fuerzas croatas para estar aqu¨ª". "No necesito su maldito permiso, soy el jefe local de Naciones Unidas", tron¨® Stewart. "?Qui¨¦n es el responsable de esto?".

"No s¨¦ nada de esto", se limit¨® a contestar el ch¨®fer al subir el cristal de la ventana.

(R) The Independent / EL PA?S.