Dos rosas en memoria de Arturo
"Voy a ir al lugar donde cayo mi compa?ero y rezar¨¦ un Padrenuestro". Con semblante serio, un comandante deja, por un momento, de organizar la salida del convoy hacia Mostar para recordar al teniente Arturo Mu?oz, muerto por una granada que estall¨® a su paso el pasado lunes, cuando descargaba plasma sangu¨ªneo para el hospital del sector musulm¨¢n de la ciudad. El comandante, que no quiere ser citado, iba unos metros m¨¢s atr¨¢s. Se salv¨® de milagro.En Mostar, cumpli¨® su promesa. Mientras los camiones descargaban, se dirigi¨® a grandes zancadas a la callejuela donde cay¨® Arturo. Sobre el asfalto coloc¨® dos rosas rojas y cerr¨® los ojos. Dos minutos despu¨¦s regresaba con los labios apretados al hospital y se perd¨ªa, agitando los brazos, entre las cajas de medicamentos, dando instrucciones a los encargados de los veh¨ªculos de la columna.
Los soldados de la Agrupaci¨®n Canarias asistieron ayer a una misa en memoria del teniente Mu?oz. El obispo de Mostar, croata cat¨®lico, ofici¨® la ceremonia.
Misa en castellano
La misa se celebr¨® en castellano. El coronel ?ngel Morales, jefe de la agrupaci¨®n, ley¨® la ep¨ªstola. La homil¨ªa fue traducida por un int¨¦rprete. "La Iglesia croata nunca ha pensado tanto en cementerios como en estos momentos", dijo el obispo. "En nuestras almas vemos cementerios tambi¨¦n en Espa?a, donde ha sido enterrado Arturo Mu?oz. ?l ha dado su vida por el pr¨®jimo y ahora est¨¢ encarnado aqu¨ª, en sus compa?eros".
Poco antes, en un hospital del sector musulm¨¢n, un veterano legionario espa?ol extrae del bolsillo un pu?ado de papeles. Son dibujos y cartas de amor que los ni?os de Mostar les han ido entregando en el mes que llevan patrullando la ciudad.
"Te quiero. Jasm?na", dice una ni?a que ha dibujado un gran coraz¨®n. Otro chaval ha pintado la ciudad tal y como era antes de la guerra, unida por el puente que ahora separa a las dos comunidades. Los m¨¢s canijos han dibujado flores y ¨¢rboles cubistas.
Pocas casas quedan intactas en Mostar, que ya el a?o pasado sufri¨® combates entre croatas y musulmanes, entonces aliados contra los serbios. Una humareda procedente de los incendios de los edificios inunda el valle. En el sector musulm¨¢n, algunas mujeres asoman su rostro a las ventanas enmarcadas por los balazos. La ropa tendida es la ¨²nica se?al de vida en edificios completamente quemados.
"Estamos al l¨ªmite", comenta en Medjugorge el coronel ?ngel Morales, jefe de la Agrupaci¨®n Canarias. "Los soldados salen de un servicio y entran en otro". Los permisos se han suspendido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.