Lectura de piernas y una cerveza al d¨ªa
El director es el jefe y el masajista, el confesor. Marcelino Torrontegui, masajista del Clas Cajastur, sabe cosas de Tony Rominger que Juan Fern¨¢ndez, su director, ni siquiera sospecha. Y no s¨®lo porque hable con el l¨ªder con m¨¢s confianza que Fern¨¢ndez.Tambi¨¦n conoce un idioma ignoto para el propio jefe: sabe leer las piernas. "Cuando termina una etapa y empiezo a darle masajes, nada m¨¢s palparle los m¨²sculos, enseguida s¨¦ c¨®mo pas¨® ¨¦l d¨ªa. Y ¨¦l, Tony, me lo pregunta, m¨¢s que nada para ver si acierto. Y si fallo, ¨¦l se r¨ªe el d¨ªa siguiente".
Porque Tony Rominger es t¨ªmido e introvertido, pero tiene un gran sentido del humor. ?l y su equipo dicen que se ha integrado perfectamente en Espa?a por el cachondeo que se respira en el conjunto. Los corredores se pasan el d¨ªa, bromeando y ¨¦l entra en el juego. "No es que haga putadas a los compa?eros. En eso es serio", cuenta Torrontegui. "Simplemente, le gusta que se vacile. Le gusta que alguien provoque una broma a otro y luego re¨ªrse con todos".
El propio Rominger lo corrobora y rompe un poco su fama de pesetero: "Fich¨¦ por el Clas porque conoc¨ª a Juan Fern¨¢ndez y me pareci¨® simp¨¢tico, y luego por el ambiente que se respiraba en el equipo".
El otro lado del compa?erismo, la solidaridad, tambi¨¦n es santo de la devoci¨®n del casi seguro ganador de la Vuelta. O as¨ª lo cuenta Torrontegui: "No es el l¨ªder t¨ªpico. Por ejemplo, para el masaje hace cola, como todos. Y en carrera, igual. Por ejemplo, ¨¦l ataca cuando se siente bien. No tiene nunca una idea fija. Es demasiado humilde y no quiere tener mucha responsabilidad. Y, sobre todo, no quiere que algo salga mal. "?Qu¨¦ dir¨¢n los compa?eros?", se pregunta, "si les hago trabajar y luego yo no respondo...". Le entra ese miedo. Pero si todo sale bien, siempre da las gracias a los compa?eros; va por las habitaciones a agradecerles el trabajo
Cuando no ejerce de camarada al corredor suizo le gusta dormir. Tanto que se ha tra¨ªdo un v¨ªdeo y unas cuantas cintas con pel¨ªculas en alem¨¢n, su idioma materno. Pero se pone a verlas, o si no, a ver la tele en los hoteles que cuentan con canal de televisi¨®n en alem¨¢n, y al cuarto de hora se le cierran los ojos. Dormil¨®n, pero no perezoso. Es siempre el primero en levantarse por las ma?anas.
Y al igual que es puntual, tambi¨¦n cumple con las apuestas, aunque las gane. No le gusta la cerveza, pero antes de la etapa de Cerler se jug¨® con el distribuidor de una marca que si ganaba all¨ª se tomar¨ªa una cerveza cada d¨ªa de su vida. En ello est¨¢. Acabar¨¢ gust¨¢ndole.
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