"Por mi gusto votar¨ªa a Durruti"

FRANCESC VALLS, Eduardo Mendoza naci¨® hace 50 a?os en Barcelona. Es autor de novelas como La ciudad de los prodigios, La verdad sobre el caso Savolta, La isla inaudita o El a?o del diluvio. Algunos de sus personajes m¨¢s conocidos son anarquistas, una doctrina pol¨ªtica a la que, por visceralidad, se acerca el novelista barcelon¨¦s. Mendoza, que ve en la desigualdad social uno de los grandes males nacionales, dice que votar¨ªa por Buenaventura Durruti, el hist¨®rico l¨ªder de la Federaci¨®n Anarquista Ib¨¦rica (FAI), a quien se atribuye un especial celo atentatorio contra reyes y obispos.

Pregunta. ?Ya tiene decidido su voto?

Respuesta. Por mi gusto votar¨ªa a Durruti, pero eso ser¨ªa una banalidad. As¨ª que acabar¨¦ votando a los socialistas. No se trata de un voto ¨²til o de circunstancias, porque el voto es siempre ¨²til por definici¨®n.

P. ?Cu¨¢les son, a su juicio, los problemas m¨¢s importantes que tiene planteados Espa?a?

R. Contin¨²a habiendo los problemas de siempre: el monopolio del poder y el de la distribuci¨®n de la riqueza. Quiz¨¢ no tanto como en el Tercer Mundo, pero esos siguen siendo males end¨¦micos en Espa?a.

P. ?Qu¨¦ soluci¨®n apunta usted?

R. Creo que la soluci¨®n deber¨ªa ser radical, aunque no s¨¦ si realmente ser¨ªa posible. Tal vez ser¨ªa peor.

P. ?Qu¨¦ imagen da la clase pol¨ªtica?

R. Hay diferencias muy notables entre los pol¨ªticos Hay una cierta formulaci¨®n global de los pol¨ªticos que no deber¨ªa existir. Me molesta que les estemos siempre criticando y, a la vez, hayamos perdido actitud cr¨ªtica. Nos hemos vuelto cr¨ªticos superficiales, de lo concreto. Tengo la impresi¨®n de que en otros pa¨ªses europeos, con mayor tradici¨®n democr¨¢tica, los intelectuales no han ca¨ªdo en esta trampa. En Espa?a, en cambio, nos paramos en el detalle sin llegar al fondo.

P. ?Se puede hablar de corrupci¨®n generalizada?

R. El hecho de que haya esc¨¢ndalos continuos quiere decir tambi¨¦n que las cosas salen a la luz. Ahora bien, todo el mundo se rasga las vestiduras cuando surgen los casos Naseiro, Filesa o Casinos, y luego todo queda diluido. No parece que haya sanci¨®n ni responsabilidad. Esto es m¨¢s preocupante que el hecho de que en la gran maquinaria pol¨ªtica se descubra, de vez en cuando, un punto negro.

P. ?Qu¨¦ supondr¨ªa para la cultura la victoria electoral de la derecha?

R. A juzgar por la experiencia de algunos pa¨ªses extranjeros, creo que tendr¨ªa malas consecuencias.

P. ?Ser¨ªa traum¨¢tica?

R. No s¨¦ si traum¨¢tica, pero la cultura quedar¨ªa m¨¢s amuermada de lo que est¨¢. No creo que sea honrado descalificar a una derecha que a¨²n no ha tenido la oportunidad de demostrar lo que es. Tampoco es justo compararla con lo que no es: el Partido Popular no es el fascismo ni Aznar es Franco. Esta derecha espa?ola ser¨ªa seguramente de tipo Thatcher, que tan maltrecha ha dejado a la vida social y cultural inglesa.