El Parlamento alem¨¢n limita el derecho de asilo pese a las protestas de 10.000 manifestantes
Los parlamentarios alemanes votaron ayer por abrumadora mayor¨ªa la reforma del derecho de asilo para intentar parar la avalancha de inmigrantes -1.500 cada d¨ªa- que se acogen a la generosidad del precepto constitucional que hasta ahora lo regulaba. Bonn amaneci¨® tomado por la polic¨ªa. El barrio gubernamental, sellado por las fuerzas del orden, fue rodeado por unos 10.000 manifestantes que intentaron impedir, sin ¨¦xito, que los diputados llegaran a sus esca?os. La jornada de terror que ven¨ªa siendo anunciada, sin embargo, no se materializ¨®, aunque se produjeran carreras y algunas cargas de la polic¨ªa.
La mayor¨ªa de dos tercios necesaria para el cambio constitucional fue ampliamente superada. 521 diputados votaron a favor, 132 en contra y uno se abstuvo. El n¨²mero de rebeldes de la oposici¨®n socialdem¨®crata (SPD) que votaron en contra de lo decidido por su partido fue menor que el esperado. Cerca de un centenar se hab¨ªan manifestado, el martes por la noche, en contra de la decisi¨®n del partido de apoyar la propuesta del Gobierno. Pero sus posibilidades de bloquear el cambio constitucional eran pr¨¢cticamente nulas, ya que, la coalici¨®n gubernamental s¨®lo necesitaba a?adir 60 votos a los que ya posee para sacar adelante el proyecto. El nuevo texto debe ser aprobado ahora por el Bundesrat (la c¨¢mara territorial) y se espera que entre en vigor a primeros de julio.El derecho de asilo est¨¢ regulado por el art¨ªculo 16 de la Ley Fundamental de 1949. En su redacci¨®n original se refer¨ªa mayoritariamente a las cuestiones de nacionalidad, incluyendo, s¨®lo al final de su tercer y ¨²ltimo p¨¢rrafo una frase que dec¨ªa simplemente: 'Tos perseguidos pol¨ªticos gozan de derecho de asilo". Esta sentencia tan simple, combinada con el hecho de que Alemania no contempla la inmigraci¨®n, abri¨® la puerta a que el a?o pasado medio mill¨®n de personas se acogieran a este precepto pasaran, autom¨¢ticamente, a ser alimentados, alojados y cuidados por las diferentes administraciones, contribuyendo tambi¨¦n as¨ª a la epidemia de violencia racista y xen¨®foba.
Derecho individual
La nueva redacci¨®n del art¨ªculo 16, pactada a finales de diciembre pasado entre la coalici¨®n gubernamental (CDU, CSU y FDP) y el SPD da la vuelta completamente al precepto que pasa a referirse casi exclusivamente al derecho de asilo. La citada frase se mantiene, contra las pretensiones de los conservadores que quer¨ªan cambiarla por: "La Rep¨²blica federal otorga el derecho al asilo". De esta manera se conserva el derecho individual al asilo, pero se reduce su aplicaci¨®n con el a?adido: "No se benefician de esta previsi¨®n quienes provienen de un pa¨ªs de la Comunidad Europea o de un tercer pa¨ªs en el cual la Convenci¨®n sobre Refugiados y la Convenci¨®n sobre la Proteccion de los Derechos Humanos es respetada".
Este artilugio legal, sin embargo, es m¨¢s perverso de lo que parece. En estos momentos, todos los Estados que rodean a Alemania se pueden considerar a salvo de persecuci¨®n pol¨ªtica, con lo que ning¨²n supuesto refugiado puede llegar por tierra. Solo el avi¨®n o el barco les sirve. Lo que ya se conoce como "la cla¨²sula de terceros paises" es la que ha levantado las iras de una buena parte de los. socialdem¨®cratas, para quienes el enconado y largo debate sobre este asunto, salpicado de violencia racista y convulsi¨®n social, ha sido un drama emocional que ha acabado dividi¨¦ndoles y que ha jugado un importante papel en sus problemas de liderazgo y programa. Para la vieja guardia del partido, que sufri¨® en sus carnes el exilio, este ha sido un momento vergonzante. Para los Jusos, las juventudes del SPD, que ayer formaban parte de la manifestaci¨®n que imped¨ªa la entrada a los diputados, ha, sido una derrota. Pero lo cierto es que las encuestas indican que los alemanes, por una mayor¨ªa abrumadora, est¨¢n por cerrar la puerta a esta inmigraci¨®n.
Adem¨¢s de los rebeldes socialdem¨®cratas, s¨®lo los comunistas reformados del PDS y Los Verdes-Alianza 90 votaron en contra, y ambos partidos se encontraban ayer entre los organizadores de la manifestaci¨®n. En ella, los carteles con im¨¢genes del canciller Helmut Kohl vestido de oficial nazi, o de cruces gamadas llenas de sangre, se mezclaban con algunas banderas rojas o rojas y negras. Pero lo cierto es que, pese al ruido previo que anunciaba la toma de la provinciana Bonn por los b¨¢rbaros anarquistas, o las an¨¦cdotas m¨¢s o menos curiosas que se produjeron durante la jornada de ayer, el despligue policial puede calificarse de desproporcionado y el saldo de la jornada de pr¨¢cticamente nulo en violencia. Para los funcionarios del Gobierno, que no pudieron llegar a su trabajo, fue un feliz y soleado d¨ªa de fiesta con espect¨¢culo incluido.
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