Espa?a fue autosuficiente en sangre completa por vez primera en 1992

Espa?a fue, por primera vez, autosuficiente para su demanda interna de sangre roja o completa en 1992, con un ¨ªndice de donaciones de 33 por cada 1.000 habitantes al a?o. Es decir, est¨¢ garantizado el autoabastecimiento, seg¨²n la Federaci¨®n Nacional de Donantes de Sangre. Esta organizaci¨®n se?ala, no obstante, que existen desequilibrios interregionales. Hace apenas cinco a?os, en 1987, el ¨ªndice de donaciones era de 17 por cada 1.000 habitantes, la mitad de la actual.

Sin embargo, Espa?a es todav¨ªa insuficiente en plasma para hemoderivados y lejos, por tanto, del "autoabastecimiento real", en opini¨®n del presidente de esa federaci¨®n, Mart¨ªn Mance?ido. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) considera insuficiente para cubrir la demanda real de sangre cualquier cantidad de donaciones que est¨¦ por debajo de las 45 o 50 por cada 1.000 habitantes al a?o.

En los hospitales no s¨®lo se consume sangre roja o completa, sino que los enfermos tambi¨¦n pueden necesitar determinados componentes de la sangre (hemat¨ªes, plaquetas, plasma). Del plasma se obtienen cantidad de derivados (gammaglobulina o factores de coagulaci¨®n para el tratamiento de los hemofilicos). Esos componentes de la sangre s¨®lo pueden extraerse de este fluido despu¨¦s de ser transformados en una planta de fraccionamiento de plasma. En la actualidad, 'Espa?a s¨®lo dispone de plantas de fraccionamiento privadas, "completamente insuficientes para toda la demanda". Por ello, a¨²n necesita importar plasma de terceros pa¨ªses.

Importar plasma

En 1992, esas importaciones alcanzaron los 12.000 millones de pesetas, que, a juicio del presidente de la federaci¨®n nacional, podr¨ªan ahorrarse si se construyera una planta de fraccionamiento de plasma. El coste de esta planta ascender¨ªa a unos 3.000 millones de pesetas.El documento de la Federaci¨®n Nacional de Donantes de Sangre explica que esta planta "garantizar¨ªa que los productos hemoter¨¢picos sean de procedencia nacional y altruista, evitando, por tanto, que dichos producto:: provengan de donaciones pagadas, que, al margen de los seguros controles a los que se les someten, no responden a la garant¨ªa y seguridad de la sangre donada altruistamente".

Durante 1992, 225.000 personas se acercaron por primera vez a donar sangre. De esta cantidad, la mayor¨ªa fueron j¨®venes, con edades entre 18 y 25 a?os, y una alta proporci¨®n de universitarios.