Env¨ªos

Hace unos d¨ªas, aprovechando que Dulce Mar¨ªa Loynaz estaba en Madrid para recibir el Premio Cervantes, le envi¨¦ un peque?o libro m¨ªo record¨¢ndole la visita que le hab¨ªa hecho en su residencia de La Habana a finales del pasado noviembre. El env¨ªo me cost¨® 220 pesetas y me ha sido devuelto por Correos con una nota que dice: "Falta nombre de residencia o colegio mayor". Junto al nombre y apellidos de do?a Dulce Mar¨ªa, yo indicaba "Prernio Cervantes de Literatura. Residencia de Estudiantes. Madrid".Antes, cuando se devolv¨ªa una carta con destinatario dudoso, Correos pon¨ªa: "Pregonada en carter¨ªa". Ahora, un diligente funcionario s¨®lo se molesta poniendo un signo de interrogaci¨®n junto al rengl¨®n "Residencia de Estudiantes".

?Cu¨¢ntas Residencias de Estudiantes hay en Madrid con ese nombre glorioso? ?Nadie advirti¨® que la destinataria era alguien importante, sobre todo en esos d¨ªas en que aparec¨ªa varias veces en televisi¨®n? ?Qu¨¦ clase de cultura general se atribuye a los carteros? Queda probada la falta de imaginaci¨®n, inter¨¦s, celo y profesionalidad en gran parte de los actuales funcionarios de Correos... de Madrid. Por cierto, cuando me dispon¨ªa a visitar a

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Dulce Mar¨ªa en Vedado (La Habana), y desconociendo exactamente la ubicaci¨®n de su domicilio, pregunt¨¦ a un cubano en la calle y me respondi¨® r¨¢pidamente: "?Ah, s¨ª, la poeta! En aquella casa". El cubano era un trabajador negro m¨¢s culto que algunos de nuestros carteros.- Jos¨¦ Gil S¨¢nchez.