Plomada clasicista

Entre la pintura y la escultura, pero realmente articulado a partir del sentido cl¨¢sico del dibujo, Joan Cardells (Valencia, 1948), que protagoniz¨® muy joven algunos sonoros acontecimientos de la muy activa vanguardia de los sesenta en su ciudad natal -Estampa Popular, Equipo Realidad-, posee un discurso personal de singular intensidad. Al comienzo de la pasada d¨¦cada nos sorprendi¨® con unas esculturas realizadas en fibrocemento, que representaban patrones de vestidos masculinos de un impecable clasicismo; m¨¢s tarde hizo unos no menos sorprendentes bajorrelieves que evocaban los grafismos emplomados del alcantarillado urbano, pero siempre, icono y forma, se trasluc¨ªa esa extra?a vivencia de la ciudad un poco al estilo tensamente tr¨¢gico de un Pasolini, que siempre anduvo enredado con la pasi¨®n rom¨¢ntica de contar indiscretamente lo indecible a trav¨¦s de paradigmas clasicistas.Cardells tambi¨¦n participa de. esta violencia, que sobrepasa la truculencia de la an¨¦cdota en favor de este mucho m¨¢s hondo y grave conflicto est¨¦tico y moral de tensar el clasicismo hasta los abismos contempor¨¢neos, una tensi¨®n que produce extra?as sensaciones f¨ªsicas, percepciones distorsionadas y angulaciones vertiginosas. En ello sigue ahora y, aun cuando en la presente muestra exhibe algunas de sus bellas esculturas de fibrocemento, no es dif¨ªcil percatarse de que lo que aqu¨ª le interesa es unos, vamos a llamarlos as¨ª, dibujos, pero que son una prodigiosa decantaci¨®n entre el dibujo, la pintura y la escultura, pues forman una estructura emplomada, en la que se recortan siluetas incisas sobre placas de grafito, formando un oscuro e inquietante ballet de formas turbulentas, nervios de alambre y ¨¢ureos troncos de cobre. Una especie de nocturno ballet mec¨¢nico agit¨¢ndose en cualquier esquina de arrabal.