King Kong no pudo ser tan grande
La f¨ªsica cuestiona personajes y situaciones fabuladas por la literatura y el cine de ciencia-ficci¨®n
JACINTO ANT¨®N, El m¨¦todo de los profesores Jordi Jos¨¦ y Manel Moreno "es un ejemplo paradigm¨¢tico de una vieja idea muy en boga en las universidades de los EE UU: ense?ar ciencias usando la ciencia-ficci¨®n", explica Manel Barcel¨®, vice-decano de la UPC. Barcel¨®, experto en inform¨¢tica y gran aficionado a la ciencia-ficci¨®n (es autor de un voluminoso ensayo y dirige la colecci¨®n de g¨¦nero de Ediciones B), ha contribuido a estructurar el apasionado pero difuso inter¨¦s de alumnos y profesores de la UPC por la ciencia-ficci¨®n. Un inter¨¦s que condujo a un premio internacional de g¨¦nero, a una asociaci¨®n (UPCF, Unidos Por la Ciencia Ficci¨®n) e iniciativas como apoyar las conferencias de Jos¨¦ Moreno, a quienes la UPC ha otorgado ayuda econ¨®mica para su libro.
Las v¨ªdeo-conferencias en las que los dos profesores explican su m¨¦todo se est¨¢n convirtiendo en verdaderos acontecimientos. La verdad es que resultan realmente interesantes y muy divertidas incluso para profanos que jamas superaron -ni alcanzaron- el nivel de f¨ªsica de COU.
Para disfrutar la exposici¨®n, aderezada con proyecciones de fragmentos de pel¨ªculas, basta con que a uno le interese la ciencia-ficci¨®n, literaria o cinematogr¨¢fica, o que, simplemente, tenga ganas de pasar un buen rato.
"Proponemos un acercamiento a la f¨ªsica desde un aspecto divertido, aprovechando la ciencia-ficci¨®n", explica Manel Moreno. Y subraya que, en la otra direcci¨®n, ver la ciencia-ficci¨®n desde la f¨ªsica "permite desarrollar ese esp¨ªritu cr¨ªtico y esc¨¦ptico del que estamos tan faltos en la actualidad".
T¨®picos de la mec¨¢nica, deplorable utilizaci¨®n de las leyes de la gravedad, risible imagen del superhombre... estas son algunas de las estaciones del recorrido. Moreno lo inicia con el tema del aumento y reducci¨®n de tama?o, tan caro al g¨¦nero.
El especialista se?ala que existen limitaciones de tama?o -por arriba y por abajo- en los "sistemas" (una hormiga, averigua pronto el profano, es un sistema).
De la Biblia a Patufet
Hay unas leyes de escala fisiol¨®gica seg¨²n las cuales, por ejemplo, si reduces un hombre, de 70 kilos a la mitad de su masa, la altura no decrece la mitad, sino un 80 %. O sea que la disminuci¨®n no es lineal, no se puede hacer estilo fotocopia. Esto, por supuesto, "cuestiona toda la tradici¨®n del tema desde la Biblia (Goliath) hasta el Patufet". El profesor indica que en El alimento de los dioses, de H. G. Wells, por ejemplo, la abeja que aumenta 30 veces su tama?o pesar¨ªa 27.000 veces m¨¢s, con lo cual, claro, no podr¨ªa volar.
Los dragones son, de acuerdo con las leyes f¨ªsicas, inviables: la musculatura necesaria para levantar su masa incrementar¨ªa ¨¦sta hasta l¨ªmites imposibles. Al profano se le ocurre objetar que los aviones vuelan: "El aumento de peso se puede compensar con otros mecanismos: material m¨¢s ligero, m¨¢s potencia".
Tambi¨¦n hay razones relacionadas con la gravedad para que determinadas formas no puedan pasar de un tama?o determinado: se aplastar¨ªan por su propio peso.
La naturaleza dio formas diferentes a los animales seg¨²n su tama?o para evitar este inconveniente: el grosor de los huesos, por ejemplo, no aumenta de forma proporcional al tama?o.
"Una hormiga del tama?o de un hombre no es viable", se?ala Moreno. Mientras proyecta im¨¢genes del filme de Gordon Douglas La humanidad en peligro ("las hormigas aumentan de tama?o un factor 1.000"), el profesor dice: "De este tama?o ser¨ªan m¨¢s d¨¦biles que un hombre y no podr¨ªan- levantar las patas".
Siguiendo las proporciones que marca la f¨ªsica para un gorila de su tama?o, el legendario King Kong, con 15 metros de altura, deber¨ªa pesar 190 toneladas, pero el mayor b¨ªpedo que jam¨¢s ha existido, el Tyranosaurius Rex, pesaba s¨®lo 7 toneladas. Dif¨ªcilmente King Kong se hubiera podido mover con la agilidad con que lo hace en la pel¨ªcula.
En el filme Viaje alucinante, se reduce a un submarino y su tripulaci¨®n un factor 17 millones para introducirlos en el torrente sangu¨ªneo de un paciente.
El propio Isaac: Asimov, que novel¨® el gui¨®n de la pel¨ªcula, reconoci¨® que se cometieron errores garrafales. A ese tama?o, las mol¨¦culas de aire aparecer¨ªan para los microargonautas como balones: les ser¨ªa dif¨ªcil, pues, respirar. A esa escala, los faros del submarino proyectar¨ªan nocivos rayos Gamma o X.
Jordi Jos¨¦ cuestiona al superh¨¦roe nacido en Kripton. "Con cuatro c¨¢lculos de COU vemos que para desplazar en un salto de dos metros a un pirata de unos 85 kilos, la masa que deber¨ªa tener el hada Campanilla es de 17 kilos. Dado su tama?o, esa masa la convertir¨ªa en muy poco esbelta".
Superman, "es una fuente inagotable de falsedades f¨ªsicas. Al detener, como lo hace, un cami¨®n (50 toneladas a 30 metros por segundo) con su masa de -seamos generosos- 100 kilos, ser¨ªa arrastrado durante 23 kil¨®metros".
Nuevo viaje a Liliput
El viaje nos lleva ahora a Liliput y Brobdirignag. Los liliputienses y gigantes de los pa¨ªses imaginados por Jonathan Swift miden 15 cent¨ªmetro si y 20 metros, respectivamente (en ambos casos, factor 12 de escala).Seg¨²n las leyes de la f¨ªsica los gigantes tendr¨ªan 1/ 12 de la fuerza de un hombre normal, "lo que significa que para desplazarse ser¨ªa como si nosotros llev¨¢ramos sobre nuestros hombros a 11 personas".
De nuevo ateni¨¦ndonos a las leyes de la f¨ªsica, los especialistas dicen que el tama?o m¨¢ximo te¨®rico de un hombre es de unos 12 metros. No ser¨ªa un prodigio de est¨¦tica: las mejillas le pesar¨ªan 43 kilos. Tendr¨ªa enormes problemas biol¨®gicos: los pulmones no podr¨ªan suministrar suficieciente ox¨ªgeno.
En cuanto a lo peque?o, las limitaciones son similares. La frecuencia de sonido de un liliputiense ser¨ªa de 22.000 herzios, tan aguda que su huesped, Gulliver, no podr¨ªa o¨ªrlo.
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