"Aznar ha mentido incluso bajo juramento"
"La derecha me ha disparado con bala, pero mi piel es de rinoceronte"
Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, afirma que ¨¦l no va estar en "un partido socialista a la americana". Los cambios que la sociedad exige a los partidos no pueden hacerse "sobre la base de que las diferencias ideol¨®gicas no existen". En su opini¨®n, el PP plantea el peligro de radicalizar la sociedad.
En la antesala de los 53 a?os -los cumple ma?ana- Alfonso Guerra reparte su vida durante la campa?a entre m¨ªtines y su trabajo en la sede del partido. El responsable de la maquinaria electoral socialista sigue convencido del triunfo, aun por los pelos, del PSOE. Su objetivo es minar la figura del l¨ªder del PP, al que acusa de utilizar la mentira y la demagogia.Pregunta. Usted asesorar¨¢ a Gonz¨¢lez para el segundo debate televisado con Aznar. ?Qu¨¦ consejos t¨¦cnicos le dar¨¢?
Repuesta. Siempre estoy dispuesto a dar mis opiniones, pero Felipe Gonz¨¢lez no es una persona que necesite un marketing como Aznar, ?no? Un marketing de chuletas que se estudia de memoria, se le pregunta y hace una especie, de simulaci¨®n.
P. ?Consejos pol¨ªticos entonces?
R. Puedo dar opiniones, sugerencias. ?Qu¨¦ consejos puedo darle a Felipe Gonz¨¢lez, que es el pol¨ªtico m¨¢s importante que ha tenido el siglo XX en Espa?a? Ser¨ªa pretencioso.
P. ?Le sorprendi¨® Aznar en el debate?
R. No; respondi¨® a lo que pensaba que iba a ser. Hab¨ªa estudiado con expertos de la CEOE y del Opus Dei las recetas y las repet¨ªa continuamente.
P. Entonces, visto el resultado, quiz¨¢ la preparaci¨®n no fue la m¨¢s adecuada por parte de Gonz¨¢lez.
R. Lo que se vio fue un enfrentamiento entre dos personas con comportamientos personales distintos. El candidato del PP es una persona que ha utilizado la demagogia, que ha mentido reiterada y descaradamente en algunas cuestiones. En Estados Unidos, probablemente, su propio partido lo retirar¨ªa ya como candidato. Yo s¨¦ que ha mentido en otras muchas ocasiones, incluso bajo juramento.
P. P¨®nganos un ejemplo.
R. En alg¨²n documento lo ha hecho, y estoy dispuesto a precisar, pero es mejor que ¨¦l lo niegue antes.
P. ?Y qu¨¦ m¨¢s utiliz¨® Aznar?
R. Demagogia y agresividad, pero creo que le ha autotraicionado algo que no ha sabido controlar. Esa sonrisa ha causado pavor en un sector muy importante de la sociedad, una sonrisita un poco de hiena que asusta. ?Qu¨¦ es m¨¢s ¨¦tico: morder en la yugular o exponer razonamientos?
P. Pero usted lleg¨® a menospreciar al candidato y ahora est¨¢n con una derrota psicol¨®gica.
R. No, yo nunca he menospreciado al candidato, porque no hay enemigo peque?o nunca.
P. ?Le hubiera gustado a usted sentarse frente a Aznar?
R. Gustar, gustar... Pasar un rato... no con, sino contra el se?or Aznar: alguna diversi¨®n habr¨ªa tenido.
P. ?Van 0 a 1?
R. Eso est¨¢ por ver.
P. ?Los puntos m¨¢s d¨¦biles del l¨ªder del PP?
R. Mi impresi¨®n es que ¨¦l domina muy poco el terreno econ¨®mico, el de la pol¨ªtica internacional y lo que es el bienestar social. S¨®lo utiliza latiguillos. Y aqu¨ª hay un problema muy grave de contradicci¨®n pol¨ªtica, porque el se?or Aznar hace un an¨¢lisis absolutamente catastrofista y negativo de lo que han hecho los socialistas. Pero termina diciendo que no lo quiere cambiar todo. ?Y d¨®nde est¨¢ lo que est¨¢ bien a su juicio? No aparece en su discurso.
P. ?Y en el suyo?
R. Hay un term¨®metro serio para medir lo que se ha hecho. En primer lugar, la estabilidad que ha adquirido Espa?a, que es muy alta, y tambi¨¦n se pueden apreciar los avances en prosperidad, con un aumento del 40% en la riqueza, y el prestigio internacional: reconocerlo es algo de sentido com¨²n.
En materia de igualdad se puede apreciar la protecci¨®n sanitaria extendida a siete millones de personas o en las nuevas pensiones para tres millones. Y de una forma indirecta, no hay m¨¢s que mirar las estad¨ªst¨ªcas y comprobar las cifras de tel¨¦fonos instalados o los kil¨®metros de autov¨ªas.
P. ?En qu¨¦ medida este primer cara a cara puede haber influido en el voto de los indecisos?
R. Sobre esto se han deslizado opiniones poco ajustadas. Hay 6.600.000 indecisos, y creo que el otro d¨ªa no se movieron m¨¢s all¨¢ de 600.000, y no todos en la misma direcci¨®n.
P. Parece satisfecho de c¨®mo van las cosas.
R. Creo que la campa?a est¨¢ un poco como revirada, porque la derecha espa?ola, en este caso el PP, ha cre¨ªdo que para incrementar sus votos deber¨ªa hacer un esfuerzo en dos sentidos: intentar recoger un sector de centro y tambi¨¦n la extrema derecha. Esto es algo que ya se hizo durante la primera etapa de Fraga y eso se acept¨® en tanto que Fraga hab¨ªa conseguido que la extrema derecha -se dec¨ªa entonces- entrara en el arco constitucional. Eso fue saludado adem¨¢s como un ejemplo de sanidad pol¨ªtica, y creo que no era un disparate.
El caso de Aznar es diferente. El peligro es que esta extrema derecha, para apoyarle, le ponga condiciones. Y algo de esto se est¨¢ viendo. No s¨®lo porque ¨¦l se vea obligado a hacer m¨¦ritos del r¨¦gimen anterior; por ejemplo, ese saludo romano que hace, esos colores azul mah¨®n que utiliza recordando la Falange. En los actos p¨²blicos menciona cr¨ªticamente a Franco y le contestan "?viva Franco!", y cuando menciona a los socialistas, le piden venganza, y en algunos m¨ªtines, gritos de "m¨¢talos".
P. Pero su tesis se ve contrarrestada en los sondeos, porque la subida espectacular del PP parece indicar que el voto de centro es el principal aporte.
R. Eso no est¨¢ en contradicci¨®n con lo que yo digo, en absoluto. Ese centro que puede ir al PP no condiciona. Y los otros, aunque los votos sean menores, s¨ª. El peligro est¨¢ en que la extrema derecha saque algo a la derecha del arco constitucional. Es decir, que se radicalice la sociedad, que se vuelvan a dividir m¨¢s netamente los dos sectores de la sociedad, progresista y conservador, o, en t¨¦rminos tradicionales, la derecha y la izquierda.
P. Entonces, cuando compar¨® a Aznar con Tejero y Franco no era una broma.
R. No los compar¨¦ directamente. Si ¨¦l se siente comparado, alguna raz¨®n tendr¨¢. Quiz¨¢ a lo mejor al hombre le vienen algunas sensaciones, m¨¢s que ideas, porque ha veraneado muchos a?os en la casa de On¨¦simo Redondo y parece que ten¨ªa devoci¨®n, en el trato de los objetos que pertenecieron al l¨ªder falangista.
P. En esta campa?a est¨¢ interviniendo menos que antes.
R. No, no. ?sa es una sensaci¨®n inducida. De las personas m¨¢s conocidas del partido, soy quien m¨¢s actos p¨²blicos va a hacer. L¨®gicamente, el candidato Felipe Gonz¨¢lez es el que m¨¢s, pero el segundo soy yo. Y si se quiere hacer referencia con 1989, exactamente voy a hacer el doble de grandes m¨ªtines.
P. ?Y hay alg¨²n mitin previsto junto a Gonz¨¢lez?
R. S¨ª, el cierre de campa?a en Sevilla.
P. Como maquinista principal de la campa?a d¨ªganos cu¨¢l es su previsi¨®n. ?Van a ganar o habr¨¢ tormenta electoral?
R. Ni tormenta ni ese v¨¦rtigo electoral que se puede producir 48 horas antes de acudir a las urnas. Mi predicci¨®n es que el PSOE va a ganar las elecciones, desde luego, no con las diferencias con que lo ha hecho antes. Por resumir mucho, el empate t¨¦cnico es posible, aunque los datos de que disponemos son que el partido socialista va a ser el primer partido.
P. Como no va a haber mayor¨ªa, ?con qui¨¦n van a pactar un nuevo Gobierno?
R. He dise?ado una campa?a que conduzca a tener una mayor¨ªa suficiente para gobernar, no he contemplado la posibilidad de coalici¨®n.
P. ?Se ve de nuevo en el Gobierno?
R. Ni se me pasa por la mente.
P. ?Cree que en esta campa?a el voto de IU favorecer¨¢ al PP y perjudicar¨¢ al PSOE?
R. Lo que s¨ª es verdad es que en algunas elecciones se ha llamado al voto ¨²til y ahora estamos en otra situaci¨®n, porque el voto que puede ir a IU no se va a perder, pero va a ser un voto ¨²til para la derecha, aunque no se vote con esa intenci¨®n.
P. Hay dirigentes socialistas que anticipan que, despu¨¦s de las elecciones, la batalla pol¨ªtica ser¨¢ profunda en el seno del partido.
R. Incluso si se produce una batalla profunda, no ser¨¢ en funci¨®n de si se ganan o no las elecciones, porque tenemos una amortiguaci¨®n de 114 a?os de historia, no es un partido que se reinventa cada cuatro a?os como hace la derecha espa?ola.
P. Un sector defiende cambiar la estructura actual e ir hacia una formaci¨®n m¨¢s a la americana.
R. Siempre ha habido posiciones, y recuerdo el debate important¨ªsimo de 1978 en que hubo dos concepciones. Triunf¨® la tesis de un partido de mayor¨ªa que ten¨ªa que ampliar su base social, y as¨ª se hizo frente a quienes defend¨ªan continuar siendo un partido para la minor¨ªa.
P. ?Habr¨ªa que cambiarle el nombre al PSOE?
R. Yo no lo veo necesario.
P. El hecho es que se est¨¢ dando una batalla pol¨ªtica en la direcci¨®n y se han producido crisis recientes por la concepci¨®n del partido. ?Cu¨¢l cree que va a prevalecer?
R. La vida es conflicto y la crisis es saludable para los colectivos. Hay que aunar criterios encauzados en un debate democr¨¢tico; lo que no vale es llegar al saloon pegando tiros. La batalla pol¨ªtica se ha dado siempre: ?quien va a ganar? Lo tienen que decidir los 350.000 militantes. El PSOE fue concebido de una manera muy marcada, y el colectivo se resistir¨¢ a que se modifique la esencia del partido.
P. Pero ?el actual PSOE no puede quedar obsoleto?
R. Es, verdad que la sociedad cambia vertiginosamente, pero nadie puede desfigurar esos cambios sobre la base de que han desaparecido las clases o de que las diferencias ideol¨®gicas no existen. No es verdad.
P. ?Se ve como dirigente o militante de un Partido socialista conformado a la americana?
R. No. Yo estoy en contra de una formaci¨®n pol¨ªtica a la americana que se hiberna y reaparece para recaudar fondos en las campa?as y hacer numeritos de globos. Yo creo que ¨¦sa no es la misi¨®n de un partido progresista.
P. ?C¨®mo ve la decisi¨®n de Benegas de difundir la carta en la que anunciaba su dimisi¨®n a Felipe Gonz¨¢lez?
R. Yo no era partidario, pero ¨¦l crey¨® que era conveniente, y lo respeto. Algunas personas utilizaron los medios de comunicaci¨®n para crear confusi¨®n. Crey¨® que era necesario clarificar las cosas y lo hizo.
P. ?Cree que ayud¨® al secretario general?
R. No creo que ese documento fuera contra el secretario general. Clarific¨® las cosas.
P. Gente de su partido dice que esa carta, al final, evit¨® una ruptura interna que parec¨ªa inevitable.
R. Quiz¨¢ eso es muy fuerte, pero la gente de este partido piensa lo que quiere y adem¨¢s lo dice. Estamos muy poco acostumbrados a implicar a los militantes, sobre todo a los m¨¢s conocidos, en un acto de disciplina. Se han hecho pronunciamientos absolutamente contrarios que en otro partido no habr¨ªan durado ni cinco minutos.
P. Pero el m¨¢ximo responsable...
R. Soy el vicesecretario general, pero no el responsable de organizaci¨®n.
P. Al final va a resultar que es usted un blando.
R. Yo soy un blando, y a lo mejor, el ¨²ltimo rom¨¢ntico.
P. ?Esa crisis interna provoc¨® la convocatoria de elecciones?
R. No creo que la convocatoria de elecciones tuviera relaci¨®n con esto. Yo defend¨ª que las elecciones se hubieran celebrado en octubre pasado. Para m¨ª no ha sido un adelanto, sino un atraso.
P. ?Qu¨¦ pasa? ?No le hacen mucho caso?
R. No siempre. En el partido he quedado en minor¨ªa miles de veces, tantas como en mayor¨ªa.
P. ?Su relaci¨®n con Gonz¨¢lez es m¨¢s distante ahora?
R. Esto es motivo de interpretaciones desde hace 15 a?os. Y pasamos por etapas. Unos dicen: "Ahora est¨¢n muy bien". Y luego: "Ahora no se hablan". Somos dos personas muy diferentes y nos hemos complementado bien. Las relaciones personales son muy buenas, afectivas.
P. Si por algo se ha visto afectado es por el famoso esc¨¢ndalo de su hermano Juan Guerra. ?En qu¨¦ manera le ha condicionado?
R. En la pol¨ªtica he adquirido algunas virtudes, y una de ellas es que mi piel se ha convertido en la de un rinoceronte. Tengo poquitas ideas, pero muy claras. Anunci¨¦ el 22 de febrero de 1991 en Vitoria, y me acuerdo muy bien de la fecha porque es el aniversario de la muerte de Machado, lo que yo cre¨ªa que hab¨ªa ocurrido: la derecha econ¨®mica y pol¨ªtica, algunos grupos concretos de la informaci¨®n, han interpretado que para el moldeado del partido socialista ve¨ªan ellos un obst¨¢culo en mi persona. Han disparado con balas de matar. No hay un d¨ªa en que no se me brinde la idea de pasar de villano a h¨¦roe, con la condici¨®n de que me quite de en medio.
P. Pero es que la munici¨®n, la corrupci¨®n, no se la inventaron.
R. Esa munici¨®n la ha puesto la derecha. Tengo una maravillosa an¨¦cdota de una personalidad que me dijo: "La historia le har¨¢ justicia". Pero hombre, le dije, adel¨¢ntela un cuartito de hora y p¨®ngalo en su medio.
P. Pero usted daba la imagen de ser el azote de la corrupci¨®n y ahora, para un sector social, partido socialista, Gobierno y Alfonso Guerra son sin¨®nimos de eso que combat¨ªa.
R. Se pueden manipular los hechos y hacer que una mentira sea cre¨ªda por un sector de la sociedad. Goebbels consigui¨® que una parte del pueblo alem¨¢n aplaudiera a Hitler como un salvador. Esta t¨¦cnica, hoy llamada mercadotecnia pol¨ªtica, se est¨¢ utilzando en Espa?a.
P. Pero ?ha tenido que pasarlo mal?
R. No tanto como algunos quisieran.
P. Usted, como Gonz¨¢lez, ?se enter¨® de Filesa por los peri¨®dicos?
R. Yo le preguntar¨ªa a Aznar si ¨¦l se enter¨® de lo de Burgos por los peri¨®dicos, ?o lo sab¨ªa antes? Si lo sab¨ªa antes es que estaba en el ajo. ?C¨®mo se enter¨® de la compra de votos en Calvi¨¤? ?Por los peri¨®dicos o es tan listo que se enter¨® antes?
P. Pero lo de Filesa...
R. Ah¨ª lo que pasa es que algunas personas con vinculaci¨®n con el partido socialista estaban en una empresa y hay una investigaci¨®n judicial. Pero judicialmente nadie ha imputado nada al partido socialista.
P. ?Dentro han hecho una investigaci¨®n?
R. No hemos encontrado esas conexiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.