Aplausos y protestas

Ha vuelto al escenario de la Zarzuela la ¨®pera verdiana, esta vez con una producci¨®n de La forza del destino, presentada en 1990 por la ¨®pera escocesa de Glasgow. La informaci¨®n primera ha de atender a los resultados, tal y como los juzg¨® y discrimin¨® el p¨²blico: m¨¢ximos aplausos para Giuseppe Giacomini, no tanto pero importantes para Galia Savova, ululeo general para el maestro Gardelli, quien lo recibi¨® bastante mal y abandon¨® la escena para no volver a saludar. Con mucha m¨¢s filosof¨ªa recogieron los responsables de la direcci¨®n esc¨¦nica una m¨¢s fuerte protesta, aunque me parece que lo que de verdad no gust¨® al "respetable" fueron los decorados y figurines.La extensa Forza del destino, abunda en n¨²meros muy bellos, empezando por la brillante obertura que, a decir verdad, no son¨® demasiado bien en manos del maestro Gardelli. Tuvo toda la raz¨®n el p¨²blico al considerar al tenor Giuseppe Giacomini, lo m¨¢s interesante del reparto. La soprano b¨²lgara Galia Savova, sustitu¨ªa a la anunciada Mar¨ªa Chiara, en el papel de do?a Leonor de Vargas, y lo interpret¨®, musical y esc¨¦nicamente con gran encanto.

Recibi¨® c¨¢lidas ovaciones el bar¨ªtono Paolo Gavanelli, un don Carlos empecinado, bien impostado y sobriamente expresivo. En cuanto al personaje, tan atractivo, de Preciosilla, Sof¨ªa Salazar lo defendi¨® aun luchando con la rareza de su atuendo. Habr¨ªa que citar, como siempre que act¨²a, a Carlos Chausson, un excelente fray Melit¨®n.