La ni?a probeta ya es mujer
La fecundaci¨®n 'in vitro' cumple quince a?os sin que en Espa?a se haya desarrollado la ley
Louise Brown, la primera beb¨¦ probeta, es ya una adolescente. El pr¨®ximo mes de julio cumplir¨¢ 15 a?os, y con ella los cumplir¨¢ tambi¨¦n una t¨¦cnica m¨¦dica que en apenas tres lustros ha tra¨ªdo al mundo m¨¢s de 100.000 ni?os. Son los hijos de la fecundaci¨®n in vitro. Mientras Louise Brown otea el mundo desde la estatura de una mujer, Victoria Anna, la primera espa?ola que fue concebida en el laboratorio, se viste de primera comuni¨®n. Nueve a?os cumplir¨¢ tambi¨¦n en julio. La t¨¦cnica se ha consolidado en Espa?a, pero la ley que la regula todav¨ªa no ha sido desarrollada.
?Qu¨¦ hacer con los embriones congelados cuando la pareja se divorcia y no se pone de acuerdo? En estos momentos, hay suficientes embriones congelados como para que esto pueda producirse en cualquier momento. O tal vez se ha producido ya. Cinco a?os despu¨¦s de haberse promulgado la ley que regula la procreaci¨®n asistida, en noviembre de 1988, la comisi¨®n prevista para dirimir estos casos no se ha creado ni existen tampoco mecanismos de vigilancia que garanticen el uso correcto de las nuevas tecnolog¨ªas.El control. ?sa sigue siendo, 15 a?os despu¨¦s de su primera aplicaci¨®n t¨¦cnica, la principal carencia de -la fecundaci¨®n in vitro en Espa?a. Algunos de los centros que la aplican publican sus resultados y no eluden los conflictos ¨¦ticos que las nuevas t¨¦cnicas plantean. Estos son los que reclaman con m¨¢s insistencia el desarrollo de la ley. Pero hay muchos otros que aplican las nuevas t¨¦cnicas en la m¨¢s absoluta de las reservas.
Esta oscuridad hace que ni si quiera se sepa, porque no existe un registro nacional, cu¨¢ntos ni?os han nacido en Espa?a gracias a la fecundaci¨®n in vitro. Mucho menos, cu¨¢ntas mujeres son sometidas a tratamientos sucesivos, con ¨ªnfimas posibilidades de quedar embarazadas.
Embriones congelados "Nosotros podemos informar de nuestros nacimientos", afirma Pere Nolasc Barri, jefe de la unidad de reproducci¨®n asistida del Instituto Dexeus y pionero, junto a la bi¨®loga Anna Veiga, de la re producci¨®n asistida en Espa?a. "En nuestro servicio han nacido algo m¨¢s de 800 ni?os". La primera fue Victoria Anna, cuyo crecimiento sigue el equipo con especial devoci¨®n. Un brazalete ha recibido como regalo de comuni¨®n la peque?a Victoria Anna de los m¨¦dicos que hicieron posible su fecundaci¨®n en un tubo de ensayo.
Cuando ella naci¨®, la t¨¦cnica era todav¨ªa rudimentaria. Se limitaba a juntar el esperma y el ¨®vulo y, una vez logrado el embri¨®n, implantarlo en el ¨²tero materno. Pero pronto se supera ron nuevas fronteras: la congelaci¨®n de embriones fue la m¨¢s importante y tambi¨¦n la que ha planteado m¨¢s problemas ¨¦ticos. En mayo de 1984 naci¨® en Australia la peque?a Zeus, despu¨¦s de haber pasado por el fr¨ªo cuan do su existencia se limitaba a unas pocas c¨¦lulas. Ciento sesenta ni?os han nacido en Dexeus de embriones congelados.
Este avance permiti¨® la donaci¨®n de ¨®vulos, y con ella lleg¨® el problema de las madres de alquiler, en Espa?a rigurosamente prohibidas. Mujeres sin ovarios pudieron tambi¨¦n concebir y ahora pueden ser padres hombres que apenas producen semen o que lo producen muy defectuoso, porque existe la posibilidad de coger al m¨¢s d¨¦bil o al m¨¢s gandul de los espermatozoides, que en. circunstancias normales no pasar¨ªa de la vagina, e introducirlo limpiamente, con una diminuta c¨¢nula, en el interior del ¨®vulo. "La fecundaci¨®n por microinyecci¨®n resuelve hoy muchos casos de esterilidad masculina", afirma Barri.
"Hasta ahora se hab¨ªa tratado s¨®lo a la mujer, pero en, la mitad de las parejas la esterilidad est¨¢ en el hombre", a?ade Alberto Romeu, responsable de la unidad de reproducci¨®n asistida de La Fe de Valencia, una de las m¨¢s activas dentro de la Seguridad Social, con 400 nacimientos en su haber. Se calcula que 400.000 parejas sufren en Espa?a problemas de esterilidad. Hasta hace poco, la fecundaci¨®n asistida ha sido un coto de la medicina privada. La Seguridad Social potencia desde hace unos a?os que al menos un centro de cada regi¨®n sanitaria tenga un programa de fecundaci¨®n asistida.
Con todo, los medios son a¨²n limitados: "Trabajamos muy por debajo de nuestras posibilidades. Muy por detr¨¢s de lo que nosotros deseamos y podr¨ªamos emprender", afirma Romeu. "Comprendo que la sanidad p¨²blica tiene unas limitaciones, y que ha de establecer prioridades. Pero tampoco podemos perder este carro", concluye.
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