Respeto por el ¨¢rbol ca¨ªdo

Todos los grupos pol¨ªticos renunciaron ayer al turno de r¨¦plica que les hubiera permitido interpelar al consejero de Industria, V¨ªctor Zapico, quien compareci¨® en la C¨¢mara a petici¨®n de su propio Gobierno. Los grupos de la oposici¨®n, que promovieron la comparecencia del presidente asturiano, pero no la del consejero, optaron por no preguntar a Zapico, visiblemente afectado, por el desenlace tragic¨®mico de la negociaci¨®n de un fastuoso y fantasmag¨®rico proyecto industrial, para "no cebarse humanamente", en expresi¨®n de uno de los portavoces.A juicio de algunos dirigentes de la oposici¨®n, el Gobierno asturiano ha querido presentar al consejero como v¨ªctima propiciatoria, forz¨¢ndolo a una comparecencia que el resto de los grupos entend¨ªan innecesaria tras el debate sostenido durante casi tres horas con el presidente del Ejecutivo, Juan Luis Rodr¨ªguez-Vigil.

Al t¨¦rmino de la sesi¨®n parlamentaria, Rodr¨ªguez-Vigil, que hab¨ªa censurado el proceder pol¨ªtico de Zapico en este asunto, lo abraz¨® delante de todos.. Varios consejeros lo arroparon y se lo llevaron a una sala para mantenerlo alejado de los periodistas y de los fot¨®grafos.

La dureza de la amargura

En una intervenci¨®n que tuvo momentos de cierto patetismo, Zapico asumi¨® la responsabilidad de la gesti¨®n fallida y dijo estar conociendo "la soledad y la dureza de la amargura". Proclam¨® su honradez y reiter¨® que no se hab¨ªa hecho ning¨²n pago a los intermediarios. Afirm¨® tambi¨¦n que el empresario Juan Blas Sitges hab¨ªa actuado por su "inter¨¦s en apoyar a Asturias en la b¨²squeda de nuevas inversiones industriales". No obstante, reconoci¨® "haber depositado excesiva confianza en Sitges".