Una escopeta sobre la chimenea
30 escuelas y talleres literarios ense?an a escribir en Espa?a frente al escepticismo de algunos autores
En otros pa¨ªses, Estados Unidos sobre todo, la escritura creativa forma parte de los planes de estudio de las universidades. En Espa?a no se ha llegado a tanto. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os no s¨®lo han proliferado las escuelas y los talleres literarios, sino que est¨¢n llenos de alumnos.La respuesta de la Comisi¨®n Europea cuando una escuela alemana de letras pidi¨® en 1989 una subvenci¨®n a la Comunidad fue tan tajante como significativa: "La escritura literaria no se ense?a". A pesar de esta desconfianza expresada por algunos escritores y medios acad¨¦micos hacia este tipo de instituciones culturales, los centros consultados estaban a rebosar. Incluso a pesar de que no existe ninguna gu¨ªa de talleres literarios y de que ni siquiera hay una entrada correspondiente en las p¨¢ginas amarillas. Seg¨²n algunas personas que llevan bastante tiempo en este negocio, la proliferaci¨®n de los talleres se ha producido desde la transici¨®n y calculan -a ojo de buen cubero- que en toda Espa?a deben existir unos 30, cuando a principios de los a?os ochenta no llegaban a la media docena.
Para Ram¨®n Ca?elles, que lleva ya ocho a?os ense?ando escritura creativa y cinco como coordinador, junto a ?ngel Zapata, del taller de creaci¨®n literaria de la librer¨ªa Fuentetaja, de Madrid, el problema est¨¢ en que "todas las artes, menos la literatura, aceptan la ense?anza de su t¨¦cnica".
"Todav¨ªa se cree en la inspiraci¨®n, en el culto a la musa. Sin embargo, desde las ret¨®ricas de la antig¨¹edad es evidente que se puede aprender a escribir, se pueden ense?ar t¨¦cnicas que faciliten la creaci¨®n, lo que no quiere decir que se puede ense?ar a ser escritor", se?ala Clara Obligado, una de las personas que m¨¢s tiempo llevan trabajando en talleres literarios -13 a?os- y que ahora se ocupa del taller de la Librer¨ªa de Mujeres.
Vocaci¨®n y lecturas
Frente a estas creencias, el poeta, ensayista y novelista Luis Antonio de Villena pertenece a la fracci¨®n m¨¢s esc¨¦ptica. "Porque un se?or diga c¨®mo se hace una poes¨ªa no creo que se vaya a hacer mejor. Se puede ser un buen escritor y un mal pedagogo. Gracias a la vocaci¨®n, a las lecturas, al trabajo, han salido estupendos hombres de letras. Otra cosa es que se pueda aprender a leer, pero eso es algo que deber¨ªa hacerse en la escuela y en la Universidad". El novelista y poeta Vicente Molina Foix tampoco cree que los talleres puedan ofrecer f¨®rmulas m¨¢gicas. "La literatura no procede de moldes. No conozco los talleres espa?oles, pero en Estados Unidos salen productos hechos a base de recetas, muchas veces emparentadas con la modaAl margen de este debate, los que tienen claro que a un grupo de alumnos sedientos de conocimientos literarios se les puede ense?ar escritura creativa multiplican sus propuestas. Hace ahora tres a?os se inaugur¨® en Madrid la Escuela de Letras, un proyecto dirigido por el novelista Alejandro G¨¢ndara y el cr¨ªtico literario Constantino B¨¦rtolo, que rechazan el apelativo de taller literario.
"La Escuela de Letras es una escuela de artes dedicada a la creaci¨®n escrita, aunque es multidisciplinar", se?ala G¨¢ndara. Para sus responsables, la principal diferencia con un taller est¨¢ en que la escuela posee un sistema de ense?anza organizado en el que "no se ense?a a ser un novelista, sino que se da todo lo necesario para que este aprendizaje se pueda producir".
Clara Obligado cree que "lo importante es trabajar desde el propio texto. La ense?anza de la literatura no tiene que ver con la provocaci¨®n tem¨¢tica, sino con el trabajo sobre la estructura, la sintaxis, los recursos ret¨®ricos", aunque, seg¨²n su criterio, estos elementos no deben ser introducidos de una forma gratuita, sino dentro de las necesidades del proceso creativo.
"Es m¨¢s f¨¢cil ense?ar lo que no hay que hacer, evitar que incorpores al texto un discurso que no es tuyo. Lo que nosotros queremos hacer es ayudar a buscar la propia voz literaria", asegura Alejandro G¨¢ndara. La labor de zapa, quitar vicios, reflejos tomados de los autores m¨¢s influyentes (Borges, por ejemplo, en la narrativa corta) es uno de los puntos m¨¢s importantes en los planes de estos centros.
Casi todos los talleres han nacido no s¨®lo al amparo de las frustraciones con las que muchos estudiantes se topan n la Universidad, sino tambi¨¦n de la necesidad de recuperar el sentido de las viejas tertulias literarias, la idea de sentarse a conversar de literatura. "Los talleres existen a causa de una enorme carencia instituciona1% se?ala Ca?elles. El novelista Jos¨¦ Mar¨ªa Merino, que ha preparado un taller de literatura fant¨¢stica en el C¨ªrculo de Bellas Artes, opina que la base de su trabajo debe estar en lograr que el taller se convierta en una conversaci¨®n. "Tambi¨¦n se aprenden muchas cosas cuando lees un cuento que te gusta y lo discutes con los amigos".
Romper el c¨ªrculo
Los talleres pretenden romper el estrecho c¨ªrculo del mundillo, permitir que los alumnos entren en contacto con escritores y puedan hablar con ellos de su propia experiencia creativa. "La base de nuestra ense?anza es el intercambio", se?ala Ram¨®n Ca?elles. "Queremos alentar a los j¨®venes escritores y evitar que se desanimen. Ahora, salvo en concursos, es casi imposible que se les lea. Nosotros queremos que los que ya escrib¨ªan puedan hablar de su propia literatura", asegura Andr¨¦s Sorel, secretario general de la Asociaci¨®n Colegial de Escritores (ACE) y coordinador del Taller de Escritura, que este a?o ha puesto en marcha la ACE bajo el t¨ªtulo La creaci¨®n literaria: inspiraci¨®n y oficio."No prentendemos ense?ar, adem¨¢s no creo que se pueda ense?ar a escribir. Lo que queremos es estimular la creaci¨®n de los que ya lo hac¨ªan y permitirles entrar en contacto con el mundo de los escritores", agrega Andr¨¦s Sorel. En este taller participan 16 profesores universitarios y 32 escritores.
La idea es que el profesor d¨¦ una charla sobre el tema y luego los escritores analicen algunos fragmentos de sus obras. Al d¨ªa siguiente, los alumnos preguntar¨¢n a los autores (entre los que se encuentran nombres como Javier Mar¨ªas, Luis Landero, Carlos Bouso?o, Luis Antonio de Villena o Luis Mateo D¨ªez) sobre su obra. En una segunda parte del taller, los alumnos tendr¨¢n que redactar su propia obra de creaci¨®n. Aunque el objetivo no sea ense?ar trucos literarios, muchas de las preguntas de los alumnos van dirigidas en este sentido (c¨®mo luchar contra el bloqueo, si se debe o no se debe estructurar).
Las tasas de estos centros van desde las 350.000 pesetas de la Escuela de Letras hasta la gratuidad del taller de la ACE, subvencionado por la Comunidad de Madrid, pero que exige pruebas de acceso. El precio de los dem¨¢s talleres gira entorno alas 10.000 pesetas.
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