La moneda espa?ola releva al franco como blanco de los ataques
A las cinco y veinte de la tarde del viernes 23, Bill Hartley, comentarista de la CNN en Nueva York, inform¨® sobre los movimientos cambiarios del d¨ªa y destac¨® la situaci¨®n de la peseta: "La moneda espa?ola ha estado cayendo hasta alcanzar las 74 pesetas por marco lo que provoc¨® una intervenci¨®n coordinada de los bancos centrales europeos. Los mercados apuestan por una pr¨®xima devaluaci¨®n". Las razones preexistentes -reces?¨®n econ¨®mica- se vieron catapultadas el viernes por el eco de las declaraciones del propio presidente del Gobierno, quien desde Viena augur¨® un gobierno d¨¦bil tras las elecciones del 6 de junio.Queda mucho tiempo hasta el 6 de junio. Y ese tiempo estar¨¢ lleno de noticias agrias, como por ejemplo la Encuesta. de Poblaci¨®n Activa del primer trimestre, lo que dar¨¢ pie a nuevas declaraciones. Deber¨ªa haber un pacto de no agresi¨®n entre los dos grandes partidos para no deteriorar a¨²n m¨¢s a la peseta y la, coyuntura econ¨®mica", dijo a ¨¦ste peri¨®dico un alto cargo del Banco de Espafia, tras estimar que la intervenci¨®n concertada de los bancos centrales europeos, el viernes, al menos supon¨ªa un arropamiento moment¨¢neo.
Las declaraciones del presidente causaron sorpresa en c¨ªrculos financieros porque en febrero pasado Gonz¨¢lez, sus ministros y el partido socialista ya protagonizaron un ejercicio de esgrima que tir¨® por la pendiente a la moneda espa?ola, que cotiz¨® 72,95 pesetas por marco y sobrepas¨® las 73 unidades en Nueva York. El viernes 19 de febrero, el ministro de Econom¨ªa, Carlos Solchaga, anunci¨® que la ley de huelga aprobada por el Congreso ser¨ªa modificada y el lunes 22, Gonz¨¢lez habl¨® de una reactivaci¨®n econ¨®mica "compatible con la convergencia". La peseta sigui¨® muy cerca de su banda central (72,79), marcando 72,50 por marco. La intervenci¨®n del gobernador Luis ?ngel Rojo y una nueva declaraci¨®n de Gonz¨¢lez ante la APD, el jueves 25 de febrero, en defensa de la contenci¨®n salarial y el rigor monetario parecieron calmar las aguas. Lo que pas¨® fue que los mercados comenzaron a jugar con el franco franc¨¦s en el mes previo a las elecciones legislativas.
"El presidente hizo unas declaraciones que ya ni siquiera hace el jefe de la oposici¨®n", dijo un ex ministro a ¨¦ste peri¨®dico. Al utilizar la inestabilidad pol¨ªtica para fines propios, Gonz¨¢lez aliment¨® la fiebre vendedora de pesetas en los mercados. La lecci¨®n a extraer es que los pol¨ªticos suelen olvidar que la liberalizaci¨®n completa de los movimientos de capitales hace de la compraventa de divisas (un mercado mundial de 1 bill¨®n de d¨®lares diarios) uno de los negocios m¨¢s lucrativos de la econom¨ªa internacional. Y este negocio consiste en detectar cuando una situaci¨®n econ¨®mica vulnerable debe trasladarse, necesariamente, a un ajuste del tipo de cambio.
"Nuestra situaci¨®n no es tan clara como la de Francia ni tenemos los fundamentos de nuestro vecino. A¨²n as¨ª, los franceses no pudieron bajar los tipos hasta la formaci¨®n del nuevo Gobierno", dijo el funcionario del banco emisor. 'Ta encrucijada es tal que si bajas el precio del dinero eres un temerario y si mantienes altos los tipos eres d¨¦bil porque de otro modo se caer¨ªa la peseta".
El paralelismo entre Francia y Espa?a es poco alentador. La prevista victoria amplia de los partidos de centroderecha, cuyo programa inequ¨ªvoco era el franco fuerte y el relanzamiento del Sistema Monetario Europeo (SME), debilit¨® la especulaci¨®n en los d¨ªas previos a las elecciones del 21 de marzo y permiti¨®, al concretarse un triunfo a¨²n m¨¢s aplastante, iniciar r¨¢pidamente una cautelosa pol¨ªtica de bajada de tipos a corto, excesivamente altos (del 11% a 12%) para la situaci¨®n francesa. En Espa?a, si bien el partido de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar est¨¢ ahora comprometido con el SME, no existe perspectiva de gobierno fuerte despu¨¦s del 6 de junio, como lo ha admitido ya el presidente Gonz¨¢lez. Por tanto, mantener la paridad va a ser todo una proeza.
Espa?a es uno de los pa¨ªses que m¨¢s reservas ha perdido, entre otras razones, por defender el tipo de cambio: de los 64.400 millones de d¨®lares de febrero de 1992, el banco emisor ha pasado a tener casi 45.000 millones en la actualidad. La posibilidad de lograr grandes beneficios imponiendo una devaluaci¨®n est¨¢ llevando a los operadores de los mercados a lanzar una ofensiva sobre la peseta.
Tanto el Gobierno socialista franc¨¦s como la oposici¨®n victoriosa "in pectore" se pronunciaron por la defensa de la paridad franco-marco. La derecha, asimismo, anunci¨® desde antes del 21 de marzo el envio del proyecto de ley de independencia del Banco de Francia a la Asamblea Nacional este mismo mes de abril. Estas son cosas que se pueden reeditar en Espa?a: el proyecto de autonom¨ªa del Banco de Espa?a, por ejemplo, podr¨ªa ser enviado al constituirse inmediatamente las nuevas Cortes sin esperar a septiembre. Que los mercados se creyeran el discurso franc¨¦s no significa que lo vayan a hacer con el espa?ol porque cualquier parecido entre la econom¨ªa a uno u otro lado de los Pirineos es pura coincidencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.