La fauna en la escuela

Xabier Maiztegi se levanta con los gritos de los chimpanc¨¦s y se acuesta despu¨¦s de alimentar a los c¨¢rabos y dar el biber¨®n a la osezna. Veterinario por vocaci¨®n, Maiztegi es el responsable del centro de recuperaci¨®n de animales de Garai (Vizcaya), una innovadora experiencia en forma de sanatorio que devuelve a la naturaleza los animales curados y asegura un entorno sano a aquellos otros que llegan a sus manos y son irrecuperables para la vida silvestre.

Doscientos animales de 50 especies constituyen el parque educativo de fauna ib¨¦rica de Garai. Ordenados por especies, cada grupo dispone de un espacio que asegura una vida agradable en cautividad. "Aproximadamente el 30% de los animales que llegan se quedan en Garai porque no sobrevivir¨ªan en su entorno natural; algunos porque est¨¢n mutilados, otros han nacido en cautividad y no temen al hombre", dice Maiztegi.Avestruces, jinetas, lobos, osos, jabal¨ªes, zorros y linces forman la variada poblaci¨®n del parque educativo de Garai, resultado de 10 a?os de trabajo de Xabier y de los siete socios que integran la Fundaci¨®n Xabier Maiztegi para la Educaci¨®n y Defensa de Animales Silvestres, subvencionada por la Diputaci¨®n de Vizcaya.

"Esto no es un zoo", se?ala el veterinario vasco. "Es un hospital para animales abierto al p¨²blico que pretende educar a las personas en el respeto al mundo animal". Unos 40.000 escolares han visitado el centro en los ¨²ltimos tres a?os, previamente orientados por un v¨ªdeo. "Antes de venir saben, por ejemplo, que al pasar delante de Txomin y Txita, los chimpanc¨¦s, hay que ir en silencio porque se ponen muy nerviosos con los extra?os".

Abierto al p¨²blico los fines de semana, el parque educativo muestra el poder depredador del hombre. Un halc¨®n sin un ala, alcatraces petroleadas y un zorro atropellado, entre otros, evidencian la desigual relaci¨®n. entre el animal y el hombre, en contraste con la camarader¨ªa que reina entre los animales de Garai.

Los muflones comparten el mismo espacio con ciervos, buitre 3 y alimoches; las dos osas juegan con los perros, los gatos y los zorritos... La comunidad de Garai vive una existencia tranquila y serena, s¨®lo alterada cuando el visitante hace amago de acercamiento excesivo a Maiztegi. Entonces, cuernos, astas, colmillos y zarpas se agarran con furia a los barrotes, mostrando sus posibilidades.

La familia

"Ellos son mi familia", dice el veterinario vasco mientras tranquiliza a los animales. Decomisos del aeropuerto, patrullas de la Ertzaintza (polic¨ªa auton¨®mica vasca) y particulares abastecen continuamente de animales heridos al centro. La labor de Maiztegi se ha extendido como un reguero de p¨®lvora y casi nadie desconoce en Vizcaya y fuera de la provincia qui¨¦n es el mejor amigo del animal por esta tierra.Los caseros de los alrededores se han acostumbrado ya a los sonidos que surgen del jard¨ªn de Maiztegi y a los paseos de Artza, la osa de a?o y medio, por el valle de Garai. Con la ca¨ªda de la tarde, la calma llega al parque que en la ¨²ltima semana ha aumentado su familia con siete jabatos, cinco lobeznos y tres cr¨ªas de jineta.