?Una izquierda civilizada?
Despu¨¦s de lo ocurrido en estos ¨²ltimos a?os en el mundo, y en el propio continente, ?sigue la izquierda en Am¨¦rica Latina inmovilizada en la ideolog¨ªa, los dogmas y estereotipos del pasado o comienza a ser moderna?Para averiguarlo, asist¨ª a la conferencia que acaba de celebrarse en la Universidad de Princeton, organizada por el periodista mexicano Jorge Casta?eda, en la que participaron dos ex dirigentes guerrilleros, el colombiano Antonio Navarro Wolff (del M-19) y el salvadore?o Rub¨¦n Zaniora (de Convergencia Democr¨¢tica), Luis Inacio Lula da Silva, del Partido de los TrabajadoreS, de Brasil, el mexicano CuaUht¨¦moc C¨¢rdenas, del PRD (Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica), el secretario general del Partido Socialista de Chile, Luis Maira, y el venezolano Pablo Medina, fundador de Causa Radical, que acaba de ganar la alcald¨ªa de Caracas.
En cierta forma, que estos seis personajes est¨¦n aqu¨ª, en una de las universidades m¨¢s prestigiosas del "imperio", ya es un cambio, como lo es el que tres de ellos no tengan reparo en hablar en ingl¨¦s, prescindiendo de los int¨¦rpretes. No hace mucho, a un dirigente de izquierda estas cosas lo descalificaban. Ahora, lo legitiman y le acu?an una imagen de pol¨ªtico moderno. Todos se muestran resueltos partidarios de la detnocracia, de las elecciones y el plUralismo, la palabra "revoluci¨®n" no asoma en su vocabulario y todos hacen denodados esfuerzos para no hablar de Cuba y, en todo caso, para no ser identificados con ella. En una de las sesiones, cuatro veces insisti¨® el moderador James LeMoyne en que dijeran su opini¨®n sobre el caso cubano y, las cuatro, obtuvo un autismo pertinaz. Cuando acorral¨® a Navarro Wolff, ¨¦ste, con visible embarazo, reconoci¨® que "Cuba era un tema dificil". Explic¨® que, cuando el M-19 estaba alzado, recibi¨® una ayuda consiante y generosa de Fidel; ¨¦l mismo ten¨ªa en la pierna una pr¨®tesis cubana y no pod¨ªa olvidarlo. Termin¨® haciendo votos porque hubiera m¨¢s democracia en la isla. Pero, en las cuatro sesiones a las que asist¨ª, a ninguno de los seis o¨ª pedir que se levantara el embargo y este tema fue s¨®lo aludido una vez, por Lula, quien se sorprendi¨® de que los gobiernos que apoyan "sanciones econ¨®micas contra Cuba no las acordaran tambi¨¦n contra la dictadura peruana" (en la ¨²ltima
sesi¨®n, en la que no estuve presente, Lula y C¨¢rdenas, respondiendo a preguntas del p¨²blico, se pronunciaron contra el embargo).Creo que sobre el tema de la democracia pol¨ªtica hay, en los seis, aunque en algunos de manera m¨¢s categ¨®rica que en otros, un reconocimiento de la importancia de esas instituciones y valores que buena parte de la izquierda llamaba antes, con desd¨¦n, "formales". Luis Maira lo precis¨®: la dictadura de Pinochet hizo comprender a los socialistas chilenos c¨®mo, sin legalidad y convivencia, los derechos humanos son pisoteados y la violencia
Viene de la p¨¢gina anterior
dav¨ªa mucho m¨¢s al "realismo m¨¢gico" que a una percepci¨®n objetiva de la realidad contempor¨¢nea. El desarrollo de Chile en los ¨²ltimos a?os no tiene precedentes en la historia de Am¨¦rica Latina y ello se debe a la lucidez y buen tino del gobierno que preside Patricio Aylwin -y del que forma parte el Partido Socialista de Maira-, que no s¨®lo mantuvo, sino profundiz¨® la pol¨ªtica econ¨®mica liberal, de apoyo a la empresa privada, privatizaci¨®n de la econom¨ªa, atracci¨®n de capitales extranjeros y, en una palabra, de inserci¨®n de Chile en el mundo. En estos afios, la intervenci¨®n del Estado ha sido todav¨ªa menor en la vida econ¨®mica de lo que lo fue en la ¨¦poca de los Chicago boys. Por eso, Chile crece a un ritmo de nueve y diez por ciento anual, tiene el desempleo m¨¢s bajo del hemisferio y un mill¨®n de chilenos salieron de la pobreza cr¨ªtica en los ¨²ltimos cuatro a?os. El Partido Socialista chileno, actuando con una responsabilidad que su paso anterior por el poder no auguraba, ha hecho suya esta pol¨ªtica y es, hoy, uno de los m¨¢s s¨®lidos garantes de la ¨²nica democracia latinoamericana en la que funciona un capitalismo moderno. Y tanto es as¨ª que el l¨ªder socialista Ricardo Lagos, precandidato presidencial de la Concertaci¨®n, propone ir todav¨ªa m¨¢s lejos en la reforma liberal de su pa¨ªs, con la privatizaci¨®n del cobre.
Si hay un partido de izquierda que se ha "modernizado" en Am¨¦rica Latina es, pues, el de Luis Maira y hubiera sido ¨²til que ¨¦l explicara a sus oyentes c¨®mo y por qu¨¦ ha ocurrido esa transformaci¨®n, tan positiva para su pa¨ªs y tan buen ejemplo para los partidos cong¨¦neres de otros pa¨ªses. Pero un pol¨ªtico tiene servidumbres y prudencias ineludibles, si no quiere abrirse flancos y perder posiciones en sus luchas interas, y eso le prohibe muchas veces la coherencia. Supongo que por ese motivo se mostr¨® tan hostil a las tesis sobre la "internacionalizaci¨®n" y en contra del nacionalismo, que yo he estado desarrollando en art¨ªculos de EL PA?S, y que fueron objeto de cr¨ªticas en la ¨²ltima sesi¨®n, a la que no asist¨ª. ?C¨®mo puede oponerse a la internacionalizaci¨®n quien cogobierna el pa¨ªs que m¨¢s se ha beneficiado de ella en los ¨²ltimos a?os? ?Hubiera sido posible que Chile exporte hoy m¨¢s al Asia que a EE UU si aqu¨¦lla no fuera una realidad? ?Que los inversores chilenos hayan podido comprar decenas de empresas industriales y financieras en Per¨² y Argentina en los ¨²ltimos meses no es un prueba irrefutable de la "internacionalizaci¨®n" y de lasventajas que ella trae a los pa¨ªses que saben aprovecharla?
Vali¨¦ndome de la pregunta que Popper recomienda para juzgar a un gobierno y a una pol¨ªtica (?qu¨¦ da?o pueden llegar a hacer?), mi conclusi¨®n es que la izquierda en Am¨¦rica Latina -por lo menos la representada en la Conferencia de Princeton- es menos peligrosa que anta?o. Menos ideol¨®gica, m¨¢s pragm¨¢tica y realista, y m¨¢s democr¨¢tica, aunque, todav¨ªa, sin mucha imaginaci¨®n. Y, en cuestiones econ¨®micas, a¨²n conservadora.
Sospecho que buena parte de los asistentes se sintieron defraudados, con esos izquierdistas sudamericanos que hablaban de pluralismo, elecciones limpias, parlamentos fiscalizadores, nuevos impuestos, en vez de vociferar contra el imperialismo yanqui. Menos mal que estaba all¨ª Lula, quien, de cuando en cuando, animaba- la sesi¨®n, convirtiendo el auditorio en plazuela y hablando de "la democracia de los que ganan seis mil d¨®lares al mes y la de los que ganan cien". Princeton es una linda universidad, con una biblioteca maravillosa, donde es un placer trabajar, pero llena de gente "pol¨ªticamente correcta" que espera que, en estos tiempos de escasez, por lo menos los tercermundistas sigan siendo revolucionarios. El que no lo es, los decepciona. Yo, por ejemplo. Cada vez que abro la boca y opino, tengo la inc¨®moda sensaci¨®n de que crujen huesos de indignaci¨®n a mi alrededor y de que algunos colegas quisieran lincharme. Pero son gente educada en el arte dif¨ªcil de la tolerancia, y se contienen.
Copyright Mario Vargas Llosa, 1993.
Copyright Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Diario EL PA?S, SA, 1993.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.