Sobredosis mel¨®dica
Los grader¨ªos del Palacio de los Deportes, poblados en su mayor¨ªa por un p¨²blico muy juvenil, se agitaron durante casi dos horas ante cada gesto de Jon Bon Jovi. ?gil y feliz por la respuesta, el vocalista goz¨® del agasajo incondicional de la audiencia madrile?a.El grupo norteamericano dej¨® su camino en suspenso en 1990. La agotadora gira de presentaci¨®n del ¨¢lbum New Jersey consumi¨® las fuerzas del quinteto. De hecho, su primera gira espa?ola acus¨® el peso de cientos de actuaciones y viajes previos. Las relaciones entre el jefe de filas y el lugarteniente, el guitarrista Richie Sambora, sufrieron alteraciones desagradables. Cada uno de ellos public¨® un ¨¢lbum en solitario y, como era de prever, el trabajo del l¨ªder fue el que se encaram¨® a las listas de ventas. El quinteto se uni¨® meses m¨¢s tarde para preparar las composiciones de Keep the faith, una reaparici¨®n que ha encontrado el respaldo de los aficionados.
Bon Jovi
Jon Bon Jovi (voz), Richie Sambora (guitarra), David Bryan (teclados), Alec John Suc: (bajo), Tico Torres (bater¨ªa). 10.000 espectadores. Precio: 3.500 pesetas. Palacio de los Deportes de la Comunidad. Madrid, 2 de mayo.
Cuando Bon Jovi rompi¨® su propio techo comercial con el eficaz Slippery when wet, su m¨²sica fue bautizada, como heavy light. Las melod¨ªas dulcificaban un g¨¦nero de fuerza bruta que no encajaba en los gustos mayoritarios. Puede se?alarse que a partir de entonces el rock duro empieza a considerarse algo m¨¢s que exceso de vatios y drogas, t¨®picos empleados invariablemente cuando se alude a su entorno. La carrera de Bon Jovi ha ido ofreciendo gui?o tras gui?o a la comercialidad, y aquel t¨¦rmino carece de vigencia hoy d¨ªa: el componente pesado ya no existe por ning¨²n lado.
Llevado en volandas por adolescentes que jalean sus movimientos, Jon contenta a la parroquia con canciones de rock saturadas de empalagosas melod¨ªas pop. You give love a bad name o Born to be my baby son perfectos ejemplos del repertorio m¨¢s dulce de los de Nueva Jersey. El lado m¨¢s agresivo de la banda, el del guitarrista Sambora, tambi¨¦n est¨¢ ahora cautivo de la adaptaci¨®n de su sonido a todos los p¨²blicos. Entre baladas f¨¢ciles, temas pegajosos y entusiasmo sobre las tablas, Bon Jovi agrad¨® a la gran mayor¨ªa de asistentes.
A nadie podr¨ªa extra?arle que Jon Bon Jovi volviera al sendero solitario. Donde, comprobado est¨¢, va a recibir unan atenci¨®n similar. No se olvide la admiraci¨®n que siente el personaje por su paisano Bruce Springsteen, palpable en canciones como Wild in the streets o Blood on blood. Entre ambos median diferencias abismales, pero la tentaci¨®n solista sigue presente. Y, si no marcha, siempre queda una oportuna reuni¨®n como salida de emergencia.
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