Una tarea delicada
S. S.Una de las tareas m¨¢s delicadas que se llevan a cabo ahora es el desmantelamiento de las ojivas que por decisi¨®n unilateral o como consecuencia de los acuerdos de desarme deben quedar fuera de servicio. Y para mostrar la perfecci¨®n del trabajo, el ministro ruso de Energ¨ªa At¨®mica, Viktor Mij¨¢ilov, describe con su minuciosidad de f¨ªsico nuclear c¨®mo la peligrosa tarea de desmontar la bomba se efect¨²a de forma perfecta: primero se trabaja con una maqueta exacta de la cabeza que hay que desmantelar para establecer rigurosamente todos los pasos y prever todos los posibles problemas; a continuaci¨®n se elaboran una serie de instrucciones minuciosas, y luego se forman brigadas especiales que primero trabajan con la maqueta y luego pasan a desmontar las cabezas reales "en la misma f¨¢brica en que se ensamblaron".
Si surge alg¨²n contratiempo, agrega se llama a los dise?adores y se traslada la ojiva a una c¨²pula blindada donde s¨®lo trabajan tres operadores para evitar que el eventual estallido del explosivo qu¨ªmico"de ninguna manera puede haber una explosi¨®n nuclear" cause un desastre. "S¨®lo una de las 13.000 desmontadas tuvo que ser llevada a la c¨²pula", precisa Mij¨¢ilov.
El desmantelamiento da trabajo a cuatro plantas que antes fueron de montaje, pero esto no es trabajo suficiente para los 150.000 t¨¦cnicos de las 10 ciudades secretas del complejo nuclear militar. La mayor¨ªa de ellas est¨¢n embarcadas en un proceso de reconversi¨®n nada f¨¢cil a todas luces. Una salida clara es ofrecer servicios nucleares al sector civil -enriquecimiento de uranio, dep¨®sito de residuos, programas de seguridad nuclear-, pero eso sigue siendo insuficiente y se han empezado a desarrollar programas sobre instrumentos aplicables a medicina, electr¨®nica o materiales superlimpios. Mij¨¢ilov asegura que una tercera parte de los t¨¦cnicos participa ya en tareas civiles, y en 1995 ser¨¢n la mitad. Para lograr esos prop¨®sitos, el ministro est¨¢ convencido de una cosa: "Necesitamos un Gobierno fuerte".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.