A primera sangre
MA?ANA CONTEMPLAREMOS fascinados los espa?oles un duelo entre Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en las pantallas de la televisi¨®n privada. Es el momento m¨¢s importante de la campa?a. En la primera hora apenas, habremos decidido ya la mayor parte parte de los votantes qu¨¦ nos parecen las personas que pretenden ser presidente del Consejo de Ministros.Las instituciones son importantes. Se ha definido la democracia liberal como el gobierno de las leyes frente al gobierno de los hombres. Pero los mecanismos de la sociedad est¨¢n constituidos por ideas y costumbres que llevamos las personas en nuestras mentes. Quienes mueven las instituciones son mujeres y hombres de carne y hueso.
Son importantes las instituciones, pero tambi¨¦n lo son los pol¨ªticos que dirigen y reforman su funcionamiento, sobre todo en ¨¦pocas de crisis, en que parece que la justicia tarda, que el Estado se ahoga bajo gastos espurios, que la sociedad pierde escr¨²pulos, que el pa¨ªs no sabe bien ad¨®nde se encamina, ni encajan los territorios o las clases que lo componen. ?Qu¨¦ no habr¨ªan dado los yugoslavos por unos pol¨ªticos que hubiesen sabido mantenerlos bien avenidos, como el rey Balduino a los belgas, o hubiesen sabido separarlos. pac¨ªficamente, como Vaclav Klaus y Meciar a los checos y eslovacos?
La profesi¨®n de pol¨ªtico sufre menosprecio y, sin embargo, necesitamos de ella. Nada hace tanto da?o a un Estado como los pol¨ªticos iluminados, incapaces, o corrompidos, o simplemente indecisos y cansados.
Es cierto que el da?o ser¨¢ mucho menor bajo una Constituci¨®n democr¨¢tica, pues ella permite cambiar incruentamente a las personas que dirigen el Gobierno.
Precisamente de eso se trata. ?C¨®mo son esos dos hombres que pretenden el poder en Espa?a? ?Debemos confirmar a Felipe o sustituirle por Aznar?
El combate de ma?ana se plantea en principio como un combate desigual. El mismo hecho de que llamemos a uno Felipe y a otro Aznar indica por qu¨¦ lo digo. Felipe apela al coraz¨®n y se hace perdonar sus errores con unas palabras embarulladas te?idas de sinceridad. Aznar es m¨¢s distante y a veces da la impresi¨®n de estar representando un papel. Felipe trae toda la carga de experiencia que dan 10 a?os de gobierno y ha sido revalidado tres veces, aunque con m¨¢rgenes cada vez m¨¢s estrechos. Aznar es un desconocido excepto para los votantes de Castilla y Le¨®n, donde su buen hacer consigui¨® consolidar una mayor¨ªa absoluta. Felipe es muy largo y Aznar se corta un poco.
No hay simpat¨ªa entre ellos porque Aznar cree que Felipe es fr¨ªo y miente, mientras que Felipe piensa que Aznar no entiende lo complicado que es gobernar. Aznar no le comprar¨ªa un coche usado a Felipe, mientras que Felipe no entiende por qu¨¦ Aznar no le quiere, con lo que ¨¦l ha hecho por Espa?a.
Y es verdad que Felipe tiene en su haber grandes triunfos: el abandono del marxismo por el PSOE, el no haber sacado a Espa?a de la OTAN, la severidad presupuestaria con el ministro Boyer. Pero los cuatro ¨²ltimos a?os han sido todo claudicaciones, errores t¨¦cnicos y luchas intestinas en el PSOE y los sindicatos. En cambio, Aznar ha conseguido unir y centrar unas formaciones pol¨ªticas que parec¨ªan incorregiblemente cerriles y carcas, y presentar un programa menos so?ador de cuanto se pod¨ªa temer.
Por eso, el combate de ma?ana puede ser el de David contra Goliath.
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