Telecomunicaciones, el futuro de Madrid
Madrid necesita, en l¨ªneas generales, reorientar su tejido industrial hacia la fabricaci¨®n de productos inteligentes, de barato transporte y un alto valor a?adido, y, en concreto, potenciar coordinadamente el sector de las telecomunicaciones.
Madrid, al contrario que otras comunidades aut¨®nomas espa?olas, carece de un organismo p¨²blico que permita coordinar y potenciar la puesta en marcha de los proyectos e iniciativas que surgen dentro del campo de las telecomunicaciones y la inform¨¢tica, un sector econ¨®mico esencial para el desarrollo de la ciudad. Esta falta, un¨¢nimemente resaltada tanto por los productores como por los usuarios del sector, se ha convertido en el principal obst¨¢culo a que deben hacer frente los inversores en este campo a la hora de decidir la puesta en marcha de sus iniciativas en Madrid, ya que la falta de un interlocutor competente con el que discutir la implantaci¨®n de sus proyectos supone un freno, a veces insuperable, para la concreci¨®n de sus proyectos de telecomunicaciones e inform¨¢tica.Esta situaci¨®n es especialmente grave en una comunidad de las caracter¨ªsticas de Madrid, que por su situaci¨®n perif¨¦rica y relativamente aislada con respecto a Europa, mercado natural de su econom¨ªa tanto por razones geogr¨¢ficas como por la integraci¨®n de nuestro pa¨ªs en la Comunidad Europea y la puesta en marcha del mercado ¨²nico, est¨¢ obligada a reorientar su tejido industrial hacia la fabricaci¨®n de productos inteligentes, de r¨¢pido y barato transporte y un alto valor a?adido. Esta opci¨®n es una de las m¨¢s claras posibilidades, quiz¨¢ la ¨²nica, para conseguir que la econom¨ªa madrile?a supere su desfavorable situaci¨®n geogr¨¢fica y pueda competir con ¨¦xito con las principales capitales del continente.
Por consiguiente, en estos momentos, la cuesti¨®n fundamental para conseguir este objetivo no est¨¢ solamente en la puesta en marcha de uno u otro proyecto o acci¨®n concreta, sino en una toma de conciencia de la situaci¨®n por todos los agentes regionales del sector de las telecomunicaciones, especialmente las administraciones, de que es imprescindible actuar en esta materia y en la puesta en marcha de los necesarios instrumentos operativos para hacerlo.
Complementariamente, es necesario coordinar la actuaci¨®n de las empresas madrile?as de productos telem¨¢ticos, que es la m¨¢s importante del pa¨ªs, pero que est¨¢ excesivamente fragmentada, con gran n¨²mero de empresas, pero de reducidas dimensiones, lo que dificulta enormemente la constituci¨®n de un grupo de presi¨®n fuerte que posibilite la negociaci¨®n y captaci¨®n de inversiones y la implantaci¨®n de sistemas productivos beneficiosos para el sector.
Estas circunstancias est¨¢n produciendo efectos negativos sobre la econom¨ªa madrile?a, que durante los ¨²ltimos a?os ha visto c¨®mo las inversiones que se han realizado en Espa?a, dentro del sector de la inform¨¢tica y las telecomunicaciones, se han ubicado en otras regiones del pa¨ªs, gracias a la pol¨ªtica de captaci¨®n de capitales puesta en marcha por sus instituciones.
Un ejemplo paradigm¨¢tico de estos efectos negativos es el proceso seguido por Jap¨®n a la hora de distribuir sus inversiones en Espa?a, de las que Madrid s¨®lo ha conseguido captar capital destinado a la producci¨®n de servicios financieros, que generan poco empleo, mientras que otras comunidades, a pesar de haber recibido menos dinero, han conseguido que las inversiones se destinen a la creaci¨®n de empresas y sus correspondientes puestos de trabajo.
Aunque, evidentemente, en la toma de decisiones de los inversores extranjeros han incidido factores como las infraestructuras, la accesibilidad o la calidad de vida de las distintas ciudades, parece claro que Madrid, tanto por su condici¨®n de capital de Espa?a como por la elevada formaci¨®n de sus trabajadores o su condici¨®n de principal productor y consumidor de productos telem¨¢ticos del pa¨ªs (en la regi¨®n est¨¢n ubicadas el 34% de las empresas de inform¨¢tica nacionales, que emplean a la mitad de los profesionales del sector y fabrican el 70% de los productos telem¨¢ticos espa?oles), reun¨ªa las condiciones objetivas para haber sido la destinataria de la mayor parte de estas inversiones estructurales, que no se han conseguido, entre otras razones, por la falta de un organismo capaz de negociarlas e incentivarlas.
Intervenci¨®n obligada
El Plan Estrat¨¦gico de Madrid, desarrollado por el Ayuntamiento en colaboraci¨®n con las otras administraciones con competencias en la ciudad y con los agentes sociales y econ¨®micos implicados en los distintos temas, est¨¢ dise?ando y consensuando con todas las partes la puesta en marcha de un "¨®rgano dinamizador para potenciar el uso de las telecomunicaciones en Madrid". Este proyecto ha sido un¨¢nimemente apoyado por todos los expertos consultados y por todos los participantes en la mesa de trabajo que lo ha elaborado, que han resaltado la necesidad de la existencia de un organismo de estas caracter¨ªsticas, que asuma las competencias necesarias para situar a nuestra ciudad en condiciones ¨®ptimas para asumir los retos tecnol¨®gicos impuestos por el proceso de internacionalizaci¨®n que ha sufrido la econom¨ªa madrile?a.
Con la creaci¨®n de un organismo de estas caracter¨ªsticas, Madrid podr¨ªa afrontar con mayores garant¨ªas de ¨¦xito la puesta en marcha de los proyectos estrat¨¦gicos necesarios para su desarrollo. Este organismo deber¨¢ abarcar en todos los aspectos relacionados con la implantaci¨®n de la infraestructura f¨ªsica necesaria para el desarrollo de los servicios de telecomunicaciones en la regi¨®n, potenciando, por ejemplo, la digitalizaci¨®n de las redes de Telef¨®nica o la puesta en marcha de una televisi¨®n por cable en Madrid, a trav¨¦s de banda ancha, que permita utilizar este medio de forma interactiva por los agentes sociales y econ¨®micos madrile?os.
Asimismo debe convertirse en un centro de asesoramiento, orientaci¨®n e informaci¨®n para todos los departamentos p¨²blicos o empresas privadas en materia de telecomunicaciones, coordinando la puesta en marcha de las acciones necesarias para la implantaci¨®n de sus iniciativas.
Constitucionalmente, la regulaci¨®n de las telecomunicaciones en Espa?a es una competencia exclusiva del Gobierno central (art¨ªculo 149.1.21 de la Carta Magna), aunque resulta evidente que tanto la normativa auton¨®mica como la municipal inciden directamente en el funcionamiento de este sector. Es imprescindible, por tanto, que Madrid cuente con un organismo capaz de coordinar las medidas que tanto el Gobierno regional como los ayuntamientos adopten en relaci¨®n con las telecomunicaciones, convirti¨¦ndose en punto de referencia y elemento dinamizador de todas las iniciativas que sudan en el sector. Sobre todo si tenemos en cuenta que la evoluci¨®n e incidencia de las nuevas tecnolog¨ªas en la sociedad va a obligar de forma inexorable a la intervenci¨®n de todas las administraciones en este campo, independientemente del deseo de los gobernantes.
As¨ª ha sido entendido por la Generalitat de Catalu?a, que desde noviembre de 1989 dispone de una Direcci¨®n General de Servicios de Telecomunicaciones, encargada de planificar, supervisar y coordinar todos los medios y actividades necesarios para satisfacer las demandas de esta comunidad en materia de telecomunicaciones y competente para ejecutar los planes necesarios para su desarrollo.
Es absolutamente necesario que la constituci¨®n de este organismo coordinador en nuestra regi¨®n se realice de forma inmediata, si no queremos correr el riesgo de que, como desgraciadamente ha ocurrido en otros momentos hist¨®ricos, Madrid pierda el tren tecnol¨®gico y una de sus m¨¢s claras posibilidades de superar la crisis econ¨®mica y competir con ¨¦xito con las principales ciudades europeas.
Ahora, pues, es el momento de que las distintas administraciones madrile?as asuman su responsabilidad en este tema y alcancen los acuerdos necesarios para aprovechar el consenso ciudadano generado en este campo y convertir este proyecto, esencial para nuestro futuro, en una realidad.
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